Garzón está acusado de “prevaricato” en su investigación por las desapariciones durante el franquismo. El juez, dijeron desde AABA, “es un claro ejemplo de compromiso con la defensa y la plena vigencia de los derechos humanos y ha sido relevante su labor en el juzgamiento de los responsables de crímenes de lesa humanidad”.
“Consideramos que la persecución de la que es víctima –añadieron-, constituye una grave amenaza a la independencia de los magistrados y a la plena vigencia de los principios del Derecho Internacional de los Derechos Humanos”.
En tanto, en Madrid el juez de la Audiencia Nacional denunció ser víctima de una campaña de acoso por parte del conservador Partido Popular (PP), principal fuerza de la oposición en España.
El magistrado dijo que esa campaña comenzó cuando envió a prisión a los principales implicados en el caso “Gürtel”, una causa en la que se investiga la posible corrupción por parte de dirigentes del PP.
Garzón presentó este viernes un escrito ante el Consejo General del Poder Judicial -órgano de gobierno de los jueces españoles- en que el pidió no ser suspendido mientras el Tribunal Supremo (TS) tramita varias causas en su contra.
Además, el magistrado pidió que se abstuvieran de votar en lo relativo a su posible suspensión tres de los vocales del Consejo -Fernando de Rosa, Gema Gallego y Margarita Robles- por las relaciones que tienen con alguno de los interesados y por “enemistad manifiesta” con él mismo.
Garzón recusó a de Rosa porque sostuvo que “continuamente” cuestionó su labor instructora, lo que “le priva de objetividad de juicio”. Añadió que, a su entender, de Rosa tiene “amistad íntima” con uno de los interesados en la causa, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps.
El juez español que intentó en su momento sentar en el banquillo de los acusados al fallecido dictador chileno Augusto Pinochet solicitó también la abstención de las integrantes del Consejo Gemma Gallego y Margarita Robles, ambas por “enemistad manifiesta”.