La recomendación fue aprobada por el plenario del Consejo este jueves y elevada a ambas Cámara del Congreso y al Ministerio de Justicia de la Nación. Ahora es el Poder Legislativo el que debe tratar el pedido ya que es el órgano que tiene la facultad para crear tribunales nacionales y federales.
El pedido de creación de los nuevos tribunales se basa en la sobrecarga de trabajo que ambos fueros tienen. Así se lo hicieron saber al Consejo el procurador general de la nación, Esteban Righi, que elevó al Consejo el pedido por la Justicia de menores, y la Cámara Federal de la Seguridad Social, que hizo lo propio respecto a su fuero.
El reclamo para la creación de nuevas dependencias en el fuero de la Seguridad Social fue dirigido al Consejo en tres oportunidades: el 15 de junio y el 24 de octubre de 2005 y el 13 de febrero de este año. La Cámara fundó su reclamo en el aumento de la litigiosidad del fuero lo que produce un desborde de trabajo.
De las estadísticas que analizó el Consejo para recomendar la creación de los nuevos tribuanles, surge que mientras en los juzgados de primera instancia ingresaron en el 2003 14.602 expedientes y en el 2004 13.349, la cantidad de causas se triplicó en el 2005: 31.761. Por otra parte, durante febrero y marzo de este año ya ingresaron en los juzgados de primera instancia 11.507 causas.
El fuero de la Seguridad Social tiene actualmente tres salas de Cámara y 10 juzgados de primera instancia.
En relación a la Justicia de menores, la actual legislación establece que tiene competencia en las causas donde también hay procesados mayores, cuando en un principio se había pensado que sería al revés teniendo en cuenta que se habían creado 30 tribunales orales de mayores y sólo tres de menores.
“Los procesos que involucran a mayores complican el trámite de los casos de menores, impidiendo la dedicación que demanda el tratamiento de los menores tutelados, el seguimiento de sus casos, familias, etc”, dice el dictamen aprobado por el Consejo.
El dictamen también señala que “la creciente dificultad de los tribunales orales de menores se debe a la excesiva cantidad y complejidad de los procesos que deben tramitar, el auge de la delincuencia juvenil, la precocidad en la configuración de las bandas, y el hecho cada vez más frecuente de que en las agrupaciones criminales siempre existe un menor que atrae la competencia de este fuero, por lo cual debe juzgarse a una gran cantidad de mayores”.