LOS AÑEJOS DE LA UBA. La facultad de derecho más importante de la Argentina hace tiempo que ya tomó partido por el límite de edad que deben tener los profesores titulares en todas sus cátedras. Todo profesor regular cesa en las funciones para las que ha sido designado el 1º de marzo del año siguiente a aquél en el que cumple sesenta y cinco años de edad. En tal circunstancia puede ser designado profesor consulto o profesor emérito (algo que a muchos les suena a archivo a pesar de los honores). Si no lo propone el Consejo Directivo, para ninguna de estas categorías o si no tiene aportes suficientes para jubilarse, se lo indemniza como a un despedido cualquiera. El derecho tiene dos brazos la academia (la teoría), con el límite de 65 -aquí no hay lifting ni viagra que valga- y los tribunales (la práctica), en donde hay varios muchachos en las movidas trincheras del día a día que pasaron los 70 lejos. En 1994 se modificó la Constitución y una de las reformas limitó la inamovilidad de los jueces, ya que por el art. 99 inc. 4 "los jueces mayores de 75 años necesitan un nuevo acuerdo del Senado para seguir en sus funciones". Esto dio lugar al caso Fayt (nacido en 1918, el ministro de 86 años es el más longevo del Alto Tribunal) y a la declaración de inconstitucionalidad del mencionado artículo. Lo cierto es que con el mundo globalizado y la generación post Zaffaroni de egresados que dan vueltas por el mundo (España y Alemania son las mecas) haciendo doctorados, maestrías y posgrados varios, en algún momento van a querer empezar a ocupar sus lugares en el ring para poder hacer valer los pergaminos que van acumulando. Esta generación de nuevos Power Rangers del derecho dentro de muy poco van a pretender ocupar sus espacios en los tribunales, pero mientras la salud aguante, los jueces son eternos.
DA ROCHA NO DERROCHA. Rara situación se vivió esta semana en la Comisión de Selección del Consejo de la Magistratura cuando se comenzó a discutir si se le iba a brindar apoyo institucional a un curso que organiza la española Fundación Carolina, destinada a la promoción de las relaciones culturales y la cooperación en el ámbito educativo y científico entre la madre patria y el resto del mundo y especialmente con los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones. Si bien en la comisión se decidió brindar este apoyo, la votación fue demasiado áspera, ya que surgió un duro opositor al aval solicitado y para sorpresa de todos, quien proponía no darlo era nada más y nada menos que el representante del Poder Ejecutivo Nacional, Joaquín Da Rocha. Lo que sorprendió a los presentes es que “el Chango”, se oponía justamente a una entidad que está presidida por el mismísimo Jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien nuestro sureño jefe de Estado, Néstor Kirchner, esta buscando tener las mejores relaciones posibles en vistas a los acuerdos por la bendita deuda externa. Lo único que buscaba la fundación con asiento en Madrid -en la Agencia Española de Cooperación Internacional- era solamente un apoyo declarativo e institucional, ya que no pedía nada de dinero. Pero al parecer Da Rocha, intentó pasarle una factura a la UBA, ya que la casa de altos estudios también participará en el curso de 180 horas incluido en el Programa de Administración y Modernización Judicial. Según comentaron los voceros “el Chango”, está un poco quisquilloso con la UBA, a raíz de que desde la Universidad no apoyaron –después de ayudarlo siempre- algunos proyectos de la Fundación de Estudios para la Justicia (FUNDEJUS) de la que es orgulloso fundador, y entonces intentó tomarse “una especie de revancha”. Al respecto, la misma fuente confió “es raro lo del Chango, valoró un interés personal por sobre un interés de Estado, ya que se sabe que desde el Poder Ejecutivo se quieren tener buenas relaciones con España, y se corre el riesgo que este tipo de acciones puedan generar algún resquemor”.