Además, requirió que se informe sobre los “plazos de ejecución que se prevean para la ejecución de las respectivas obras”.
El planteo había sido realizado previo a la inauguración del tranvía por un particular, para que se informe si la máquina iba a contar con condiciones de accesibilidad para personas con movilidad reducida.
Una vez inaugurado el tranvía, las autoridades aseguraron que el mismo contaba con capacidad para transportar unos 300 pasajeros y respecto a las medidas de accesibilidad que eran correctas. Sin embargo, nada dijeron sobre las condiciones del lugar por donde circula el nuevo tranvía.
Luego de un informe producido por personal de la Defensoría, el cual incluyó pruebas fotográficas, se arribó a la conclusión que “las veredas se caracterizan por ser angostas y estar deterioradas, lo que sumado al mobiliario urbano emplazado, constituyen obstáculos que dificultan el tránsito de personas con movilidad reducida”.
“Lo mismo ocurre con los cruces de vía, que suelen tener solados empedrados e irregulares, con el consiguiente peligro que ello conlleva para personas con desplazamiento dificultoso”, advirtió en el informe.
“La posibilidad de usar un medio de transporte, además de garantizar la accesibilidad a sus unidades, deben asegurar el desplazamiento de los usuarios por la vía pública hasta sus paradas de detención”, criticó el organismo.
Al mismo tiempo, recordó que el artículo 42 de la Constitución local establece que “la Ciudad garantiza a las personas con necesidades especiales el derecho a su plena integración, a la información y a la equiparación de oportunidades”.
Así, pidió que se ejecuten las obras necesarias para garantizar el acceso al Tranvía del Este a los usuarios con movilidad reducida.