Julio Cruciani fue juez del fuero Penal Económico durante 17 años, pero un día dijo “basta” y se fue de Tribunales para dedicarse a la política partidaria. Tuvo causas resonantes y recordados cruces verbales con colegas de igual o mayor jerarquía, pero muchos lo van a recordar por su moñito tan característico, el mismo que llevan puesto Irigoyen, Perón, Palacios y Carlos Pellegrini en las fotografías que se destacan a un costado de su escritorio. Allí dialogó con Diariojudicial.com sobre la actualidad del país y sobre su carrera. Aunque se siente confiado y con mayor libertad para opinar y responder sobre día a día de la Justicia, se enfervoriza únicamente cuando se habla de política. Su debut en ese rubro no fue muy auspicioso, hay que decirlo, aunque parece haber renovado la confianza. “Impuse mis ideas”, dice al recordar la campaña de 2005. Ahora, busca otra oportunidad: va a presentarse con su propio partido para acceder a una banca desde la Capital Federal. Mientras tanto, se mantiene bien informado. El Nextel que comparte con sus asesores, y que no para de sonar, es una buena herramienta para eso. También mantiene
afilada la lengua. No tiene ninguna duda a la hora de criticar al Gobierno por la reforma del Consejo de la Magistratura ni de elogiarlo por el recambio en la Corte Suprema. En ese contexto reconoce su debilidad por Carmen Argibay, “es realmente independiente, no especula”, y critica duramente el avance oficial sobre los jueces Tiscornia y Bisordi. En su opinión, la acusación sobre el primero, al que el Consejo acaba de suspender por 180 días, es “infantil”. Y al segundo lo califica como “un juez ejemplar” y “honesto material e intelectualmente”, aunque no olvida las enormes diferencias ideológicas que los separan.
Usted sorteó varios pedidos de juicio político cuando no existía el Consejo de la Magistratura. Si seguiría siendo juez, y tuviera las mismas denuncias, ¿cree que continuaría en el cargo?Respecto al Consejo de la Magistratura, yo fui el primero que alerté que iba a ser peor el remedio que la enfermedad. Eso consta en los diarios de la época. Fui a ver a legisladores. Hasta tuve un debate, en su momento, con el doctor Alfonsín sobre ese tema. Le advertí lo que iba a pasar. Nunca me contestó. Es un injerto el Consejo, es para el sistema europeo. No pueden comprender que el tema no pasa por la institución, sino por los hombres que la componen.
¿Los jueces son rehenes del Gobierno con este Consejo?Sí, claro. Y más ahora con esta última reforma. Esa es la mayor crítica que hay que hacerle a este Gobierno. Otra es el autoritarismo, pero, a su vez, la acepto como natural. Yo critico el autoritarismo, pero también soy sincero: si fuera el presidente sería más autoritario. El argentino, si escuchas, si tenés diálogo, piensa que sos débil.
También tuvo varios encontronazos con colegas de primera instancia. ¿Conserva amigos de su paso por el Poder Judicial?Al principio, me miraron de reojo. Después me empezaron a comprender. Los de buena fe, que me criticaban porque era mediático, comprendieron mi accionar. Si bien tuve enfrentamientos, siempre fueron leales: nunca hice una cosa a traición. Me quedé con muchas amistades y, sobre todo, el respeto de mis pares.
¿La reforma de la Corte Suprema le parece positiva?Sí, claro, aunque cualquier Corte hubiera sido mejor que la anterior. Dentro de todos los ministros, la que más me gusta es (Carmen) Argibay, es realmente independiente, no especula.
¿Cómo vio el caso del juez Tiscornia y la decisión del Consejo de suspenderlo por 180 días?Creo que en este caso tiene razón Tiscornia. Quizás en otros casos no era así, entonces quedaría ante Dios como una compensación. Es medio infantil esta imputación (el pedido de coimas a la empresa CODERE). El padre es un hombre ducho y avezado. Es un águila el padre, no va a hacer eso.
Pero no es la única imputación ... No tengo los elementos para juzgarlo (....) El problema no es Tiscornia, es más general. Es deplorable como lo dejaron solo los miembros de la Cámara de Casación a Bisordi. Es un juez ejemplar. Ideológicamente está en mis antípodas. Sin embargo, cuando tuve problemas con las “corporación judicial”, Bisordi, pese a la diferencia ideológicas, me defendió. Es honesto material e intelectualmente. Es una garantía. La corrupción en los jueces no es sólo la material, que agarren una coima. Hay jueces que se subordinan al
golpe telefónico, y los considero más peligrosos que a los primeros.
¿Usted no nunca recibió un ofrecimiento para coimearlo o un llamado de ese tipo? Al principio hubo tentativas, después nunca más.
Siempre fue muy crítico de la labor de la AFIP. ¿Sigue manteniendo esa visión?Si el impuesto, en su gran proporción, no vuelve al pueblo, hace patria el que no pague impuestos (la frase ya la dijo públicamente varias veces y le causó algunas peleas públicas). Ahora, si el impuesto vuelve al pueblo, el que no paga debe ir preso. Lo otro es admitir que se le robe al pueblo.
¿Durante su carrera como juez le faltó hacer algo importante?No, lo traté de complementar. El juez es el primer esclavo de la ley, le guste o no la tiene que aplicar. La verdad que había muchas leyes que no me gustaban, pero yo no soy quien para modificar la voluntad del pueblo por intermedio de los representantes. Ahí me di cuenta que si quería modificar esas leyes debía ser en la función de legislador. Yo siempre me hacía la pregunta: ¿Qué nos pasa a los argentinos? ¿Por qué estamos como estamos?. Argentina tiene todo y vive en la miseria. No tiene explicación aparente, pero yo la he detectado. La desgracia nacional es la maraña legislativa. No creo que esta legislación entre en la computadora más poderosa de la NASA.
Pero no le fue muy bien en su primer intento como político El cargo de diputado y senador es menos que el de juez, que lo tuve durante tanto tiempo. No estoy atrás de un cargo, sí atrás de las ideas y de lo que puedo hacer. Lo que yo dije durante mi campaña política de 2005 se está cumpliendo, por eso siento gran satisfacción mas allá de los resultados.
¿Se va a presentar nuevamente pese a todo? Sí, para legislador nacional por la Capital Federal, pero con el mismo partido. No estoy casado con nadie ni busco alianzas. La plataforma de mi movimiento es la Constitución Nacional.
¿Tiene esperanzas de alcanzar esa banca algún día?Estuve muy cerca en 2005. Sucede que éste es un deporte de millonarios. Podes tener 90% de apoyo, pero la elección se gana o se pierde ese día: tenés que tener el control porque sino te roban los votos. Y más en Provincia.
¿Tiene decidido a quien va a votar como presidente en octubre?Si se presentara Cruciani, lo voto a Cruciani (risas).
nicolás pizzi / dju
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