La defensa del imputado sostenía que se trataba de un desistimiento voluntario, pero los camaristas destacaron que el imputado reconoció “haber enviado los mensajes de texto simulando haber sido secuestrado y exigiendo la entrega de dinero por su soltura”.
Los magistrados argumentan, además, que “la frustración de su cometido no fue consecuencia de su libre decisión”, sino que fue “precipitada por la intervención policial en los hechos, de la que tomó conocimiento a través de su propia madre”. Eso “impide considerar la hipótesis de desistimiento voluntario que introduce la defensa”.
Asimismo precisan que es irrelevante el presunto conocimiento que tenía el causante de que tanto su esposa como su madre no contaban en ese momento con el dinero que les solicitaba, ya que podrían haber procurado su obtención por distintos medios. Así desecharon el argumento de una tentativa inidónea.
Por estas razones los camaristas decidieron homologar la decisión de grado sólo en lo concerniente al procesamiento del imputado por “extorsión en grado de tentativa”.
No obstante, el tribunal rechazo la imputación de delito de falsa denuncia. Los jueces tuvieron en cuenta que la denuncia realizada por la madre en la policía fue realizada “sin que mediara indicación alguna por parte del imputado, de modo que no puede afirmarse que ella hubiera actuado como un simple instrumento en su plan, máxime teniendo en cuenta que en los mensajes enviados se le requería (…) que no diera intervención a la policía”.