La Corte Suprema ratificó el pago de una indemnización decidida por un jurado en un caso de discriminación sexual contra una mujer que fue obligada a realizar “trabajo físico duro”, después que acusó a su jefe de acoso sexual ante la Justicia.
El caso es el de Sheila White, que trabajaba como operadora de una máquina elevadora en Burlington Northern Santa Fe Railway, de Memphis. Era la única mujer que trabajaba en el servicio ferroviario pero fue transferida a realizar trabajos duros. Además, fue suspendida durante el feriado de Navidad tras acusar a su supervisor de acoso sexual.
En una votación de 9 a 0, los magistrados dijeron que White
fue suspendida indebidamente por 37 días durante el feriado de Navidad. Además, los jueces cuestionaron su traslado: pasó de operar una máquina elevadora a realizar tareas físicas más extenuantes como obrero del servicio ferroviario.
El juez Stephen Breyer aclaró en su resolución que White recibió un pago retroactivo, pero indicó que ella y su familia tuvieron que vivir por 37 días sin ningún ingreso. “Muchos empleados razonables consideran que un mes sin pago salarial provoca graves dificultades”, aseguró el magistrado.
Según los estándares del Tribunal Supremo, los empleadores pueden ser acusados de tomar represalia ilegalmente si sus acciones “interfieren con los esfuerzos de un empleado" que trata de asegurarse de que no se discrimine en su contra en el centro de trabajo, abundó Breyer.
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