Basavilbaso había sido detenido “in fraganti” cuando destruía documentación en uno de los allanamientos simultáneos que ordenó la juez en varias “cuevas” del microcentro porteño el último 25 de enero, el mismo día quedó detenido el vicepresidente del Banco General de Negocios, Carlos Rohm cuando partía rumbo a Suiza. Después de las detenciones, la juez Servini indagó a Basavilbaso por la presunta destrucción de información, pero luego verificó que se trataba de un funcionario del BGN que tenía mucho más para decir.
Después de una larga declaración indagatoria, la magistrada resolvió liberarlo bajo caución juratoria, pero lo mantiene como imputado. Los fiscales Patricio Evers y Luis Comparatore apelaron la medida y reclamaron que Basavilbaso fuera puesto en libertad pero bajo caución real.
Según los investigadores, a través de la Compañía General de Negocios se habrían realizado algunas de las operaciones de fuga de capitales motorizadas desde el Banco General de Negocios. En este sentido, la juez Servini indagó a varios ahorristas de la entidad, cuyos depósitos en la Argentina habrían sido asentados ilegalmente en el Uruguay, para evadir el corralito financiero, aunque la semana pasada les dictó la falta de mérito.
Mientras tanto, se espera que Servini defina la situación procesal de Carlos Rohm, quien la semana pasada, en largas audiencias, intentó defenderse de los cargos de subversión económica, contrabando de divisas y asociación ilícita en grado de organizador.