Diario Judicial:¿Cuáles son los objetivos principales de la Federación Interamericana de Abogados?
Manuel Omar Lozano: La FIA tiene ya 65 años de vida. Y mantiene hoy los objetivos del momento de su fundación. Persigue, fundamentalmente, defender lo funcional del abogado, lo que tiene que ver con su profesión, pero además exaltar lo académico y tratar de vincularlo en toda América. Por lo demás, la FIA se ha convertido en veedora de procesos de transición política de algunos países. Lo fue en Venezuela. Es veedora de actos electorales. Ofrece árbitros para diferentes situaciones que se le plantean. Tiene tareas de asesoramiento para organismos internacionales como la OEA y ONU. Participa de conclaves o simposios de organismos internacionales. Tiene miembros permanentes individuales y miembros permanentes de asociaciones. La FIA representa en América más de un millón de abogados, entre individuales y asociaciones.
Por fuera de la reunión anual académica ¿como es el contacto el resto del año entre los miembros de la Federación?
La FIA tiene una reunión anual con una finalidad académica, que es en el primer semestre de cada año. Fuera de la finalidad académica tiene, en la segunda mitad del año, la reunión de Consejo, que es el órgano deliberativo de la Federación. Y después tiene intervenciones en todos los países porque las autoridades de la Federación o los integrantes de los Comités caminan por los diferentes países haciendo simposios, jornadas o conferencias bilaterales. Integrantes de distintos países de la FIA que, sin la intervención central de la Federación, organizan bilateralmente algún evento de naturaleza académica.
¿Cuál es el objetivo del encuentro de este año y porque lleva el título de “Retos de la abogacía en los albores del siglo XXI”?
La tarea de fijar el título convocante en cada conferencia es del comité organizador. La rama argentina encuentra que en estos años la abogacía va a tener retos diferentes como consecuencia de la globalización, del proceso de integración. Por muchos motivos aparecen consultas en nuestros estudios de abogados que hace dos, tres, cuatro años no ocurrían. Antes se hacían consultas de naturaleza nacional o local. Hoy es habitual que en cualquier estudio de abogados de Buenos Aires se reciba una consulta que tenga que ver con el ámbito civil de un hecho ocurrido en otro país. Hay como una integración de la profesión también. A eso lo llamamos nuevos retos. Los abogados no están preparados para eso. Los abogados están preparados para lo que venía ocurriendo pero no están preparados para estas nuevas exigencias. Entonces el titulo de la conferencia intenta que cada Comité de la FIA se posicione en los aspectos que pueden ser nuevos de la práctica de la abogacía y los trate para fijar parámetros. Ese es el motivo por el cual se denominó “Retos de la abogacía en los albores del siglo XXI”.
¿Ese es un déficit sólo de los abogados argentinos u ocurre lo mismo en otras partes de América?
Es un déficit de la Argentina. Es algo que no existe en otros países, por ejemplo Canadá, Estados Unidos, que han pasado ya este estadio. Pero hay algunos países que ni han advertido estos nuevos retos. La Argentina estaría en un escalón intermedio. Está advirtiendo que hay nuevos desafíos y los afronta pero hay países no tan desarrollados en América que todavía no hay localizado estas cuestiones.
¿Cuáles serian los desafíos principales?
Asesoramiento que tenga que ver con procesos de integración, cuestiones de arbitrajes entre nacionales de diferentes países, contratos internacionales, situaciones penales que involucran extradición con regímenes diferentes, derechos humanos. Países como el nuestro incluyen en su Constitución Nacional tratados internacionales pero hay países que no han hecho eso. Entonces hay diferencias en los tratamientos de cuestiones de esa naturaleza.
¿La globalización lleva a una globalización de las leyes?
No se si necesariamente a eso. Por lo pronto lo que exige la globalización es que los estudios jurídicos estén en conocimiento de diferentes legislaciones. Un problema que involucre a Brasil y Argentina requiere a un estudio jurídico que tenga acabado conocimiento de ambas legislaciones. Otro tema es que después todo esto termine en una legislación supranacional. Pero que los estudios deben adaptarse a las exigencias, no tengo dudas.
Por eso durante la conferencia en Buenos Aires se abordaran temas vinculados al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y terrorismo que tienen que ver con una integración de los países
A eso hago referencia. En los procesos de integración como ALCA y MERCOSUR, en nuestro continente tienen diferencias. El proceso de integración europeo tiene un desarrollo mucho más avanzado. Tienen una moneda común, un parlamento común, un tribunal de derechos humanos común. Y el ALCA y MERCOSUR no se han desarrollado tanto. Nosotros estamos en camino, aparentemente, de aquello. Entonces a partir de allí aparecen los desafíos. El tema terrorismo es ultra importante. Para algunos ese tema debe ser atendido por fuerzas policiales, de seguridad, para otros debe ser atendido por las fuerzas armadas. Y eso marca diferencias notables y relaciones entre los estados, algunos de los cuales quieren o exigen que la normativa interna de terceros estados alcancen esas hipótesis. Para dar un ejemplo, Estados Unidos está interesado en que cada país involucre a las fuerzas armadas en el tema terrorismo y en esos países, normalmente, hay posiciones en contrario.
¿Qué semejanzas y diferencias encuentra entre los abogados de América?
La respuesta es compleja atendiendo la diversidad de países que integran el continente. Yo diría que la práctica de la abogacía en la Argentina, si bien tengo reclamos para con ella, está bastante desarrollada y mucho más si la comparamos con otros países. La práctica de la abogacía en la Argentina goza de muy buen concepto. Hay diferencias con otros países que están marcadas por su situación o el posicionamiento de esos países: el tema económico tiene que ver, el tema doctrinario, jurisprudencial, las etapas o coyunturas políticas que transitan esos países. Entonces esa irregularidad que podemos encontrar hoy día caracteriza la práctica de la abogacía. Yo diría que el abogado argentino goza de un alto concepto en una gran cantidad de países de América. Jueces y autores argentinos son muy leídos y en algunos países, diría, condicionan el conocimiento del derecho. Es muy habitual ver que se nombre a Zaffaroni en Derecho Penal, a Vanossi en Derecho Constitucional, que se trabaje en esos países con obras de juristas argentinos. Quizás en EEUU no tienen entrada los autores argentinos pero eso tiene una explicación que es la naturaleza del derecho que se practica en EE.UU. Pero uno va a México y le nombran juristas argentinos, en Colombia, Venezuela, en Centroamérica ocurre lo mismo.
¿Cuáles son los problemas diarios con los que un abogado argentino se encuentra?
Los problemas con la práctica de la profesión en la Argentina existen. Sin establecer comparaciones con otros países yo creo que hoy en la Argentina los abogados jóvenes son los que más tienen problemas. Los abogados que ya contamos con algunos años en el ejercicio de la profesión podemos desempeñar nuestro rol con cierta comodidad. Pero encuentro que los abogados jóvenes tienen dificultad. Es muy difícil insertarse en el mercado, llegan sin una especialización determinada. Por otro lado hay un problema en el tema incumbencias. Es decir, no es raro ver que profesionales de otras áreas, revindican trabajos que son propios del abogado. El debido respeto de las incumbencias de los abogados es un tema que hoy debiera merecer atención. Creemos también que las asociaciones, los colegios de abogados, trabajan poco en la actualización del derecho respecto de sus colegiados. Aunque parezca mentira, no todos los abogados en nuestro país gozan de los medios que aquí en la ciudad de Buenos Aires son habituales. Por ejemplo el acceso a una computadora o internet.
¿Cuál es el lugar de las facultades en todo esto?
Yo soy un defensor de la educación del derecho en la Argentina. Que está bastante criticada. Yo soy profesor de la Universidad de Morón y tengo muchos amigos de la Universidad de Buenos Aires. No es mala la formación del abogado en la Argentina comparado con otros países. Yo se que alguien puede decirme que puede ser mejor. Sí, siempre todo puede ser mejor .