El turismo constituye para el
MERCOSUR una importante fuente de divisas. Plantea un triple juego: implica una
transferencia de recursos interregionales (turismo entre los países miembros);
una importación (emisivo, cuando viajamos nosotros) o una exportación
(receptivo, cuando nos visitan). Este último caso es de sumo valor dado que
todo producto o servicio adquirido por un extranjero contiene mayor valor
agregado y carga impositiva. Tiene otras consecuencias de tipo cultural y
social, incorporándose en forma cada vez más acentuada, como una de las
necesidades básicas del individuo y un derecho social reconocido. Hoy se lo
valora como una eficiente herramienta para el desarrollo de los pueblos, por la
enorme diversificación de beneficiarios directos e indirectos y no cabe duda
que mejora la calidad de vida de las poblaciones receptivas. En conclusión, el
turismo es indiscutiblemente en el mundo moderno una de las actividad es
socioeconómica-cultural más trascendente y sus perspectivas son prácticamente
infinitas. Esta industria sin chimeneas
constituye la actividad económica más rentable en países como España e Italia.
Yendo específicamente al MERCOSUR, conformado por sus miembros permanentes y
asociados, los países que lo integran presentan una diversidad de atractivos,
que debe generar una adecuada oferta, conforme a los criterios de calidad que exige la demanda turística
internacional. Existen dos aspectos fundamentales:
El rol que le compete a cada
uno de los actores y el Garantizar los criterios
de sotenibilidad y competitividad del destino turístico a comercializar en el
mercado interno. No debemos ver nuestros mercados como competitivos sino como
complementarios. Mas allá de seguir estimulando el turismo intrarregional,
debemos proponernos seducir juntos a los turistas de los países con alto poder
adquisitivo porque ello nos reportará crecimiento asegurado. El turismo en términos económicos constituye
una industria sumamente rentable por su alto poder convertidor de las economías
regionales y su gran factor generador de empleo, el desafío es pues garantizar
al turista y a la población residente accesibilidad a los destinos,
competitividad y excelencia traducida en calidad de producto y en hospitalidad
de la comunidad local para con el visitante. Esto requiere criterios de
concientización y educación acerca del patrimonio natural y cultural que la
región posee, orientados en el
conocimiento primero para lograr después la valoración de la importancia de la
preservación y al uso sustentable (en cuanto al medio ambiente y a la
accesibilidad) habitante del mismo, en el marco de fomentar conductas
hospitalarias hacia el turista, lo que inexorablemente redundará en beneficios
en la población local.
El turismo es una actividad económica ubicada en el
sector servicios, que por sus características especiales se asimila a la
actividad industrial. De allí su denominación de "industria sin
chimeneas".
Produce inversiones específicas en lo que se denomina planta turística
(alojamiento, transportes turísticos, agencias de viajes) y aporta un
considerable aumento en consumo de otros sectores y actividades (gastronomía,
conocimiento, esparcimiento, etc.)
Para el MERCOSUR implica una transferencia de recursos interregionales
(turismo entre los países miembros); una exportación (turismo receptivo) o una
importación (turismo emisivo).
Cuando se comporta como una exportación (caso de extranjeros que nos
visitan) es de sumo valor dado que todo producto o servicio adquirido por un
extranjero contiene un mayor valor agregado y una mayor carga de impuestos que
esos mismos productos o servicios exportados.
Tiene otras consecuencias de tipo cultural y social, incorporándose en forma
cada vez más acentuada, como una de las necesidades básicas del individuo y un
derecho social reconocido.
Hoy se lo valora como una eficiente herramienta para el desarrollo de los
pueblos, por la enorme diversificación de beneficiarios directos e indirectos y
no cabe duda que mejora la calidad de vida de las poblaciones receptivas.
En conclusión, el turismo es indiscutiblemente en el mundo moderno una de
las actividades socioeconómica-cultural más trascendente y sus perspectivas son
prácticamente infinitas. Esta industria
sin chimeneas constituye la actividad económica más rentable en países
como España e Italia. Yendo específicamente al MERCOSUR, conformado por sus
miembros permanentes y asociados, los países que lo integran presentan una
diversidad de atractivos, que debe generar una adecuada oferta, conforme a los criterios de calidad que exige la
demanda turística internacional.
Partamos estableciendo 2 cosas fundamentales: la 1ra.
El rol que le compete a cada uno de los actores y la 2da. Garantizar los
criterios de sotenibilidad y competitividad del destino turístico a
comercializar en el mercado interno (y entiéndase por esto a los países que lo
integran) y en el internacional, abriéndose al mundo, que está ávido de este
tipo de oferta
La tendencia motivacional de acuerdo
a las proyecciones de la O.M.T. (Organización Mundial del Turismo), máximo
organismo internacional, dependiente de Naciones Unidas, viene señalando
claramente el cambio de preferencia por lo que en los años 70 significó el
producto sol y playa, que ahora se reemplaza por un turista más exclusivo,
interesado en otro grado de contenido, que se traduce en la búsqueda de sitios
que podríamos determinar como exóticos en cuanto a lo no convencional, a lo
prácticamente no consumido hasta el momento, con dos objetivos muy claros: el
turismo de aventura y el cultural.
Y en este sentido, el MERCOSUR posee
todas las potencialidades. En él se da una variada gama de posibilidades que
conforman una diversidad de oferta, basada en que cada país tiene su propio
producto turístico, pero se agrupan en bloque para presentarse estratégicamente
al mercado, actuando en un doble juego como productos especializados y a la vez
como oferta combinada. El MERCOSUR, como parte de América Latina, conforma un
organismo en constante crecimiento, cuyas partes vitales se componen con todo
lo que es el patrimonio natural, el histórico-cultural y el humano:
-
La oferta
histórico-cultural, conformada por el legado prehispánico, la conquista y
repoblación con los subsiguientes fenómenos migratorios. En síntesis, toda una
oferta integral que va desde los monumentos de gran valor
arquitectónico-estilístico hasta la gastronomía típica de cada cultura en
cuanto a lo autóctono y a lo que se ha enriquecido con la fusión
inmigratoria.
Un capítulo especial merecen las
grandes capitales (Brasilia, Buenos Aires, Montevideo) y las ciudades
vanguardistas fundadas en el siglo XIX (La Plata, Capital de la Pcia. de Bs.
As, que constituye el hecho cultural urbano más vanguardista del siglo XIX,
creada a partir de los principios de “ciudad ideal”, con avenidas arboladas,
diagonales y bulevares y plazas cada 6
calles, lo que le valió ser distinguida en la Exposición Universal de París de
1900 como la “ciudad más moderna del mundo”. El caso de Curitiba en Brasil,
pensada bajo la idea de “ciudad higienista”
o “ciudad pulmón”, entre otras.)
-
La misión evangelizadora: Circuito que va recorriendo
los hitos evangelizadores del indio americano, hasta sus exponentes máximos:
las Ruinas de San Ignacio en Misiones y la Manzana de Córdoba (en Argentina) y
los primitivos templos portugueses en el N.E. de Brasil.
- La
oferta de turismo de naturaleza, aquí hay una riqueza inmensa en alternativas,
podemos decir sin equivocarnos que el MERCOSUR es la región de los 5
continentes, pues reúne todos los climas y todos los paisajes. Los principales
circuitos son los siguientes:
- El
desierto, un recorrido increíble que nace en el Altiplano Boliviano, recorre
la Puna y culmina en Talampaya, un
paraíso único, declarado Patrimonio de la Humanidad, pasando por la Puna de
Atacama en Chile para integrarse al Macchu Pichu peruano.
- Los
lagos y bosques, circuito que integra los cerros cordilleranos y los bosques y
lagos del deshielo Se destacan importantes Parques Nacionales, declarados
Parimonio Histórico.
- Los
mares cálidos, las playas brasileñas y uruguayas, desde el NE de Brasil hasta
Punta del Este.
Del mismo modo nuestros puertos atraen cruceristas interesados por toda la costa brasileña, argentina y uruguaya. Para el verano se pueden unir bajo un calendario sincronizado la oferta del Carnaval brasileño, el uruguayo y el argentino, comenzando en Río y terminando en marzo en Buenos Aires con el Festival Internacional del Tango, que año tras años atrae miles de turistas.
- Los mares del Sur, un capítulo aparte para mencionar esta belleza austral, santuario de ballenas y poseedora de tesoros naturales inimaginables.
- Las
cataratas, de las más majestuosas del mundo, reconocidas como Patrimonio
Natural de la Humanidad por Unesco
- Los
glaciares y bosques, la patagonia argentina y los límites chilenos, esconden
paisajes bellísimos, cruzando el angosto país y llegando al Pacífico. Chile y
Argentina cuentan asimismo con 10 centros de esquí de excelencia internacional
y con los glaciares mas admirados del mundo. Vale detenernos en el Glaciar
Perito Moreno, cuyo rompimiento se produce una vez al año y son testigos miles
de turistas en busca de este fenómeno único. Además cuenta la ventaja de unir
el Pacífico con el atlántico.
- Amazonia
- Patagonia: estas regiones tienen, desde el punto de vista ecoturístico, un
valor formidable. Representan el 40% de la biodiversidad mundial. Constituyen
en el mundo un sinónimo de naturaleza y ecología y un producto único, marca
registrada.
- Las
pampas o región gaucha: la pampa argentina, la llanura uruguaya, y Río Grande
Do Sul constituyen en conjunto una cultura gaucha identificada
internacionalmente con las tierras más fértiles de la tierra y también con
historias compartidas. El turismo de estancias es el corazón de la propuesta.
un encuentro con la cultura de las fiestas populares y las costumbres de los
criollos argentinos y uruguayos.
- La
ruta del vino, circuito por los valles andinos, una aventura por los torrentes
del deshielo montañoso apto para kayac, montañismo, trekking y otros deportes y
visita a las bodegas donde se elabora el mejor vino del mundo.
- Los
tesoros del Potosí, una aventura inolvidable por el sueño que persiguieron los
españoles
- Y,
por último, de esta síntesis que hemos realizado de la riqueza turística del
MERCOSUR, que cada vez atrae más visitantes de todo el mundo, se mencionó un
tercer producto:
Esto es
una irrefutable verdad geopolítica. Una herencia inmodificable. Una realidad.
En este marco, el turismo genera la segunda fuente más importante de divisas.
¿Podrá el turismo destronar a los cereales y los combustibles de los primeros
lugares del ranking de exportaciones? ¿Sería posible que el MERCOSUR asista a
una revolución copernicana cuando la exportación de servicios por turismo se
convierta en el centro de la economía regional y toda la oferta local gire en
torno de esta industria?
Varios datos invitan a pensar este
escenario: en 2001, solo en Argentina, más del 10% de las exportaciones
argentinas (unos US$ 3000 millones) fueron por divisas que dejaron los turistas
extranjeros; así, este sector fue la segunda fuente de ingresos del país.
El dato más alentador, sin embargo, provino de un informe
elaborado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en
inglés), que aseguraba que en el 2002 el turismo receptivo significará el 15,3%
de las exportaciones argentinas, inyectándole al país divisas por 5100 millones
de dólares, algo que fue superado con creces. Hoy, tras los 11 años que duró la
convertibilidad, en que este sector acusó un déficit en su balanza comercial
cuando viajar al exterior era barato, a costa de convertir a la Argentina en
uno de los destinos más caros del mundo, en el 2002 se revirtió absolutamente
la tendencia de los últimos años: mientras antes las empresas extranjeras y los
países participantes venían a vender y promocionar sus destinos, ahora
participan de Ferias Internacionales para venir a Argentina, en virtud de la
nueva relación del peso respecto del dólar, que nos hace tan competitivos y
baratos como lo fue Brasil para los turistas argentinos hasta, al menos, fines
de 2001.
El
consumidor internacional apuesta a los dos grandes mercados, al producto Brasil
primero en América Latina y a Argentina en segundo lugar. Se debe explotar entonces, conformando
productos combinados entre los miembros del MERCOSUR, presentar al mercado
internacional sus diferenciados productos en bloque, de un modo competitivo y,
por ende, rentable. Nuestros países deben prepararse cualificadamente para eso,
pues hay una gran capacidad ociosa.
Así como el sector de la construcción, con sus vaivenes, es
el mejor síntoma del estado de la economía, por la cantidad de puestos de
empleo que genera, el turismo demuestra que los movimientos de capitales e
inversión en la materia son elocuentes.
Hay grandes temas para
discutir (las políticas de cabotaje, la excelencia en los servicios, las
políticas de lealtad comercial, entre otros), pero el MERCOSUR en el escenario
internacional constituye una región que cuenta con grandes ventajas: es una
zona de paz, tiene una gran variedad de ofertas, es competitiva en términos
económicos y tiene excelentes vías de conexión. Estas características nos
ayudarán a disminuir la desventaja de la distancia respecto de Europa y los
Estados Unidos. Si ofrecemos una propuesta conjunta entre los miembros venir a
nuestra región justificará mejor el viaje. Para ello debemos actuar
sinérgicamente, promoviendo nuestra presencia conjunta en las grandes ferias
internacionales y elaborando estrategias y materiales con identificaciones,
logos y simbología común.
Quedó demostrado que bastante
de esta inicativa cuenta con el apoyo y la participación de Brasil y Paraguay
que comparten esta filosofía. El
MERCOSUR atraviesa un momento crucial, pues existe un consenso para relanzarlo
y dotarlo de acciones que hagan realidad el compromiso de formar un bloque
común. Por ello debemos proponer al
mundo visitar esta gran región de naciones que es el MERCOSUR poniendo en valor
propuestas integradas que se enunciaron anteriormente.
No debemos ver nuestros
mercados como competitivos sino como complementarios. Mas allá de seguir estimulando
el turismo intrarregional, debemos proponernos seducir juntos a los turistas de
los países con alto poder adquisitivo porque ello nos reportará crecimiento
asegurado.
El turismo en términos
económicos constituye una industria sumamente rentable por su alto poder
convertidor de las economías regionales y su gran factor generador de empleo,
el desafío es pues garantizar al poblador residente primero y en consecuencia
al turista la accesibilidad a los destinos, competitividad y excelencia traducida
en productos de calidad sostenible excluyendo barreras naturales y
arquitectónicas y en conceptos de hospitalidad de la comunidad local para con
el visitante. Esto requiere criterios de concientización y educación acerca del
patrimonio natural y cultural que la región posee, orientados en el conocimiento primero para lograr después la
valoración de la importancia de la preservación y al uso sustentable del mismo,
en el marco de fomentar conductas hospitalarias hacia el turista, lo que
inexorablemente redundará en beneficios en la población local.
Bibliografía utilizada y Fuentes consultadas por el
autor:
-ACHUGAR y BUSTAMANTE, 1996. "MERCOSUR,
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