Señaló Highton que “es un tema de gran actualidad” y que “la mediación debe seguir extendiéndose”. Afirmó que “la erradicación de la violencia se soluciona con una mejor comunicación” a la vez que aclaró que “hay preconceptos que la mediación puede funcionar menos en materia penal, pero yo no los comparto”.
Asimismo criticó los discursos de mano dura que se escuchan hoy en día desde distintos ámbitos de la sociedad. “Los problemas de la seguridad no se solucionan rebajando las edades para las penas”, sentenció.
Frente a un auditorio repleto que la escuchaba atentamente Highton concluyó remarcando que la mediación penal “para nada es un abolicionismo, es una herramienta que permite que los tribunales se dediquen a lo que se tienen que dedicar”, pero aclaró “no todos los casos son para mediación”.
Según se dijo en la charla, la mediación penal rige desde el año 2002 en las provincias de Chaco y Neuquen, y nuestra Constitución Nacional no dice nada que obstaculice su implementación. Sin embargo, “es necesario una reforma en el Código Penal, en la parte que se refiere a las acciones”, aclaró María Quintana.
El libro, de la editorial Quorum, es un trabajo de muchos años en donde colaboraron muchas personas, alguna de las cuales estuvieron presentes en la Asociación de Magistrados. En el mismo se analizan experiencias pilotos en nuestro país y distintos programas del exterior. También contiene el proyecto presentado en el Congreso que propone las reformas necesarias para la implementación de la mediación penal a nivel nacional. “No todos los delitos deben ser perseguidos, y tampoco puede quedar al arbitrio de una persona. Se deben implementar criterios objetivos y llevar a los tribunales las que sean de trascendencia institucional o judicial”, aclaró María Quintana”.
Al finalizar la presentación formal, DiarioJudicial.com pudo dialogar con las autoras del libro. “Nosotras pensamos en la necesidad de una experiencia piloto y se hizo a través del Ministerio de Justicia de la Nación y en las provincias, a través del los Colegios de Abogados y de la Procuración, como por ejemplo Mercedes, Lomas de Zamora y La Matanza”, dijo María Quintana.
Y agregó: “Esto nos dio una idea de cómo se podrían implementar los programas víctima/victimario en la Argentina. Después de hacer ese sondeo, hicimos el proyecto, que responde a la idiosincracia argentina. Fue el resultado de muchos años de estudio con relación a los programas de EEUU, Canadá y de Europa. Les pedimos a todos que participen y que nos hagan llegar sus criticas”.
Por su parte, María Carolina Obarrio, coautora del libro, destacó a este medio que “en la práctica hay muchas cuestiones, como las de violencia familiar, que se resuelven entre las partes y no se ejercita la acción penal”.