Se trata de Eduardo Estrada procesado por Leiva por el otorgamiento incorrecto de créditos, aunque luego liberado por el juez federal de Buenos Aires, Gustavo Adolfo Literas, cuando la Corte Suprema de Justicia consideró ilegítima la competencia del juez mendocino.
Según sus dichos, Estrada fue detenido a partir de un informe de peritos judiciales que sostenían que los síndicos votaron afirmativamente la concesión de créditos. Sin embargo, aseguró que los síndicos “tienen voz pero no voto”. Además agregó que algunos miembros del directorio del Banco de Mendoza SA nunca fueron detenidos por Leiva.
En 1998 Leiva también ordenó la captura del banquero Raúl Moneta en el marco de la caída del Banco Mendoza, hecho que desencadenó airadas discusiones y acusaciones entre ambos. Mientras que Leiva le imputaba a Moneta haber cometido el delito de subversión económica, el empresario sostenía que el juez lo estaba extorsionando.
En su declaración del miércoles último, el magistrado mendocino se adelantó a los testimonios de los testigos al decir que cuando tomó parte en la investigación de la caída del banco Mendoza, los imputados eran como cualquier sospechoso, pero aseveró que ahora los mismos le parecían “enemigos”.
Además aseguró que la verdadera razón de su presencia en el juicio político que se inició en su contra tuvo un solo impulsor y que el mismo era Moneta y el poder económico que representaba el banquero.
Leiva, quien está suspendido es sus funciones desde el último 21 de noviembre, fue acusado por los integrantes del consejo de la Magistratura Miguel Pichetto y el abogado Juan Gersenobitz de “mal desempeño en sus funciones” y de la presunta comisión de delitos ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación, que dispuso la suspensión del juez.
Entre los hechos que se le imputan al juez figuran el contrabando de 52 maletines provenientes de Chile, presuntas irregularidades cometidas en el marco de la causa por la caída de los bancos mendocinos y la detención de menores en celdas para adultos.