En ese sentido, Rosatti sostuvo que el Código Penal provoca la "sorpresa" de estipular condenas duras contra algunos delitos considerados menos graves si se los mide con el valor de la vida, el bien jurídico supremo. "En algunos caso habrá que bajar (las penas) y en otros subir, pero tenemos claro que entre los bienes, el valor de la vida, la integridad y el honor son más relevantes que la propiedad", indicó.
El titular de la cartera de Justicia explicó además que ésta tarea estaría a cargo de una comisión de juristas y doctores en leyes, los cuales tomarán como pena base o "testigo" la establecida para el delito de homicidio -8 a 25 años de cárcel para el homicidio simple y prisión o reclusión perpetua para el agravado-, y a partir de allí harán el escalonamiento que corresponda. La comisión se integraría recién durante 2005 y concluiría tu tarea con un proyecto de ley.
El ministro admitió que la iniciativa puede llegar a originar "polémica" en algunos sectores, sobre todo luego de la ola de reclamos de endurecimiento de penas. Pero consideró que "la propia sociedad se reexamina a sí misma para ver qué tipo de bienes esta tutelando con mayor énfasis".
Meses atrás, en el marco de la fuerte campaña que incluyó masivas movilizaciones impulsada por Juan Carlos Blumberg, el Congreso Nacional aprobó el endurecimiento de penas para diversos delitos, sobre todo los considerados gravísimos o aberrantes. En ese sentido, estableció la reclusión perpetua de cumplimiento efectivo para los casos de violación seguida de muerte; la sumatoria de las condenas para quien perpetre más de un delito, hasta un máximo de 50 años; una pena de entre 6 años y 8 meses y 20 años de cárcel para el robo con armas y el aumento de la condena para la tenencia y portación ilegal de armas.
Y también, para limitar la libertad condicional y las salidas anticipadas de prisión de los reos condenados por delitos gravísimos, dispuso elevar de 20 a 35 años el tiempo de cumplimiento efectivo de cárcel, recién tras lo cual podrán pedir esos beneficios.