El despacho del juez Gabriel Cavallo ha perdido la actividad febril de otros
tiempos. Ahora invoca recuerdos que también forman parte del presente, pese
a su flamante designación como sexto integrante de la Cámara Federal porteña,
ligados a una causa "maldita", como la de los presuntos sobornos en el Senado
que cayó en sus manos tras la renuncia de Carlos Liporaci.
En un reportaje concedido a Diariojudicial.com el juez se defiende de las acusaciones
que le dispara el fiscal Eduardo Freiler advirtiendo que "decir que la causa
está estancada, que no se está investigando, es una mentira", a la vez que asegura
que no estaba en sus manos impedir que cuatro de los senadores imputados votaran
su pliego como camarista.
Cavallo entiende y reitera que con el fiscal Freiler "hay un problema personal
de él hacia mi motivado en una relación profesional, en una relación funcional",
que "se fue haciendo callo" y devino disputa e inocultable resentimiento entre
ambos. "Decir que hubo una maniobra para demorar la causa también es una mentira".
Durante buena parte de la charla acerca de este tema Cavallo recalca que "lo
que se puede investigar es la prueba que no existe todavía. Hasta donde yo lo
tuve, el expediente tiene un montón de pruebas que todavía se están por producir".
Repasa también otro de sus frentes de tormenta como lo fue el concurso en el
Consejo de la Magistratura y se entusiasma cuando habla del fallo en el cual
declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final,
sancionadas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, cuya ratificación por parte
de la Corte Suprema de Justicia abriría causas dormidas por crímenes de lesa
humanidad durante la dictadura militar. Cavallo tiene elementos para presagiar
que si eso llegara a suceder "algunos paises" en los que se juzgan hechos sucedidos
en la Argentina en aquella época "van a desistir" de esas causas, como es el
caso de Alemania. "Desde el punto de vista institucional -asegura- es la causa
más importante en la que tuve que intervenir".
Diariojudicial.com: A partir de que la causa por el presunto pago de
sobornos en el Senado llega a su juzgado, ¿cuál fue la evolución del expediente
durante esos seis meses?
Gabriel Cavallo: Cuando yo llegué, la causa del Senado estaba sin rumbo,
sin ningún tipo de línea clara ni definida para investigar; se había llamado
a indagatoria a un montón de gente, se le había dictado la falta de mérito a
algunos sí y a otros no. Caprichosamente hubo gente a la que se le dictó falta
de mérito y no fue apelada por los fiscales, y no se porqué. Hubo gente que
fue indagada, se les dictó la falta de mérito y sì fue apelada por los fiscales
y luego la Cámara, como todos sabemos, confirmó esa falta de mérito.
Lo cierto es que cuando yo llegué había un montón de medidas de prueba sin producir,
y lo que hicimos fue eso, producir todas las medidas de prueba básicas que no
se habían producido. Por ejemplo toda la investigación patrimonial de los senadores,
toda los cruces de llamadas telefónicas entre los senadores y los funcionarios
públicos supuestamente involucrados de parte del gobierno, todos los exhortos
internacionales a los distintos bancos y tarjetas de crédito de acá y en el
exterior para saber si se había gastado afuera. Se auditaron las cuentas secretas
de la SIDE después de un trámite que generó el levantamiento del secreto.
Todo eso con el inconveniente adicional que generó la circunstancia de la famosa
Ley de Fueros. Esto es muy importante remarcarlo, porque yo no lo vi en los
medios. En la época en que esta ley de fueros salió yo no estaba a cargo de
la causa, pero luego tuve oportunidad de analizarla: esa norma en su artículo
uno permite que uno pueda llamar a indagatoria a la gente que tiene fueros,
pero al final de ese mismo artículo prohíbe un montón de cosas que antes no
estaban prohibidas para los jueces, como por ejemplo intervenir telefónicamente
los teléfonos de la gente que tiene fueros; interceptar la correspondencia de
la gente que tiene fueros, interceptar sus mails y los beepers; no poder allanar
la casa o los despachos de la gente que tiene fueros...todo eso sin autorización
de las cámaras respectivas.
Dju: ¿Las cámaras parlamentarias o las judiciales?
GC: Las cámaras parlamentarias o eventualmente si fuera en el caso de un juez
la cámara correspondiente. Antes de la ley de Fueros todo eso no existía. Consecuentemente,
por ejemplo yo pude encontrar a Bernasconi (ex juez federal de Dolores Hernán
Bernasconi) porque tenía su teléfono tomado, o mi colega Silvia Ramond pudo
demostrar las coimas en el caso Trovato porque pudo allanar la casa y encontrar
el placard.
Ahora bien, ¿por qué digo que esta ley es impeditiva? No quiero decir con esto
que no se puede investigar por culpa de la ley. Quiero decir todo lo que pasó:
diez meses después tomo la causa yo, con una ley que me impide tomarle los teléfonos
a los senadores, poder allanarle los despachos, la casa de sus familiares, revisar
su correspondencia bancaria, etcétera.
Dju: ¿Usted considera entonces que se trata de una ley tramposa, hecha a medida
de esa circunstancias para garantizar cierta impunidad, porque fue hecha en
fragor de la causa del senado?
GC: Exactamente...
Dju: ¿Usted la consideraría como una especie de "causa maldita" por así decirlo?
GC: No, yo creo que es una causa que va a demandar un tiempo importante de investigación.
A mi no me gusta hacer comparaciones, pero imagínese que es un hecho de una
tremenda gravedad institucional, es un hecho que por sus características, de
haber existido, siempre se hace a puertas cerradas y, consecuentemente, la prueba
de ese hecho es muy difícil de conseguir, y demanda de una investigación larga,
tediosa, cara, que es la que se está llevando a cabo. Por ejemplo, ¿cuánto tiempo
demandó que la causa de las armas tuviera el nivel de esclarecimiento que tiene
hoy?: seis años, no seis meses, seis años -recalca- luego de una investigación
que ya lleva ciento cincuenta cuerpos.
Dju: Pero yendo a esa comparación la causa de las armas se empezó a investigar
durante el anterior gobierno y ahora hay ex funcionarios de ese gobierno que
están detenidos, pero en la causa del Senado hay algo que podría ser más grave
aun que es el tema de la legitimidad de una ley que sigue vigente como podría
ser la Reforma Laboral...
GC: Bueno, pero ese no es un tema que tenga que ver con lo jurídico, tiene que
ver con lo político. Si los legisladores consideraran que la ley es sospechosa,
políticamente sospechosa, y decidieran derogarla, es una decisión del legislativo.
Aún cuando nosotros -digo "nosotros" en la Justicia-, pudiéramos determinar
que hubo coimas para la sanción de esa ley, el efecto no necesariamente sería
la derogación. Necesitaríamos que el legislativo la produjera. Así que resulta
irrelevante desde ese lado. Yo cuando comparo lo hago en términos de los resultados
de la investigación.
Esto que usted dice de que se empezó a investigar en un gobierno y se prosiguió
en el otro gobierno, no se si es tan cierto. Yo recuerdo que en el otro gobierno
hubo ministros en esa causa que fueron procesados. Las investigaciones avanzan
según como se va produciendo la prueba. Lo que no se puede es investigar la
prueba que no existe todavía o fundar pronunciamientos judiciales tergiversando
la realidad de lo que dice el expediente. El expediente, al menos hasta donde
yo lo tuve, tiene montones de pruebas que todavía se están por producir.
Hay pruebas que ordené yo que todavía están en elaboración porque aun los resultados
no están, por ejemplo el cruce de llamadas telefónicas, o por ejemplo la pericia
contable de los peritos de la Corte con relación a la evolución patrimonial
de los senadores que ya está en la causa. O por ejemplo la pericia sobre
las constancias que secuestramos de la Secretaría de Inteligencia del Estado
(SIDE) con tres cajas completas de documentación, que supuestamente avalan los
asientos contables que la Secretaría de Inteligencia hizo respecto del período
de tiempo de su contabilidad que resulta sospechoso, como hipótesis, en la época
en que salió la ley.
Dju: ¿Se sigue trabajando con esa documentación, con esa pista sobre el presunto
origen del dinero?
GC: Por supuesto, hay una pericia que se ordenó en su momento y que se está
haciendo para verificar si lo que la SIDE volcó en sus libros contables se compadece
con las constancias documentales Todas estas medidas de prueba que yo recuerdo
así al azar, son medidas que están en elaboración y cuyo resultados todavía
no los conocemos, de manera que decir que la causa está estancada, que no se
está investigando, es una mentira. Decir que hubo alguna maniobra para demorarla
también es una mentira. La causa tuvo por los menos tres decretos semanales
como promedio, en donde se ordenaban medidas de prueba permanentemente, hubo
investigaciones sobre todas las empresas, sobre todas las fundaciones que tenían
los senadores.
En base a eso, yo quiero decir que una vez que tengamos los resultados de esa
prueba vamos a poder decir seriamente cuál es la imputación, cuándo fue y qué
paso.
Dju: Sin embargo usted en alguna oportunidad aseguró que existía una sospecha
general sobre la existencia de los sobornos y el fiscal de la causa Eduardo
Freiler calificó sus dichos como una "aberración jurídica".
GC: Claro, cuando yo digo que "hay una sospecha general" yo sigo investigando,
porque si yo no tuviera ni siquiera una sospecha general hubiera cerrado la
causa. Respecto de lo otro lo considero una falta de respeto...
Dju: ¿Esa sospecha no alcanzaba para ampliar las indagatorias o llamar a otras?
GC: No alcanzaba. Y se llamó a indagatoria -todo el mundo conoce esto- en la
época en que (el ex juez federal Carlos) Liporaci estaba peleando su permanencia
o defendiéndose de alguna manera. Creo que fue una decisión equivocada que motivó
decisiones equivocadas posteriores que obliga el Código a tomar. Si yo indago
a alguien tengo que en diez días tomar una decisión, y a la altura en que
se indagó a los senadores no había claramente pruebas para indagarlos y consecuentemente
la resolución de falta de mérito era obvia porque pruebas no había.
Lo que quiero decir es que una vez que todas estas pruebas se terminen de producir
y algunas más que seguramente el doctor (Rodolfo) Canicoba Corral (actual magistrado
a cargo de la causa) tendrá en elaboración, se podrá saber seriamente si tenemos
pruebas suficientes como para llamar a indagatoria a todos, a algunos, o a este
si a este no. Porque no todos están en la misma situación
Dju: En ese entendimiento, ¿usted cree que se podrá llegar a una resolución concreta
de la causa?
GC: Yo creo que la causa va a seguir avanzando. Creo que aquella sospecha general
de la que yo hablaba permanece. No veo ningún hecho que haya determinado que
la causa deba ser cerrada, porque no veo que haya ninguna prueba desincriminante
en lo absoluto, de manera tal que me parece que la causa va a seguir siendo
investigada, y durante bastante tiempo porque no es una cosa fácil de hacer.
Dju: Ahora, paralelo a esto, aparece como caja de resonancia de esta causa el
concurso en el Consejo de la Magistratura por el que usted llega a obtener un
lugar en la Cámara Federal, ¿Qué opina usted de los planteos críticos que vinculan
ambos sucesos ?
GC: Si, yo vi eso en algunos medios. Lo primero que tengo que decir sobre eso
es que yo me anoté en el concurso en mayo del año pasado. Obtuve más de las
dos terceras partes de los puntos en disputa y eso lo obtuve tres meses antes
de tener la causa del Senado. O sea que mi nota total de quedar en el segundo
lugar como quedé lo obtuve tres meses antes de tener siquiera la posibilidad
de estar a cargo de la causa del Senado. De manera que no hay relación ninguna
entre lo que pasó en un u otro tema porque yo no tenía la causa del Senado cuando
hice todo lo que tenía que hacer en mi concurso.
En segundo lugar mucha gente me pregunta por qué no me excusé, y yo no lo hice
porque había ganado el concurso junto con otras dos personas, y es discrecional
del presidente de la Nación elegir a cualquiera de los tres. Mientras yo
no era el elegido no tenían ninguna causal lógica ni jurídica para tener que
excusarme, porque podría haber elegido a cualquiera de esas dos personas o podía
no haber elegido a ninguna de esas tres, devolver la terna al Consejo y pedirle
al Consejo que haga otra terna, y yo me quedaba sin ninguna causal de excusación.
No tenía causal de excusación; por eso no me excusé antes: Lo hice una vez que
el presidente me eligió a mi.
Dju: ¿Y respecto de quienes señalan, por otro lado, que alguno de los senadores
que están imputados votaron y prestaron el acuerdo para su designación...?
GC: Hasta donde pude ver, de los senadores que estaban imputados votaron cuatro,
pero si uno ve la lista de los que votaron lo hicieron cincuenta y cinco, de
manera tal que el voto de esas cuatro personas resultaba irrelevante a la hora
de aprobar o desaprobar mi pliego, porque de los cincuenta y cinco miembros
del Senado presentes solamente uno se abstuvo, y todos los demás votaron a favor.
De manera que quedaron cincuenta senadores que no estaban sospechados y aprobaron
mi pliego. Si los cuatro senadores que estaban sospechados votaron, y eso
es crítico en algún sentido, no es responsabilidad mía. Yo no puedo obligar
al senador a que se excuse ni puedo llamarlo para que lo haga; es una decisión
del senador.
Dju: ¿Usted no hubiera preferido que su pliego se aprobara después del 10 de
diciembre, ya que en realidad, y si no me equivocó, es el primer caso en que
se accede por concurso al cargo de camarista en la capital, y evitar así este
tipo de sospechas?
GC: Yo no tenía una opinión fundada de si quería que se aprobara antes o después
del 10 de diciembre. A mi me parece que el Senado está en funciones; que produce
actos propios de sus funciones, que es un Senado elegido por el pueblo y que
como digo cincuenta senadores no tenían ninguna sospecha de nada y votaron a
favor. No veo cuál es la diferencia de esos cincuenta senadores y otros cincuenta
eventualmente que podrían haber votado luego del diez de diciembre. Lo mismo
se podría pensar de los otros nueve pliegos que fueron aprobados el mismo día
que yo. En la misma sesión, aunque mi caso sea el más publico, no se aprobó
solamente el pliego mío, se aprobó el pliego de otros ocho jueces. De manera
que me resulta irrelevante.
Otra cosa que también leí es que yo produje algún pronunciamiento de mérito
desincriminando a los senadores. Yo no produje en lo seis meses ningún pronunciamiento
de ese tipo. Al contrario produje medidas de prueba para ver si podía incriminarlos,
si podía conseguir una hipótesis de imputación seria para poder ofrecer en una
indagatoria y poder escuchar el descargo. Nunca produje ningún sobreseimiento;
nunca produje ninguna falta de mérito. Al contrario, todas mis declaraciones
fueron en el sentido de investigar la causa en lo que a mi me correspondía.
En esa época tenía tres juzgados a cargo y haciendo todo lo que podía hacer
dentro de mis posibilidades.
Dju: ¿Qué opinión le merecen las criticas que recibe de los fiscales de la causa?.
GC: Específicamente de parte de (Eduardo) Freiler, no sé si de (Federico) Delgado.
Con él yo mantengo una disputa personal que viene de larga data. Yo lo denuncie
a Freiler en la causa donde lo procesé al ex presidente del Banco Central por
las responsabilidades en las caídas de los bancos Mayo y Patricios. En ese causa
se procesó a todo el directorio del Central y de las otras dos entidades. El
fiscal, que era Freiler, tuvo una actitud que yo consideré que no era la adecuada,
y luego de una intercambio importante de vistas y contestaciones sobre el expediente
terminé denunciándolo ante la Procuración General, porque me parecía que cometía
una falta grave. A partir de ahí obviamente la relación con él se deterioró
y luego de ese hecho se agravó ante el pedido de sobreseimiento que hizo en
la otra causa, que era la investigación de la viuda de Escobar Gaviria, pedido
de sobreseimiento que no fue compartido por sus colegas. Porque cuando él pidió
el sobreseimiento (de Victoria Henao Vallejos) yo dije que no, la Cámara dijo
que no, recayó en otro fiscal que fue (Carlos) Stornelli que no compartió el
mismo criterio de Freiler y pidió medidas de prueba. Luego la causa terminó
en la fiscalía del doctor (Carlos) Cearras, quien pidió la elevación a juicio.
Ahí mantuvimos una disputa muy fuerte por escrito con Freiler y a partir de
ahí la relación se deterioró. Creo que hay un problema personal de Freiler
hacia mi motivado en una relación profesional, en una relación funcional.
Dju: También se queja porque no se cumplieron algunas medidas requieridas...
GC: En la causa del Senado yo puedo afirmar claramente que se produjeron el
98 por ciento de las medidas de prueba que pidió la fiscalía siempre. Recuerdo
como negativa mía a medidas requeridas por la fiscalía solamente el pedido que
me hizo de que el doctor Bielsa (Rafael Bielsa titular de la SIGEN) fuera la
persona que auditara las cuentas de la SIDE.
Yo dije que no, la negativa fue fundada en la causa, explicando que no podía
nombrar como perito a una persona que tenía una causa con uno de los imputados,
en este caso el doctor Bielsa, que había sido denunciado por el doctor Santibañes
(ex titular de la SIDE) en una causa por violación del secreto que tramita en
el juzgado del doctor Canicoba, desde antes que yo investigara la causa del
Senado. De manera que si yo lo nombraba a Bielsa como querían los fiscales,
lógicamente las partes me iban a pedir la nulidad y consecuentemente esa fue
la razón la cual yo dije que no. Esa fue la única medida que pidió la fiscalía,
creo, a la que no se le hizo lugar. Al resto se le hizo lugar a todo. Creo que
la critica se motiva más en este tema de tipo personal originado en una cuestión
funcional. Y si esto no es así que vengan y me muestren en qué auto del juzgado
3 yo dije que no a una medida de prueba pedida por la fiscalía y que fuera trascendente.
Dju: La transición entre el gobierno menemista y el posterior de la Alianza
coincidió con un período en el que en su juzgado recayeron causas contra otros
jueces como es el caso de Hernán Bernasconi y el juez Carlos Liporaci, y por
lo que yo recuerdo en aquella época a usted se lo señalaba en su fuero como
alguien diferente, que no tenía prejuicios con investigar a sus pares acusados
de algún hecho de corrupción. ¿Cómo se sintió en ese lugar?
GC: En primer lugar, yo siempre trabajé todas las causas de igual forma, tanto
las causas que involucraban a jueces como las causas que involucraban a personas
que no lo eran; siempre las trabajé igual y así lo voy a seguir haciendo. Si
esto produjo -cosa que no me consta- algún malestar en algún colega de este
fuero u otro esto realmente no lo se. Es cierto que tuve cuatro causas de jueces.
Yo le pido el juicio político a (Jorge) Pizarenco y el Senado me dijo que no.
Tuve la causa de (Alberto) Nicosia, que quedó detenido en Uruguay y estamos
esperando la extradición en el juzgado 5; tuve la causa de Bernasconi, que provocó
mucho revuelo en su momento y que está detenido a la espera de que se produzca
el juicio oral, y finalmente tuve la causa de Liporaci que llevó adelante junto
conmigo el fiscal (Pablo) Recchini que determino que con la prueba recogida
el Consejo de la Magistratura lo destituyera.(en realidad Liporaci renunció
antes de ser juzgado por el Jury de enjuiciamiento luego de la acusación formal).
Si creo que esto pudo haber traído algún malestar en algún bolsón corporativo.
Es feo tener que investigar a un colega, pero si hay prueba hay que hacerlo.
Dju: Ya que usted hace referencia a esos "bolsones", ¿usted cree que la imagen
de la justicia puede cambiar en la medida en que se vaya accediendo a los cargos
mediante concursos?
GC: El sistema ya cambio y a partir de ahora los jueces van a ser designados
por concurso. Ahora si usted me pregunta sobre si va a haber una depuración,
yo quiero señalar que el Poder Judicial es el único poder de la Nación que se
auto depura. Porque yo no soy el único juez que ha juzgado jueces, y es cierto
que la justicia cada vez que ha tenido que actuar contra uno de sus miembros
en caso de delito lo ha hecho. Yo no lo vi nunca que en otro poder del Estado.
Dju: ¿Qué expectativas tiene respecto de su desempeño en la Cámara Federal cuando
sea comunicado oficialmente de su ingreso a ese tribunal, y que va a suceder
con las causas que llegan de su propio juzgado?
GC: En todas las causas en las que yo intervine y produje medidas de prueba
que indudablemente llevaban adelante la investigación, en esas causas, yo me
tengo que excusar, y voy a ser compensado por mis colegas de la Cámara por aquellas
causas en las que no intervine y tienen ellos a consideración. Va a suceder
prácticamente lo mismo que cuando se produjo el ascenso de Martín Irurzun, un
período en el que yo voy a tener tal vez menos trabajo que el resto de mis colegas
porque va a haber montones de causas que pasaron por mis manos. Fíjese que yo
firme ocho meses por el juzgado doce, tres años y medio por el juzgado cinco,
seis meses por el juzgado tres y siete años por el juzgado cuatro. De manera
tal que son muchas las causas en las que yo intervine, que llegadas a la cámara
no voy a poder opinar, entre ellas la causa del Senado por ejemplo que es de
la sala uno; o la causa del Banco Mayo - Banco Patricios - Banco Central, que es
de la misma sala.
Dju: Para concluir, ¿qué significó para usted tomar la decisión de declarar
la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y que
sintió luego de conocer las trascendencia internacional que tuvo su fallo a
raíz de las causas que se sustancian en el exterior?
GC: Realmente me sorprendió la repercusión que tuvo a nivel internacional, yo
pensé si que iba a trascender a nivel nacional. Efectivamente tuvo más trascendencia
afuera que adentro, si uno lo ve y compara con lo que sentí estando afuera,
en los congresos y estos simposios que se armaron y se arman todos los días
a partir de eso. Afuera tuvo una trascendencia mayor de la que tuvo acá. Acá
la gente tiene otros problemas cotidianos, tan importantes para la vida de la
gente. Imagínese que yo tengo chicos trabajando en mi juzgado que nacieron en
democracia y son pibes que ya son abogados. Ellos no saben, no tienen esa visión
de saber todo lo que pasó. A gran parte de la sociedad argentina le pasa lo
mismo. Hoy la desocupación, la crisis económica o los índices de criminalidad
son temas más acuciantes en lo inmediato, que de pronto revisar el pasado institucional
argentino y cerrar heridas conociendo la verdad de lo que pasó.
Dju: ¿Qué piensa que puede suceder si en las sucesivas instancias se ratifica
su fallo?
GC: Si se siguiera para adelante en todas las instancias se van a abrir otras
causas que estaban dormidas. No puedo hacer futurología, no se qué van a hacer
mis pares, el juez Bonadío se pronunció en el mismo sentido que yo y Jorge Urso
tiene una causa donde podría tomar una decisión similar. Está en apelacion en
la Cámara, por lo que va a haber que esperar un tiempo a ver cómo es la evolución
de esta situación. A partir de ahí, si la evolución es el en mismo sentido de
los que yo resolví, claramente se van a abrir nuevos procesos y seguramente
algunos países van a desistir de los procesos que tienen abiertos y otros tal
vez no porque están más en la línea de la jurisdicción universal, y en consecuencia
seguirán adelante.
Dju: Usted que se entrevistó con él, ¿en cuál de esas dos líneas colocaría a
su colega español Baltazar Garzón?
GC: Yo creo que en la segunda, en la de la justicia universal. No creo que él
desista porque aquí se reanuden eventualmente los juicios, pero si creo que
otros países como Alemania eventualmente podrían hacerlo. Hay distintas posiciones
de los países respecto de este tema de la jurisdicción universal y específicamente
respecto de la creación del Tribunal Penal Internacional. Es clara la posición
norteamericana que no lo quiere, como así es clara la posición española y por
qué no la argentina que si lo quieren. De manera que va a haber que esperar,
porque es un momento histórico diferente, evolutivo de la comunicad internacional
y ojalá que sea para bien...
Dju: ¿Usted piensa que Estados Unidos podría rever su posición después de lo
que sucedió el 11 de septiembre?.
GC: Estaríamos especulando. No se que hará Estados Unidos políticamente llegado
el caso que verdaderamente se junten las adhesiones mínimas para que el Tribunal
Penal Internacional empiece a funcionar , ya que hasta hoy todavía no llegamos
a las 60 adhesiones, creo que hay 40.
Dju: Pero usted se ha pronunciado en un caso puntual respecto de estas leyes
de Obediencia Debida y Punto Final, ¿cuál cree que va a ser la evolución para
los otros casos?
GC: Es un antecedente. Hay que esperar a ver que dice la Cámara porque ese también
va a ser un antecedente muy importante y luego, finalmente, qué va a opinar
la Corte, porque si la Corte opina como yo, que estas leyes son inconstitucionales,
claramente se van a abrir todos los procesos que se cerraron en su momento,
o aquellos que no tuvieron sentencia definitiva.
Dju: ...y que por tratarse de crímenes de lesa humanidad no prescriben...
GC: Mi posición es esa , una de las tantas que hay. La Corte dijo ya que los
delitos de lesas humanidad no prescriben en le caso Priebke. Lo dijo en esa
causa, pero puede ser un precedente para el resto de las causas que hoy están
paralizadas. Desde ese lado es claramente, desde el punto de vista institucional,
la causa más importante en la que tuve que intervenir, sin perjuicio de otro
montón de causas que tuve en estos años y que tenían también eran trascendentes.
Comparado con otras causas de gravedad institucional a mi me parece que es más
trascendente para la Republica terminar con la comisión de delitos de lesa humanidad
desde posiciones oficiales de poder, homicidio, torturas, desapariciones forzadas,
desapariciones forzadas de niños que, de pronto, causas de gravedad institucional
como pudo haber sido la responsabilidad del presidente del banco Central o la
responsabilidad de algún imputado en un hecho puntual de corrupción, de algún
ex funcionario del gobierno anterior.