En la causa “Arostegui Roberto Arturo c/ Aerolíneas Argentinas S.A. s/ despido”, el juez de primera instancia consideró comprobado un “ejercicio abusivo del ius variandi por parte de la demandada ante la falta de asignación de vuelos y de actividad en el simulador”, lo que derivó en “la pérdida de la habilitación profesional para volar, por lo que juzgó ajustada a derecho la decisión del actor de considerarse en situación de despido indirecto”.
El empleado había denunciado un incumplimiento por parte de la aerolínea. En 2007, el piloto reclamó mediante una nota “su reintegro a la actividad profesional y la programación de actividad en simulador de vuelo, a fin de recuperar la habilitación profesional”. Al no obtener respuesta, “considerando la actitud de su empleadora una grave injuria, justificando la disolución del vínculo laboral por tal motivo”.
Según los testimonios, “desde mediados de 2006 la actividad de vuelo del actor se fue limitando en el tiempo, le fueron restando actividad por presión gremial, que estuvo dirigida a un grupo de 60 pilotos que se oponían a las políticas de APLA de ese momento”. El actor había firmado una solicitada repudiando la actitud de un comandante que había agredido a un civil durante una manifestación de pilotos.
Otro testigo también dijo que: “Arostegui se consideró despedido por las presiones gremiales de APLA, avaladas por Aerolíneas Argentinas que, desde 2005, comenzó a perseguir a todos los pilotos que habían efectuado vuelos los días de paro y que se habían opuesto a los pensamientos de la conducción del gremio”.
A partir de la negativa de trabajo que describieron los testigos propuestos por el piloto, la Sala II de la Cámara Laboral, integrada por Miguel Ángel Maza y Graciela González, decidió confirmar un fallo en el se dio por “configurada una injuria patronal que hacía insostenible el mantenimiento del vínculo”. Y decidieron condenar a Aerolíneas Argentinas a indemnizar al empleado con 719.141 pesos.
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