Se lamentó Rosatti de que la violación a los derechos humanos no es patrimonio exclusivo de la última dictadura militar ya que “en democracia existieron -y aún persisten- violaciones de derechos y libertades. No obstante, sería inadmisible equiparar estas situaciones al “Terrorismo de Estado” implementado durante el último gobierno de facto”.
Durante su exposición hizo una referencia pormenorizada a cada uno de los objetivos y logros de nuestro país en materia de derechos humanos, reconociendo que “el Gobierno argentino es conciente que su mayor desafío es dar respuesta a la vulneración de derechos y garantías derivados de la crisis socioeconómica y sus consecuencias de exclusión social”.
Reivindicó también el proceso de canje llevado adelante, que “por vez primera en la historia argentina un proceso de reestructuración de su pasivo ha culminado con una drástica disminución del endeudamiento del país, que de representar el 113% del Producto Bruto Interno[PBI] pasó al 72%...compatible con el crecimiento económico y el desarrollo, y no a costa del hambre del pueblo argentino”..
Entre otros puntos -tales como educación, reconocimiento de tierras a comunidades originarias, instalación de Casas de Justicia y la participación de nuestro país en la agenda internacional de derechos humanos - reafirmó que la Argentina considera que “el respeto irrestricto de los derechos humanos es el único medio idóneo para asegurar la plena vigencia de las instituciones democráticas y contribuir a la paz y seguridad internacionales”.
Concluyó que “un objetivo tan ambicioso como necesario que no puede alcanzarse solitariamente desde los Estados sino que requiere indiscutiblemente de la vigilancia permanente de la comunidad internacional y sus instituciones”.