Policías que tiran colillas de cigarrillo donde hubo un tiroteo instantes antes, periodistas que invaden todo en busca de “primicias”, curiosos que se llevan "recuerdos" del lugar de un accidente ..., todas son imágenes comunes para la escena del crimen argentina. Por ello, el Ministerio de Justicia que conduce Horacio Rosatti elaboró este manual que intenta consensuar criterios para la preservación de la escena del crimen y asegurar el éxito de las investigaciones posteriores.
La Comisión encargada de la elaboración del mismo estuvo integrada por Julio Enrique Aparicio, Silvia Marino, Pablo Fappiano, Mónica Mithieux y Felipe Molinari en representación de la cartera de Justicia; el Principal Sergio Lozano (por Policía Federal Argentina), el Prefecto Jorge Delgado (por Prefectura Naval Argentina), el comisario Sergio Torcigliani (por Policía de la Provincia de Buenos Aires), y el comandante Principal Miguel Sánchez, por Dirección Nacional de Gendarmería. La coordinación estuvo a cargo del licenciado Eloy Emiliano Torales.
“La percepción social con respecto a la eficacia y eficiencia del sistema de justicia, particularmente de la justicia penal, dista abismalmente del ideal”, advierte el manual en su introducción. Y destaca distintas encuestas donde la credibilidad de la población con respecto a la justicia criminal no supera el 7%.
La publicación da instrucciones que, por más elementales que parezcan, pocas veces se cumplen. Y esto lleva, en muchos casos, al fracaso posterior de las investigaciones. Por ejemplo, se aclara que
quien arriba primero al lugar de un hecho, las mayoría de las veces un policía, es el "responsable" de preservar el lugar del hecho, es decir, "el espacio físico en el que se ha producido un acontecimiento susceptible de una investigación científica criminal".
El texto también señala que "el personal policial debe abstenerse de hablar acerca del hecho o de las circunstancias del mismo con terceras personas ajenas al mismo". "El funcionario policial o de fuerza de seguridad que se anoticie de la posible comisión de un hecho delictivo debe llegar con rapidez al lugar del hecho o escena del crimen y estar atento ante cualquier circunstancia que pueda ser relevante", indica el manual. Establecer el perímetro dentro del cual puede haber elementos de prueba, "permanecer en continuo estado de alerta, registrar la hora de arribo, despejar el lugar desalojando a los curiosos y restringiendo el acceso", son algunas de las instrucciones.
Además se destaca la figura de un coordinador, que debe definir el cerco perimetral para restringir el acceso y "advertir a quienes ingresen al lugar de la existencia de elementos, rastros o indicios a efectos de que no los modifiquen, alteren o contaminen".
También se instó a que fiscales y jueces ordenen a los policías en el lugar "documentar cualquier declaración o comentario realizado por la víctima, el presunto autor y/o los partícipes" de un hecho. Y además, "enviar a un policía o personal de fuerza de seguridad a que acompañe a la víctima o presunto autor de un hecho" si por estar herido fuese derivado a un centro asistencial.
En una primera etapa, el manual será distribuido a fiscales, defensores, jueces y empleados del Poder judicial porteño. En las próximas semanas llegará a Mendoza, Santiago del Estero, La Rioja, Tierra del Fuego y Neuquen.
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