Dos paseadores de perros fueron condenados por la muerte de una rottwailer que falleció de asfixia ahorcándose con un collar. La Sala C de la Cámara Civil sostuvo que “la responsabilidad - en grado de culpa- se ahonda aún más por tratarse de una persona que tenía como profesión habitual pasear perros”. FALLO COMPLETO
Los jueces Omar Díaz Solimine, Alvarez Juliá y Cortelezzi, integrantes de la Sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, en autos caratulados “Lomonaco Martha Ethel c/ Alves Machado Cesar Andrés s/daños y perjuicios”, condenaron a dos paseadores de perros a indemnizar a la dueña de uno de los animales que falleció de asfixia por ahorcamiento debido al uso de una correa que no correspondía y a la alta temperatura.
Los magistrados determinaron que hubo una actuación negligente por parte del paseador y el dueño de la empresa, los dos denunciados, en el cuidado de Bruma, la Rottweiler de la dueña: “la responsabilidad - en grado de culpa- se ahonda aún más por tratarse de una persona que tenía como profesión habitual pasear perros”.
“La falta de diligencia en el accionar de Romano aparece en forma clara y palmaria, pues se encontraba con la guarda de una perra propensa a padecer golpes de calor y excedida de peso y a pesar de ello le colocó un collar de ahorque que predispone - como lo destacó el perito veterinario - que el animal padezca situaciones como la que ocurrió”, señalaron los camaristas.
La perra falleció el 12 de enero de 2000, un día de 35 grados. El perito veterinario explicó el uso de un collar de ahorque, como el que llevaba Bruma, de manera imprudente puede derivar en un golpe de calor porque “interfiere con el mecanismo más importante de eliminación de calor que tienen los caninos que es el jadeo”
Los denunciados reconocieron que la perra se descompuso por el calor algo habitual en “animales de gran porte, poca movilidad, de piel oscura y más aún excedidos de peso, características estas que encuadran perfectamente en la naturaleza del can que nos ocupa...”.
La declaración de una testigo revela que el socio del dueño de la empresa denunciada el fallecimiento del animal. “Martín el socio de Andrés me pregunta si esa perra era de la loca de la vuelta...Ahí me dijo que esta señora tenía un rodwailer que palmó con nosotros y le pregunté como que palmó? Y me contestó que palmó de un cogotaso...”, declaró una adiestradora canina que conoce a los demandados y señaló que para los paseos se deben utilizar collar fijos y no de ahorque.
“La conducta desplegada por el accionado Romano es demostrativa de la falta de diligencia en el cuidado de la perra “Bruma”, pues no actuó en las circunstancias de acuerdo a la naturaleza de la obligación y a lo que las circunstancias de tiempo y lugar le imponían”, concluyeron los jueces que elevaron la responsabilidad de los demandados a un 70 por ciento luego que en primera instancia había sido fijada en un 33.
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