17 de Julio de 2024
Edicion 7007 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 18/07/2024

La discriminación, la xenofobia, el racismo y otras formas de intolerancia y su inclusión en la agenda social del mercosur

 
TEMA 1: MERCOSUR- ENFOQUES

I.  INTRODUCCIÓN

Para empezar podríamos intentar establecer un marco de análisis para el presente trabajo, que no es otro que pretender incluirlo dentro de lo que se ha denominado el MERCOSUR Social, al cual podemos calificar como el proceso tendiente a la integración social de los individuos cuya residencia se encuentra en los países que son miembros de la región y que se han comprometido a  afianzar sus relaciones mediante acuerdos de cooperación mutua, en las distintas esferas de la actuación estatal. Este Mercado Común del Sur cuenta como socios plenos con  ARGENTINA, BRASIL, PARAGUAY Y URUGUAY, a los que luego se adhirieron mediante tratados de libre comercio CHILE (1995) y Bolivia (1996).

Los países considerados socios plenos son los que iniciaron el proceso de integración en la región firmando el denominado Tratado de Asunción en marzo de 1991. Si bien el principal objetivo del mismo fue acelerar los procesos de desarrollo económico, mediante la consolidación de un mercado común con el fin de lograr una adecuada inserción internacional de dichos estados, a través del avance científico y tecnológico y del crecimiento sostenido de sus economías, incluyeron dentro de estos propósitos que dicha integración económica deba realizarse como condición fundamental en el marco de la justicia social. Lo que en pocas palabras significa reconocer la existencia de valores superiores que no pueden estar supeditados a la economía, como  la solidaridad, la paz entre los pueblos, el respeto de los derechos de todos los individuos de la región, la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos, la reducción de la pobreza. He aquí la dimensión social del MERCOSUR que considero debe ser un tema reiterado en las agendas de los líderes políticos de estos cuatro países. Un eje de las discusiones futuras que es menester sea tratado con interés y seriedad.

Un genuino proceso integrador no puede desentenderse de esta dimensión social. Y dentro de esta dimensión social, circunscribiré la presente ponencia a una temática poco estudiada, como es la necesidad de plantear estrategias comunes para los países integrantes del MERCOSUR, respecto a la lucha contra la discriminación, la xenofobia y el racismo y toda otra forma de intolerancia. Estrategia que considero debe emprenderse dentro de cada uno de los territorios de los estados signatarios y también entenderse como una problemática común a los cuatro países, con el fin de buscar una solución que los involucre a todos. De esta manera, en principio, se vuelve necesario realizar una mayor concordancia entre por una lado, la defensa de las identidades nacionales (idioma, cultura, costumbres) y por el otro lado, integrarnos a un mundo cada vez más globalizado.

La tendencia histórica que ha primado en este siglo veinte ha sido la globalización. Sin embargo    –o tal vez como corolario- también se ha dado lo que Hobsbawm denomina un individualismo asocial absoluto, “individuos egocéntricos completamente desconectados entre sí y que persiguen tan sólo su propio beneficio” . Y es en este mundo individualista donde  se vuelve un fin ineludible que el hombre descubra al otro,  que  se solidarice con el otro y vea en ese otro una persona igual a él, con los mismos derechos, pero también con derecho a ser diferente. Se hace imprescindible formar individuos que acepten sin cuestionamientos las distintas nacionalidades, orientaciones sexuales, credos, razas,  opiniones políticas, dificultades físicas o mentales, edades, costumbres del “OTRO”.

Son estos procesos de globalización los que permiten un contacto más cercano con ese otro. Pero si bien  esta relación emergente puede ser imaginada como la posibilidad de un enriquecimiento de la propia sociedad, de igual forma puede generar el caldo de cultivo para exacerbar nuevas formas de intolerancia, prejuicio, discriminaciones de todo tipo, dando lugar a manifestaciones de racismo y xenofobia. Estar inmerso en un proceso de regionalización no tiene que significar como piensan algunos reaccionarios, que se llevará a cabo una uniformidad a como de lugar de los países  que componen dicha región y que se encuentran involucrados en el proceso. Nuestros países son tan ricos y diferentes precisamente por la afluencia de inmigración que ha arribado continuamente a nuestras tierras, que han podido asimilar distintas culturas y costumbres sin que se produzcan en el interior de sus respectivos territorios auténticos conflictos de etnias; un ejemplo para dar al mundo. En el meollo de esta cuestión, se encuentra la apertura hacia la inmigración, el multiculturalismo que ello implica; la posibilidad de vivir armónicamente individuos pertenecientes a distintas etnias; el respeto a los pueblos indígenas moradores originarios de nuestras tierras; sin inscribirnos por eso en el relativismo cultural cuya filosofía de la equidad absoluta de las culturas y del todo vale no comparto como tampoco considero que se deba escudriñar las raíces biológicas de las razas para justificar teorías que dan lugar a la superioridad de algunas razas por sobre las otras, basadas en criterios “científicos” que justificaron los crímenes más horrendos de la humanidad. Solo en la evolución de la humanidad se ha ido entendiendo que la igualdad es el valor esencial que debe  primar entre los hombres, lo que ha sido plasmado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la cual son signatarios los cuatro países que son miembros del MERCOSUR.

Esta dicotomía entre la nación y la globalización nos lleva a que a los fines de este trabajo es  preciso analizar el MERCOSUR de dos maneras diferentes, como una unidad naciente de un proceso de regionalización, en pos de esa tendencia a la globalización que gobierna al mundo capitalista occidental, del cual nuestros países forman parte y también como distintas unidades autónomas

A)como un BLOQUE (como un proceso de regionalización que ha creado un ámbito supranacional) podemos hacerlo discutiéndolo como una sumatoria de los países que lo componen y,

B)como ENTIDADES INDIVIDUALES puesto que no podemos substraernos a las profundas diferencias económicas, sociales, poblacionales, políticas que detentan dichas  unidades.

Argentina, Paraguay y Uruguay presentan, en algunos aspectos, una mayor similitud puesto que formaron parte del Imperio Español en América y tienen en común algunas costumbres, el idioma, parte de la cultura que no se fusionó con las tradiciones autóctonas; contrariamente, los portugueses trasladaron a Brasil sus organizaciones administrativas, políticas y jurídicas que le imprimieron su sesgo particular, amen de las diferencias idiomáticas y de costumbres. Incluso en los primeros tiempos independentistas, las luchas por la hegemonía y el control del territorio fueron moneda corriente entre ellos. Pero considero que es menester hacer hincapié no en las diferencias que pueden aislarnos sino en las similitudes que pueden acercarnos: una misma historia de golpes institucionales, persecuciones políticas, corrupción generalizada en las esferas de poder, deuda externa que nos convirtieron a los ojos del mundo en la “pobre Latinoamérica”.

Soy consciente que las cuestiones relacionados con la discriminación, la xenofobia y el racismo son innumerables pero este trabajo pretende ser solo una aproximación a esta temática. Este análisis comparativo tiene su importancia, ya que la conformación de este Mercado Común del Sur partiría de contextos nacionales diversos y considero que su objetivo no es –ni debería ser- la homogeneización de nuestras naciones en todas las esferas de la vida social, cultural y económica, puesto que no sólo estamos frente a países con potencialidades diferentes sino que existe una gran diversidad en cada uno de ellos. Pero generar políticas de lucha comunes nos permitirá combatir con más fuerza algunos problemas que son esenciales en nuestros territorios.  En cada uno de ellos existen zonas de extrema pobreza donde no llegan los mínimos  servicios de atención de la salud, educación, asistencia social y estas zonas deben ser incorporadas a este proceso de integración.

       Y dentro del respeto a la igualdad se vuelve un gran problema la lucha contra la discriminación en todas sus formas, sobre todo a partir de campañas educativas de la sociedad con el propósito de favorecer su apertura hacia una mayor tolerancia, particularmente para nuestros hermanos latinoamericanos.  Por ende, el MERCOSUR no puede ser solamente una integración económica o de procesos eminentemente comerciales, sino que también debe integrarse socialmente. La discriminación no es una arista más de la violación de los derechos humanos; sino que puede ser el puntapié inicial para generar odios, resentimientos, violencia generalizada, contra ese otro diferente. Innumerables y penosos casos se han dado a lo largo de la historia de la humanidad. También puede convertirse en el primer escalón de una sucesiva cadena de violaciones de derechos fundamentales. El respeto de la igualdad de todos los hombres presupone una sociedad más democrática y menos conflictiva. Así también lo han entendido nuestros constituyentes y así se ha plasmado en las diversas constituciones de los países integrantes del MERCOSUR.

      Sin embargo,  aún queda por analizar si más allá de las declaraciones vertidas en los distintos textos constitucionales, unido a los tratados internacionales sobre derechos humanos que por lo general han sido firmados por estos cuatro países, la verdadera igualdad existe sin discriminaciones, ni expresiones de xenofobia, racismo o intolerancia. Es en la segunda sección de este trabajo donde me dedicaré expresamente a analizar esta problemática.  Y como había referido anteriormente, tratándose de un tema tan amplio solo me dedicaré a examinar  algunas cuestiones referidas a los mismos. Dentro del ámbito de la discriminación, me veo en la obligación por cuestiones de espacio, de realizar un esbozo de las distintas aristas que presenta este flagelo; en cuanto al racismo me avocaré a analizar la realidad indígena y de los negros  en la región y en cuanto a la xenofobia el contexto en el cual se insertan los inmigrantes latinoamericanos que se trasladan a otros países signatarios del MERCOSUR. Solo la punta del ovillo...

      Quizá la dificultad más importante en este trabajo se encuentre en el hecho de que la mayoría de las víctimas de estas conductas son excluidos sociales y muchos pueden serlo en más de un sentido, como podría ocurrir con la mujer negra y pobre, plausible de ser discriminada por varios motivos. O los mismos indígenas, que son segregados sociales por razones de todo tipo, incluidos los actos racistas, o las incidencias culturales, que tras siglos de escuchar el discurso dominante, nos llevan a ver sus prácticas como bárbaras y primitivas. Este proceso que se retroalimenta, donde la discriminación crea más discriminación,  se encuentra relacionado con  profunda pauperización y destrucción general que han vivido nuestros  pueblos. Por esta razón,  considero que un modo de paliar la exclusión continua de muchos de los habitantes del Mercosur es generando políticas comunes de ayuda mutua, y de articulación en todos los niveles, no solo a través del Estado- Nación sino también  mediante emprendimientos sociales regionales, que combatan la causa más común de exclusión: la pobreza.

 

II.DISCRIMINACIÓN, RACISMO Y XENOFOBIA

DISCRIMINACIÓN:

Cuando se vive en una sociedad multicultural como la nuestra debe surgir con mayor fuerza la idea de tomar a nuestro cargo la defensa de la igualdad –en la diversidad- de los seres humanos, lo que significa que el hombre luche por la posibilidad de que él y sus semejantes puedan realizarse en su propia existencia y en la plenitud de sus derechos. Y para que el hombre pueda desarrollarse en igualdad deben suprimirse todo tipo de conductas discriminatorias. Entiendo por DISCRIMINACIÓN  la segregación del otro en función de criterios arbitrarios basados en su raza, religión, nacionalidad, posición social, edad, orientación sexual o cualquier otra característica que le impida disfrutar de algún derecho en igualdad de condiciones con los demás personas. Entre tales prerrogativas se encuentran algunas que son fundamentales para el hombre por el mero hecho de ser tal, como reiteradamente lo han pronunciado los distintos tratados internacionales y que son fundamentales para un correcto desenvolvimiento de la persona humana: el derecho a la vida, a la libertad, a la integridad física, a la salud, al honor, a la educación, entre otros.

Las causales de discriminación pueden ser muchas y variadas. De hecho, la Argentina, por ejemplo,  sancionó una ley que contempla estas conductas y que  establece que serán actos u omisiones discriminatorias las que arbitrariamente impidan, obstruyan, restrinjan o e algún modo menoscaben el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional y  que serán considerados particularmente los actos u omisiones discriminatorios determinados por motivos tales como raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos. Y a los efectos del cumplimiento de esta ley se creó un organismo especializado, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI).[1] Queda por bregar que organismos similares sean instituidos a nivel de la región y en cada uno de los estados que forman parte del MERCOSUR, con el propósito de articular políticas que fomenten la diversidad, el diálogo y que disminuyan los conflictos de esta índole que puedan darse en el interior de estos estados y en forma supranacional.

Todos los hombres y mujeres habitantes del MERCOSUR deben tener la posibilidad de ejercer sus derechos sean estos civiles, políticos, sociales, culturales o económicos y el Estado debe comprometerse a remover todos los obstáculos que atenten contra esa igualdad. La lucha contra la discriminación y el respeto de los derechos humanos no puede estar reservada solo a aquellos individuos o grupos plausibles de convertirse en víctimas, por su raza, religión, orientación sexual o por cualquier condición que justifique su segregación de la sociedad “normal”; sino que debe ser bandera de batalla de todas las personas comprometidas con el otro y con la comunidad en que habitan. Porque en definitiva, todos potemos potencialmente ser discriminados o discriminadores, víctimas o victimarios. El problema de la discriminación es eminentemente cultural y puede atentar contra una verdadera integración. ¿De que integración podríamos hablar si millones de habitantes de la región viven bajo la línea de pobreza y han sido excluidos de todo tipo de decisiones? Los países que conforman el bloque han firmado  tratados internacionales que garantizan una mejor calidad de vida para los seres humanos, pero aún no las cumplen en su totalidad o no establecieron mecanismos necesarios para que puedan ejecutarse. Es menester por ende organizarse para cumplimentar políticas públicas tendientes  a mejorar las condiciones de vida de todos los residentes en el Mercosur. Y en el proceso de regionalización puede estar una de las respuestas posibles a la miseria, la opresión, la violencia, el analfabetismo, la precariedad en los servicios asistenciales, educativos y sanitarios con que viven muchos de los hombres, mujeres y niños que también son parte de estos procesos de integración y que son las principales víctimas de la discriminación, de la violencia racial y la exclusión social, económica, cultural y política.

El desafío de la región debe ser incorporar a quienes viven en las periferias de los procesos productivos, como auténticos ciudadanos partícipes en sus comunidades, de las políticas que los afecten. La desigualdad en materia de riqueza y distribución del ingreso estadísticamente en América Latina son muy altas. Estas desigualdades intrínsecas e históricas de nuestra sociedad pueden servirnos para entender por qué la pobreza que se extiende sin piedad sobre millones de seres humanos, es la principal causante de los problemas de discriminación, racismo y xenofobia que padecemos.

 

RACISMO:

      La Convención Internacional sobre Eliminación de Todas las formas de Discriminación Racial en su art. 1º define la discriminación racial como “toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico, que tenga  por objeto o resultado anular o menoscabar el conocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales...en cualquier esfera”.

      En la Conferencia Mundial de Durban celebrada en el año 2002 se ha reconocido el extremo problema de racismo que enfrentan nuestros países de Latinoamérica, en particular los afrodecendientes y los indígenas, quienes por lo general se ven sometidos a  míseras condiciones de vida, amén de que sus prácticas, su identidad,  su cultura, sus tierras, son amenazadas continuamente.

      Tanto los negros como los indígenas sufrieron un pasado en común de vejaciones,  justificado por la colonización de América; los primeros arrancados de sus raíces, sometidos al sistema esclavista, negados todos sus derechos como personas; los segundos  también explotados, perdieron las tierras de sus ancestros y tuvieron que adaptarse a las nuevas circunstancias, cambiando radicalmente su modo de vida. También la mayoría de ellos tienen un presente en común, de miseria, de exclusión, bajos salarios, desocupación. Como bien ha afirmado Mary Robinson “En la mayoría de los países latinoamericanos la esclavitud dejó un legado de enorme desigualdad estructural y de injusticia racial que en gran parte continúa de una u otra forma hasta nuestros días... puesto que existe una discriminación basada en la gradación de los colores de la piel o en el origen racial”. De hecho, por ejemplo en Brasil, específicamente en San Pablo se ha llegado incluso a la necesidad de presentar a fines del año 2003 un proyecto legislativo para aplicar cotas a la inclusión de funcionarios afrodescendientes, en un 30% en las instituciones municipales, ya que solamente el 4.6% trabajan en la administración pública.

      También han sido tomadas medidas nacionales de protección de los negros y los indígenas: firma del Convenio Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial y del Convenio sobre pueblos indígenas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); campañas educativas y de medios de comunicación  para evitar la conformación de estereotipos negativos;  acuerdos firmados por los estados parte para la creación de instituciones dedicadas a la defensa de los derechos de negros e indígenas, y en el caso de estos últimos disposiciones constitucionales que admiten la enseñanza bilingüe y el principio de autodeterminación y autogestión de las comunidades. Sin embargo, estos últimos son víctimas en el ámbito del MERCOSUR de una gran paradoja. Si bien, por lo general los textos constitucionales reconocen ampliamente sus derechos, muchas comunidades aún siguen reivindicando su lucha para recuperar las tierras de sus antepasados y lo hacen en franca desventaja enfrentándose a innumerables obstáculos burocráticos que muchas veces desconocen. De igual forma, no puedo omitir el hecho de que se han realizado muchos avances en materia legislativa con la intención de incluir a estos grupos en iguales condiciones en la vida institucional de estos países.

 

XENOFOBIA:

      La Xenofobia se manifiesta como el odio a los extranjeros. En los países integrantes de la región   –y a pesar de los compromisos asumidos- los migrantes son hostigados y sometidos a continuos controles aduaneros y policiales. Además, carecen de todo tipo de protección social. Por lo general no se los integra a la sociedad a la que han venido para mejorar sus condiciones de vida. Incluso se han registrado casos donde se les niegan los servicios básicos como acceso a la salud o educación en igualdad de condiciones y se los culpa del ascenso de las tasas de desempleo aún cuando la mayoría de ellos se ocupan en los sectores informales de la economía (los de bajos salarios o altos riesgos), a pesar de que existen, aunque en menor proporción, un grupo de mayores condiciones educativas.

      Dentro del MERCOSUR la Argentina es quizá el país con mayor cantidad de inmigrantes llegados de países limítrofes siendo este un fenómeno histórico. Brasil también recibe  inmigrantes de regiones fronterizas de Argentina, Uruguay y Paraguay, siendo estos últimos dos países los de mayor tasa de expulsión. Generalmente estos movimientos se asientan en los centros urbanos, -en la Argentina terminan engrosando los cordones de pobreza en zonas marginales de Capital Federal y el Gran Buenos Aires- y en  la región, la mayoría se trasladan a zonas de actividades mineras o a la zafra.

      Sin  embargo aún considero que el panorama no será tan desalentador en los próximos años. Contra las directrices que trazando la globalización y con el objetivo de fortalecer el MERCOSUR y eliminar barreras los países de la región han decidido que sus fronteras se abrirían en el 2003 para todos los ciudadanos que viven en el MERCOSUR. Esto – si bien aún no se ha implementado- se considera un paso importante en pro de su integración que asegurará la libre residencia de los ciudadanos, lo cual significa que los habitantes de los países integrantes del bloque podrán viajar libremente por esos territorios, buscar empleo, establecer una residencia fija y disfrutar de los mismos derechos que los ciudadanos de origen. Si esto ha sido posible fue debido a un acuerdo firmado en Bahía por los ministros de justicia del bloque. Como ha dicho un gran estudioso del tema, Lelio Mármora en oportunidad de la firma de un convenio con similares intenciones, podríamos decir: “Esto indica que se ha dado un paso importante en la agenda social para la constitución del MERCOSUR y que no vamos en pasos similares al resto del planeta... Un mundo donde la doctrina de la seguridad social con los recientes atentados terroristas es la que caracteriza las políticas migratorias extremadamente restrictivas de los países del primer mundo, que estigmatizan al migrante confundiéndolo con  poco menos que un ente peligroso, discriminándolo como ciudadano en permanente sospecha”.

      Una auténtica integración podrá generarse cuando la movilidad de las personas entre los estados que forman parte del MERCOSUR se realice con la menor cantidad de trabas posibles. Las políticas migratorias deben formar parte de la agenda social de los representantes de estos estados, con el propósito de concertar acuerdos que garanticen el respeto de los tratados internacionales y el acceso en igualdad de condiciones a los insumos básicos para una vida digna de  todos los ciudadanos de la región, puesto que es una cuestión de derechos humanos y las cuestiones del hombre no pueden estar supeditadas únicamente al desarrollo económico.

 

      III. CONCLUSION

      Para que el MERCOSUR se configure finalmente en un proceso exitoso, lo que significa que a nivel regional se constituya una unidad de auténticos compromisos, coherente y durable, que fortalezca nuestra endeble posición frente al mundo y mejore la calidad de vida de quienes residen en la región, se requiere en primer lugar fortalecer las relaciones interestatales que forman parte del mismo, con medidas tendientes a una real integración más allá de las palabras y de los protocolos, teniendo en mira siempre valores elementales como son la solidaridad, la justicia social y el acceso de todos los ciudadanos al goce de sus derechos sin ningún tipo de limitaciones, y menos aún, aquellas que nacen de arbitrariedades, prejuicios e injusticias; fruto de la incomprensión y la intolerancia.

      Contestes con estos propósitos, en ocasión de reunirse en diciembre del año 2000 los Presidentes de los estados parte del MERCOSUR junto con sus países asociados reafirmaron que la condición esencial para avanzar hacia la integración de la región, es que las instituciones democráticas sean permanentemente perfeccionadas y reforzadas. Para ello, es necesaria la defensa de los derechos fundamentales y también tomar medidas tendientes al desarrollo económico y social. (Estas medidas considero que siempre deben realizarse sobre la base de la justicia social, presente en mayor o menor medida en las constituciones nacionales y en la piedra fundamental de este proceso, como es el Tratado de Asunción; medidas que por sobre todo tiendan a privilegiar la erradicación de la pobreza y a integrar las zonas más marginales de la región).

      Además y lo más importante por lo menos a los fines de este trabajo, es que en dicho documento los Presidentes también mostraron su preocupación como representantes de sociedades multirraciales por los actos de manifiesta intolerancia ocurridos en el mundo y reconocieron la necesidad de intensificar la lucha contra el racismo y todas las formas de discriminación, tanto en lo interno como en los ámbitos regional e internacional, expresando que para ello es necesario una sociedad abierta, con capacidad de aceptar y valorar el pluralismo y la diversidad, por lo que consideraron conveniente dotar al sistema interamericano de un instrumento jurídico que permita combatir el racismo y la discriminación en todas sus formas.

      Por lo pronto mucho queda por hacer. Entre los objetivos que se pueden comenzar a trabajar en pro de este cambio de mentalidades en nuestras sociedades -que son los más difíciles de lograr- se encuentran los siguientes:

- Fomentar a través de la educación en todos los niveles, la convivencia democrática en la paz y la tolerancia, desarrollando planes nacionales y regionales de lucha contra la discriminación, la xenofobia y el racismo.

- Armonizar en la región a nivel  legislativo todas aquellas normas que traten sobre cuestiones clave en este proceso de integración.

- Mejorar la red de transporte interregional, sobre todo la ferroviaria.

- Permitir el acceso a los servicios  sociales básicos para todos los residentes en los estados que formen parte del MERCOSUR , independientemente de su nacionalidad.

- Establecer el tipo de documentos que permitan la identificación personal de todos los ciudadanos y faciliten la circulación transfronteriza.

- Restituir a los pueblos indígenas las tierras de las cuales fueron despojados en el pasado y defender sus derechos de los pueblos indígenas a mantener sus raíces, su cultura y su organización. Y además, para el cumplimiento efectivo de estas políticas, que todos los estados parte asignen en sus respectivos territorios, fondos suficientes en su Presupuesto Nacional.

      Estos son solo algunos de los objetivos para concretar una sociedad más equitativa, más justa y solidaria con el otro, que bregue por la igualdad de oportunidades para muchos y no por muchas oportunidades para pocos. En definitiva, para que no sea sólo un sueño de algunos, sino una realidad para todos.

 

      IV. BIBLIOGRAFÍA

- Resolución de la Comisión de Derechos Humanos del año 2002/03 “Los Derechos Humanos y la extrema pobreza”. Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

- Comunicado conjunto de los presidentes de los países miembros del MERCOSUR, Bolivia y Chile. Florianópolis, 14 y 15 de septiembre del año 2000.

- Comunicado de Amnistía Internacional, junio 2003. “Los derechos humanos en el MERCOSUR”.

- Conclusiones del Taller Subregional sobre la Aplicación de las Normas Internacionales de Derechos Humanos por los Tribunales y Cortes Nacionales de los países del MERCOSUR, Bolivia y Chile (Montevideo, Uruguay, del 22 al 25 de octubre del año 2001).

- Bentes, Nilma: “Movimiento negro en Brasil: esperanza revisada”.

- Hobsbawm, Eric: “Historia del siglo veinte”. Editorial Crítica, 2000.

- Jelin, Elizabeth; Valdés, Teresa y Bareiro, Line: “Género y Nación en el MERCOSUR. Notas para comenzar a pensar”

- Malvasio, Gabriela: “Mujeres negras en Uruguay. La diferencia étnica”

- Mármora, Lelio: “El MERCOSUR y las Políticas Migratorias”.

- Moniz Bandeira, Luis Alberto. “Conflicto e integración en América del Sur- Brasil, Argentina y EE.UU.   (De la Triple Alianza al MERCOSUR, 1870-2003), Revan, Río de Janeiro, 2003.

- Pinard, Gustavo: “Los Derechos Humanos en las Consituciones del MERCOSUR” Ediciones Ciudad Argentina. Buenos Aires, 1996.

- Ragazzi, Guillermo Enrique: “La Integración, el MERCOSUR y su actualidad”.

- Román, María Lilian y Soto, Clyde: “Derecho a la igualdad y a la no discriminación de la mujer”.

- Slomnisqui, Pablo: “La Ley Antidiscriminatoria”. Fabián Di Placido Editor (2001).

- Ulshoefer, Petra: “El MERCOSUR y los desafíos para la integración y participación de la mujer en el mundo del trabajo”.



[1] El Inadi se ha convertido en un organismo que puede recibir y tratar denuncias sobre esta temática.

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