20 de Diciembre de 2024
Edición 7117 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/12/2024
Manuel Urriza. Presidente provisional del Consejo de la Magistratura.

"Tenemos la expectativa de un período menos tenso en el Consejo"

El presidente provisional del Consejo de la Magistratura, Manuel Urriza, analizó en una entrevista con DiarioJudicial.com los cambios en la conformación del órgano. Contó cómo fueron las negociaciones que determinaron que siguiera como presidente provisional hasta el mes de febrero, aseguró  que para él sería “un honor” continuar al frente del cuerpo colegiado y no descartó presidir una comisión. El docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata, que recibió a este diario en el despacho que utilizaba el ex presidente Luis María Cabral, dijo que “no estaría mal” la incorporación de otro académico pero se opuso a un Consejo con 20 miembros. Rechazó que el oficialismo en el Consejo tuviera una “mayoría automática”: “Yo más que mayoría automática, si es mayoría, la llamaría mayoría democrática”, afirmó. Como reconocido militante peronista, consultado por la relación entre el Gobierno y la Justicia, dijo que “hay casos en que el Derecho puede acompañar a la sociedad en sus cambios y a veces se puede quedar atrás”.

En el plenario del 18 de noviembre se lo designó como presidente provisional del Consejo de la Magistratura en función de su edad (interrumpe: “yo digo más experiencia frente a la juventud”) y dos semanas más tarde se ratificó su presidencia hasta febrero. ¿Cómo se llegó a esa decisión de no definir al candidato?, ¿cómo fue la negociación?

Se advirtió que se estaba muy encima de la feria judicial, del paréntesis de enero, y había que elegir también a las autoridades de las comisiones, de modo que se pensó que era más prudente tomarse un poco más de tiempo y esto lo expresó el consejero-juez [Mario] Fera, que lo hizo con una argumentación de mucha sensatez, y fue apoyado por el senador [Marcelo] Fuentes. De esta manera, fue una coincidencia de prudencias para hacer las cosas mejor, más tranquilos y sin apuros. Como además es un Consejo que recién se constituye, estamos en un proceso de conocimiento, hasta personal. A mí me pareció muy sensata la postura de Fera.

Durante la negociación para elegir presidente, uno de los candidatos que más sonó fue Ricardo Recondo, ¿Ve alguna posibilidad de que se reflote la candidatura de Recondo?

Recondo siempre es un candidato y puede haber otro.

 

 

¿Usted quisiera permanecer en el cargo?

Para mí ya es un honor ser consejero. Si me tocara presidir sería más honorífico todavía. También podría ser presidente o vice de una comisión. Yo tengo una satisfacción especial porque los rectores de las universidades nacionales me eligieron por unanimidad; también entre los rectores hay matices políticos, no solo académicos y científicos.

¿Cuáles son los proyectos que van a impulsar hasta febrero? ¿Cuáles son las cuestiones más importantes a resolver?

Se decidió una prórroga hasta el 10 de febrero para resolver, en ese momento, las autoridades de las cuatro comisiones y para definir el nuevo presidente. Mientras tanto el Consejo tiene una especie de alto en sus tareas dentro del plazo de la feria judicial pero se armaron guardias para atender eventuales expedientes que ingresaran en este tiempo.

Usted reconoció su pertenencia política al peronismo e incluso comentó que conoció personalmente a Juan Domingo Perón durante el exilio en Madrid, ¿Se puede decir que va a integrar el bloque oficialista (conformado por 4 legisladores y el representante del Ejecutivo) dentro del Consejo?

Primero y principal voy a ser consejero. No descarto que pueda coincidir con otros consejeros que no pertenezcan a mi origen político. Pero estamos tratando, y esta prórroga ha tendido a eso, a tratar de fijarnos más que en la procedencia política que podemos tener, y que seguramente casi todos tenemos antes de ser consejeros, que prime [la idea de] un cuerpo que debe tratar de llegar a consensos.

En relación con esta nueva conformación, una lectura posible es que, en cuanto a la elección de legisladores, pareciera que se intentó bajar el tono de confrontación. Los diputados Diana Conti y Carlos Kunkel, identificados como dos espadas K, fueron reemplazados por Stella Maris Córdoba y Carlos “Cuto” Moreno. A su vez, Mario Cimadevilla tomó el lugar de Ernesto Sanz, titular de la UCR. ¿Cómo lo ve?

Puede ser que la etapa anterior fuera un poco más tensa en las reuniones y en los temas que discutieron porque también era otro momento judicial y político, de modo que pudiera ser que se haya dado ahora una situación de personas, que sin dejar de pertenecer a líneas políticas distintas, podamos tener una expectativa un poco menos tensa. Pero también en el período pasado hubo coincidencias: hubo reuniones de alto calibre y otras de consenso. Como ocurre con las Cámaras: hay sesiones muy fraternales y otras que son muy guerreras.

¿Cuáles son los temas pendientes del Consejo?

Yo personalmente tengo una vocación de docente, soy profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata. Me atrae mucho la actividad del Consejo en el área de Selección. Los concursos que se realizan tienen similitud con los que hacemos en las facultades. El Consejo no es decisor, elabora las condiciones para que otros organismos del Estado sean los que tomen las decisiones.

En ese sentido, ¿cree que debería haber una modificación en la forma que tiene el Consejo de seleccionar a los jueces? Le pregunto porque el año pasado hubo dos denuncias concretas de que ciertos jurados entregaron exámenes a concursantes…

No. A mí me toco en tres oportunidades ser jurado del Consejo como docente y creo que los concursos se hacen con mucha seriedad, son muy importantes y es alto el nivel que tienen. Tenemos la Escuela Judicial que depende de la comisión de Selección y quienes la cursan tienen 7 puntos más. Es muy docente y universitario el mecanismo. Puede suceder que haya algún favoritismo pero no es propio del sistema sino del mal comportamiento de algunos concursantes. A mí me pasó hace poco con un concurso que tomé para un cargo dentro de mi cátedra.

Cuando se dio la discusión de la reforma al Consejo, que finalmente fue rechazada, el diputado Alejandro Rossi, del Frente para la Victoria, había propuesto tomar un examen de idoneidad a los jueces cada cuatro años. ¿Usted considera que esa medida es necesaria?

Yo creo que el sistema como está es muy serio, muy exigente y vale la pena. Ahora, efectivamente el diputado Rossi proponía una exigencia mayor que tampoco está mal porque contribuiría a dar seriedad y confianza a la sociedad de que tiene jueces probos y capaces. Pero eso lo definirá el Congreso.
 

 

Durante las campañas que tuvieron lugar este año para la elección de jueces y abogados, se insistió con fuerza la idea de que el kirchnerismo tenía “mayoría automática” en el cuerpo. ¿Qué opina sobre esto?

Si a algo se lo denomina mayoría automática, lo de automática está de más porque estamos reconociendo que es mayoría. Y en todos los cuerpos colectivos las decisiones se toman por mayoría. Lo de automático está de más y es una ficción porque si es una mayoría, es razonable que una mayoría, en general, actúe de forma conjunta y comportándose como tal. Lo de automática nunca me gustó. Yo más que mayoría automática, si es mayoría, la llamaría mayoría democrática porque democracia es eso, mayorías y minorías.

¿Considera que hay que reformar el Consejo de la Magistratura? Una demanda desde que se aprobó la ley 26.080 fue la incorporación de más académicos…

No estaría mal que hubiera más de un académico. No se cual es el número exacto pero me parece que un número muy alto no es adecuado porque podría complicar el funcionamiento. Habiendo una representación equitativa, entre distintos sectores asegura el funcionamiento democrático. Creo que fue un progreso la ley 26.080 respecto de la anterior.

¿Cuáles son las deudas de la Justicia?

Yo soy profesor de Sociología política y creo que es muy importante que la sociedad tenga confiabilidad en su sistema judicial. Si las sociedades no confían en los sistemas judiciales puede ser muy peligroso para la sociedad misma y para el Derecho, que pierde credibilidad. En la Argentina quizá estamos sufriendo una cierta pérdida de confiabilidad por algunas decisiones que se toman u otros casos en que la sociedad no llega a entender por qué se toman las decisiones que se toman. El Derecho es un espacio jurídico muy especializado. Entonces, no siempre es entendible por qué un juez puede tomar una decisión que para el sentido común de la sociedad resulta sorprendente pero en general están asentadas en principios jurídicos muy antigüos. No siempre coinciden los criterios de la opinión pública, no formada en lo jurídico, con el de los jueces.

Como abogado que viene del peronismo, ¿Cómo ve la relación, por momentos tensa, del Gobierno con la Justicia? ¿Y lo que denominan "judicialización" de la política?

Hay casos en que el Derecho puede acompañar a la sociedad en sus cambios y a veces se puede quedar atrás. Como hay veces que el Derecho puede impulsar los cambios sociales. Entonces, en oportunidades se producen desfases entre la sociedad y el Derecho. Nosotros hemos tenido lides recientes que han producido cambios más aceleradamente que la sociedad los estaba pidiendo. Muchas veces ocurre todo lo contrario: el voto de la mujer, que le dio la posibilidad de elegir y ser elegida, se consiguió en 1947 y hasta entonces más de la mitad de la población argentina no tenía derechos políticos. En derecho las normas son opinables y también la aplicación de la normas es opinable.

Como presidente provisional, ¿Cómo se imagina la relación entre el Consejo y la Corte?

Tiene que ser armónica. Con la Corte actual hay muchas coincidencias; puede haber alguna diferencia también. Pero eso es la democracia.

Usted tuvo buenos conceptos para con la Corte y estimó que la sociedad también tiene un buena opinión hacia ella. ¿Cómo podría transferirse esa aprobación de la Corte hacia lo otros órganos de la Justicia?

A partir de los fallos. Para eso los fallos de la Corte tienen fuerza y prestigio. Además está la creación de la jurisprudencia, que en general los fallos de la Corte se derraman sobre el Poder Judicial. Al Consejo no le correspondería intervenir en esto. Al Consejo le corresponde ayudar a seleccionar los aspirantes a jueces y reunir las pruebas para acusar a un juez pero no decidir si se tiene que ir. Eso lo hacen otros organismos del Estado con lo cual vuelve a funcionar la división de los poderes que es otro logro de la democracia.



bárbara komarovsky

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