El caso arribado al estrado judicial se había iniciado a raíz de una persecución de un sospechoso quien, antes de ser detenido estacionó el automóvil en el que se movilizaba en un centro comercial, alejándose del mismo.
No obstante, la policía lo interceptó encontrando en su campera una bolsa de marihuana y otra de cocaína, para dirigirse al vehículo en donde halló una pistola cargada.
Por el hecho, el sospechoso fue condenado a 15 años de prisión al considerarlo culpable de los delitos de portación de armas y tenencia de drogas, luego de que se avalara el procedimiento policial –tanto en primera como en segunda instancia- el cual fue duramente cuestionado por su defensa.
Con esta resolución, la justicia avala el registro del automóvil cuando los sospechosos hayan salido de él, complementando de esta forma lo resuelto en 1981 cuando había autorizado el registro del automóvil de cualquier sospechoso, sea conductor o pasajero, mientras estén en su interior.