A más de 250 kilómetros de la Ciudad de Salta y a más de 1.600 de Buenos Aires, se encuentra el departamento de Orán, donde funciona el único juzgado federal con competencia en todo el norte de la provincia salteña. Por ser una zona cercana a la frontera con Bolivia (40 kilómetros), resulta sumamente propensa para el tráfico de drogas y las causas de narcotráfico son la principal actividad jurisdiccional. Para conocer más a fondo cómo es el funcionamiento del juzgado federal de Orán,
DiarioJudicial.com dialogó con su titular, el juez Raúl Reynoso, que contó del arduo trabajo diario que afronta.
El juzgado fue creado por ley en 1984 pero recién fue habilitado en diciembre de 2004, veinte años después, y en los casi cuatro años que lleva en marcha ya tiene en trámite cerca de nueve mil causas y se elevaron a juicio más de 150 causas anuales. Según los números hay una gran demanda de trabajo que es afrontada por el magistrado y su personal: “Aquí estamos de alguna manera “cama adentro”, trabajamos todo el día”, sintetizó Reynoso, que reconoció que el juzgado no ha colapsado por la vocación y dedicación de todo su plantel.
El magistrado habló de las principales necesidades de la Justicia Federal del norte de Salta como infraestructura y mayor cantidad de recursos humanos y también se refirió a la despenalización del consumo de drogas.
¿Cómo es el funcionamiento del juzgado a casi cuatro años de su puesta en funcionamiento? Nuestro juzgado, que se habilitó el 10 de diciembre de 2004, es un juzgado de frontera, estamos a 40 kilómetros de Bolivia y es de múltiple competencia (penal, civil, comercial, laboral y tributario). Funcionamos únicamente con dos secretarios, así que aquí estamos de alguna manera “cama adentro”. Trabajamos todo el día, es tanto el trabajo que la gente del juzgado, voluntariamente, viene y se queda hasta las diez de la noche todos los días.
Pero el juzgado fue creado por ley en 1984 aunque fue puesto en marcha 20 años después, ¿Se sintieron las consecuencias de esa demora al momento de comenzar a funcionar? En realidad no, se arrancó de cero porque la Cámara Federal de Salta dispuso que todas las causas penales iniciadas desde el 10 de diciembre de 2004 en adelante fueran competencia nuestra. En cambio, en la parte civil se dio cinco días a las partes para elegir si querían continuar con el juicio que estaba en Salta o si querían proseguir en Orán, por razón de cercanía y demás.
Por la ubicación geográfica del juzgado, ¿las causas por narcotráfico son la principal actividad del juzgado? Y sí. Lo que pasa es que como toda la cocaína viene de Latinoamérica, es decir, los sembradíos de hoja de coca están en Perú, Colombia, Bolivia, todo eso entra al país por el norte a raíz de las vías de comunicación. Antes Estados Unidos eran el principal comprador, entonces la droga iba por el norte de Latinoamérica, entraba por Colombia, pasaba por México y de ahí a Estados Unidos, pero como se empezó a poner mucho control en esa zona, los narcotraficantes eligieron la otra vía: bajan al sur, a Argentina, y desde aquí (desde Salta) se va a Buenos Aires para que luego salga a Europa, porque ahora son los que más están consumiendo, como España e Italia.
De esta manera, al cambiar la ruta esta zona del norte argentino es la puerta de entrada obligada de la cocaína y es la razón de ser de tantos procedimientos. Nosotros ya hemos superado en estos cuatros años los cuatro mil kilos de cocaína, el promedio es mil kilos por año.
Es una suma importante, ¿no? Sí. En Buenos Aires, por ejemplo, yo veo que se encuentran dos o tres kilos y sale en todos los medios. Acá, por citar nuestro caso más reciente, hace unos días en un auto importado venía una persona mayor oriunda de Jujuy y traía 129 kilos de droga.
¿La infraestructura de su juzgado está a la altura de las necesidades que hoy exige la lucha contra el narcotráfico? No, no está a la altura de las necesidades, claro. Nos falta por lo menos una secretaría más y nos falta personal, unas 6 u 8 personas. Es que ya tenemos entre 8 mil y 9 mil expedientes en trámite, un promedio de más de 2 mil por año y la mayoría de ellas son con personas detenidas, porque en todas la causas por droga queda privado de la libertad el procesado.
Es normal acá trabajar sábado, domingo y feriado, además como sólo hay un juez acá yo no me puedo ir a ningún lado porque no tengo quien me reemplace, es un trabajo full time, sobre todo porque hay muchos procedimientos a la noche.
En el Congreso estuvo dando vueltas un proyecto para crear un juzgado federal en Tartagal señalando que su juzgado no da a basto para cubrir la actividad del norte de Salta, ¿está de acuerdo con sumar un nuevo juzgado a la zona? El proyecto lo presentó la senadora Escudero, y es verdad, este juzgado no ha colapsado por el esfuerzo de todo el personal. Yo no obligo a mi personal a que venga a la tarde, pero ellos ven que yo estoy todo el día en el juzgado y para acompañar la tarea vienen, también porque saben que si no lo hacemos entre todos no se puede.
Además, esto también se hace en beneficio del imputado porque tratamos de elevar a juicio lo más pronto posible las causas. En 2006 elevamos 155 causas en un año, cuando normalmente se elevan entre 60 y 80.
Que la tarea judicial y policial se avoque exclusivamente al narcotráfico, ¿ayudaría a combatirlo con mayor eficacia? Estoy de acuerdo con eso pero no con lo que se hizo en la provincia de Buenos Aires donde se pasaron las causas de menor cuantía a la Justicia ordinaria, porque muchas de las investigaciones para encontrar los grandes casos de droga nacen de esos pequeños casos. Muchos se acogen a la ley del arrepentido. Si esos datos no los tuviéramos en la Justicia federal, sería mucho más difícil llegar a los grandes narcotraficantes.
Por la gran cantidad de causas el juzgado ha llegado a tener 180 detenidos, ¿cómo son las condiciones de detención de los procesados? No contamos, y es lo que vengo pidiendo desde siempre, con una alcaldía federal. Es imprescindible que la jurisdicción del juzgado de Orán cuente con una alcaldía porque los detenidos están en los escuadrones de Gendarmería y no es lo legal. Por suerte no hay denuncias por malos tratos y eso quiere decir que los gendarmes hacen un esfuerzo para mantenerlos y tratarlos lo mejor posible a pesar de que no es su tarea específica.
Además de la persecución penal, ¿qué otras políticas son necesarias para frenar el negocio de las drogas? Para mí, lo elemental es la prevención. Prevenir a los adolescentes de los peligros, no sólo de éstas drogas que son ilícitas, sino también de aquellas que son lícitas, como el alcohol y el tabaco. La prevención tiene que estar en alguna currícula escolar.
En mi caso, yo soy presidente del Centro de Estudios Jurídicos de Orán y en la medida de nuestras posibilidades vamos a dar charlas a las escuelas, los centros vecinales, hablamos con los padres, lo chicos y los maestros.
Respecto al consumo de “drogas”, ¿cuál es su postura acerca de la despenalización?
Solamente cuando sea irrefutablemente para consumo personal y en cantidad mínima y que no sea de exposición pública, entiendo que se está en la esfera privada del consumidor y no habría porque hacer persecución penal. Pero para mi es importante no sólo la cantidad sino también el lugar, en un boliche, colegio tiene que haber control.
El año pasado fue becado por la DEA y la embajada de EEUU para realizar un curso de perfeccionamiento en la lucha contra el narcotráfico, ¿es así?
Estuve 20 días y recorrí seis estados, y en cada ciudad se fueron viendo diferentes tipos de delito y cómo trabaja la justicia. Mantuve entrevistas con jueces, fiscales, policías.
¿Cómo fue esa experiencia?
A nivel humano, el trabajo es similar al de Argentina. La diferencia está en los equipos que ellos tienen: por ejemplo, si detienen a un vehículo en la ruta, le piden la documentación y al instante ingresan los datos en un sistema que tienen el patrullero y le salen todos los datos historia del auto y lo mismo con el conductor.
Otra cosa para señalar es lo que sucede en la zona del límite con México, allí, en un solo estado, tienen 12 radares con los que se enfoca hasta la cara de la persona que está atravesando la frontera. En cambio acá, en Salta, mucha de la droga está ingresando por aviones porque no tenemos radares, el más cercano está en Córdoba. Y por tierra se controla sólo con el trabajo de Gendarmería y la aduana.
gastón vara / dju
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