20 de Diciembre de 2024
Edición 7117 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/12/2024
Infome especial

La fiscal todavía no mostró sus cartas

La saga que tiene como protagonista a la supuesta narcomodelo, Angie Sanclemente Valencia (ella insiste en que es actriz), ya lleva una semana de juicio ante el Tribunal Oral en lo Penal Económico nro. 3. Diario Judicial sigue los entretelones paso a paso con un enviado especial en todas las audiencias.

“Vine a Argentina para casarme con mi alma gemela, no para delinquir”,aseguró Angie Sanclemente Valencia, mientras su novio, el modelo Nicolás Gualco, miraba al suelo y se limitaba a escuchar el llanto de su pareja.

La tensión en la sala de audiencias F del séptimo piso de los Tribunales de Comodoro Py era mucha. Familiares, amigos, conocidos, todos atravesados por una historia que los divide y en la que las acusaciones, en esta etapa de Juicio Oral frente al Tribunal Oral en lo Penal Económico 3, están signadas por una historia que trasciende el hecho que desencadenó la investigación: el intento de traficar dos valijas con más de 50 kilos de cocaína. 

El 13 de diciembre de 2009, María Noel López Iglesias fue detenida en el aeropuerto internacional de Ezeiza con el equipaje en el que llevaba la droga. A partir de su declaración y la de su pareja, Ariel Letizia, comenzó la investigación en la causa en la que presuntamente, Angie Sanclemente, actriz (y no modelo, como se encargó de aclarar durante la primera audiencia ante el TOPE 3) y colombiana, estaría vinculada a una red de narcotráfico en México, donde vivía con Gualco.
 
En este orden resultaron imputados, además, el tío de Nicolás Gualco, Daniel Monroy, un amigo de la pareja que también formaría parte de la organización, Gustavo Arnesen, venezolano, y Micaela Sansalone, quien vivía junto a Letizia en un departamento de Belgrano.
 
Las audiencias públicas en el marco de la causa caratulada “López Iglesias, María Noel s/contrabando de estupefacientes” ya son tres. En lo que va desde el comienzo del tratamiento de parte del TOPE 3, algunas versiones de los hechos cambiaron a partir de las declaraciones de los imputados a quienes se les dictó la prisión preventiva: Nicolás Gualco, Angie Sanclemente y Gustavo Arnesen.
 
La primera audiencia fue el martes 18 de octubre. De vuelta, el clima era incómodo. Los tres imputados con prisión preventiva, es decir, la pareja y su amigo venezolano, por una parte, dos abogados entre ellos y Monroy, y un abogado entre él y López Iglesias, Letizia y Sansalone.
 
“Yo a vos te amo y te respeto como a un padre y vos a eso lo sabés, ¿no?, un respeto tan inmenso tío”, decía Nicolás Gualco a Daniel Monroy en una conversación telefónica que consta en el procesamiento de Angie Sanclemente. En reiteradas oportunidades, en esa y otras charlas entre Gualco y Monroy a las que los jueces pudieron acceder gracias a la investigación de la primera instancia, sobran adjetivos como “hijo” de parte del tío de Gualco.
 
Pero en esta ocasión no pudieron sostener una mirada. Apenas se cruzaron sus ojos en contadas ocasiones, ya que estuvieron sentados, rigidos, mirando a los jueces o al suelo. No hubo palabras de cariño, el tío no se acercó al sobrino ni se dio la situación a la inversa.
 
Fue en este marco que María Noel López Iglesias y Micaela Sansalone se negaron a declarar. Pero Nicolás Gualco y Angie Sanclemente hablaron, y fue entonces que quisieron desechar parte de los argumentos recogidos en su contra durante la instrucción.
 
En su declaración, Sanclemente dejó en claro que es actriz y no modelo. A este respecto fue interpelada por la jueza Karina Rosario Perilli, a quien le contestó que tenía un contrato con la empresa de medios Televisa México y que estaba grabando una serie. Agregó que vivía en México desde hacía más de ocho años.
 
También contó que Gualco viajó antes que ella porque su tío (por Gualco), Daniel Américo Monroy, lo llamaba constantemente para hablar sobre un negocio de importación.
 
Contó también que cuando ella viajó a Buenos Aires, conoció a Monroy y su esposa, quienes le parecieron gente amable, normal. Pero cuando volvió al hotel después del encuentro con los familiares de Gualco, como consta en las indagatorias de la Instrucción, notó que había perdido sus documentos, fundamentalmente su pasaporte. En este orden aclaró que para ella eran de suma importancia, y desde que los había sacado, hace más de diez años, nunca los había perdido.
 
En este orden de los hechos confirmó lo que había planteado en su declaración indagatoria: que los documentos habían sido robados por los Monroy. Es decir, lo referido a su confirmación tiene que ver con que aseguró nuevamente que quienes se habían llevado sus pertenencias eran los tíos de Gualco. Realizó la denuncia por la pérdida. Pero esta afirmación resultó extraña para la fiscal, quien preguntó con qué fin podría querer robarle su documentación. Aseguró que era para extorsionar a Nicolás, para hacerle creer que la tenían secuestrada.
 
 
 
Dia, Dia, Diamante
 
Era la llamada clave. Esa por la que durante más de un año juró y perjuró no haber hecho nunca. Marcada vía internet, pensó que nunca sería rastreable. La que expertos de la División Scopometría de la Policía Federal, mediante el uso de instrumental ruso, certificado por el mismo FBI, determinaron que era la voz de ella en más de un 95%. La peritación por la que su ex abogado Tiscornia pidió disculpas al tribunal después de llegar a amenzar con juicio al Estado por el suspuesto "invento".
 
Es la llamada via Skype en la cual  ASV se presenta como Diamante. Es el diálogo que mantiene con el supuesto organizador de los envíos de  droga a México, el tío de Nicolás, Daniel Monroy, en momentos en que ya se habían producido las primeras detenciones y el tema ya se había ganado un espacio en los medios más importantes del país. En una conversación más propia de gente de negocios que de relación familiar, Nicolás Gualco ahora dice que Diamante no es el "nombre de guerra" de su novia Angie, sino un dulce apelativo equivalente a "cariño" o  "bombón", aunque en su anterior indagatoria atribuyó el "prip" DIA a una ex relación suya, supuestamente de nombre Diana.
 
Lamentablemente no se escuchó la repregunta de la fiscal, a la que no parece haberle llamado la atención que Angie se presente en primera persona como "cariño o bombón"  frente a su archiodiado tío político, con un apelativo que en todo caso, estaría reservado para la intimidad de la pareja, ya que el sobrenombre de Angie en realidad, como consta en la causa, es "Pepo".
 
De la instrucción también surgen mensajes de texto desde el celular de Gualco hacia ese destinatario agendado como DIA, en los que se leían frases o mensajes como “y trae mi pluma Pepo  porfa, te amo”, o “muchos besos, te amo mucho mucho” y “yo a ti te amo”. Si en realidad hubieran sido mensajes hacia una supuesta Diana, no se entiende como ASV hubiera aceptado mansamente esa infidelidad. 
 
Ante el Tribunal Oral contó que cuando se enteró de la orden de arresto que pesaba sobre ella se asesoró con una letrada que le dijo que no se entregara porque al ser apresada podrían llegar a raparla y una vez adentro, ser violada (como consta en la instrucción). A su vez, precisó que un nuevo abogado  le ofreció cruzar la frontera del país a pie pero se negó, y señaló de manera irónica que cuando fue encontrada por la policía estaba en un hostel y con treinta pesos en el bolsillo, asegurando que era curioso como “la cabeza” de una red de tráfico pudiera estar en esas condiciones.
 
Pero probablemente lo más esperado de su declaración era lo referido al hecho de que si estuvo casada o en pareja con el empresario mexicano que en teoría lidera la red de narcotráfico, cuestión que negó.
 
El tema sobre esta persona es notorio al revisar algunas de las pruebas aportadas en la causa. De la instrucción surgió un mail de Nicolás Gualco dirigido a su tío Daniel Monroy: "Ya me dijo el señor, después de que hablé con vos la otra noche, que eso lo manejamos nosotros (...). Él se maneja con nosotros, no le interesa estar conociendo más gente, nosotros porque fuimos de recomendación del diamante".
 
“El Señor” al que se refieren es la presunta cabeza de la organización en México, quien, según declaró Ariel Letizia, también sería conocido como “El Monstruo”.
 
Hay dos textos mucho más notorios en relación a la presunta relación de Sanclemente con el intento de tráfico: “Lo único que te pido por favor es que hables con mi tío por el medio y te encargues de Chuchi que no quiero que le pase nada a mi mamá ni a mi hermanita. Por favor, y quedate tranquila que yo te desligo de todo con ese auto, beso, te amo”, y otro que decía “encargate de Chuchi  nada más por favor, que no quiero que le pase nada a mi mamá ni a mis hermanas, y vos quedate tranquila que yo te limpio”.
 
A este respecto, no hubo una rectificación durante la audiencia frente al TOPE 3 de estos argumentos ya que la fiscalía no preguntó acerca de esta situación.
 
En tanto, llegó el turno de declarar de Nicolás Gualco.  Un momento esperado, sobre todo, por él, como se encargara de aclarar su abogado, ya que aseguró que Nicolás “tenía guardado todo y no aguantaba más, quería hablar”.
 
Gualco se atribuyó toda la culpa del negocio. Al revés de lo que declaró en la instrucción.
 
Primero señaló que los argumentos de María Noel López Iglesias y Ariel Letizia con respecto a la teoría de que Sanclemente fuera esposa o pareja de “El Monstruo” eran poco concluyentes, aseverando que López dijo que se trataba de un colombiano y Letizia dijo que era mexicano.
 
Confesó que su idea fue realizar la “movida” de los viajes porque sabía que con un día de trabajo podía ganar más dinero del que hacía trabajando como modelo durante un año, así que le pareció viable. En estos términos deslindó de toda la responsabilidad a Sanclemente y reforzó la declaración de su pareja al asegurar que fue él quien pidió que hiciera la llamada.
 
También señaló que las precisiones que dio Letizia acerca de que una tal “Gabriela” le vendía la droga a él (por Gualco) eran mentira, que no había prueba de ello y que las comunicaciones con el celular de ella eran todas desde el número de Letizia, que no había forma de probar que había sido él quien se comunicó con “Gabriela”.
 
Finalmente señaló a su tío como otro de los autores materiales,  dijo que era él quien se encargaría de conseguir la droga y que nunca estuvo en un hotel envolviendo cocaína, que no había pruebas al respecto. 
 
Después llegó el turno de los testigos requeridos por los letrados de los imputados, la fiscalía y la defensoría que se encarga de asesorar a Micaela Sansalone. 
 
Luego del primer testimonio que correspondió a la testigo que presenció la detención que realizó la PSA en el departamento de Ariel Letizia. Pero una de las declaraciones más relevantes de ese  día llegó después, de parte de María Soledad Torres, empleada de la línea aérea mexicana por la cual María Noel López Iglesias pretendía viajar con las valijas llenas de droga. 
 
En primer lugar, describió la situación como consta en la instrucción. La fiscalía a cargo de María Inés Benavente, preguntó si las valijas no le habían parecido muy pesadas al hacer el despacho por el check in y aseguró que sí, que le parecieron más pesadas de lo normal. A este respecto agregó un detalle que, si no agrega un dato fundamental, es como mínimo curioso. Por la información debidamente constatada en la instrucción, López Iglesias fue acompañada por Gustavo Arnesen al aeropuerto el 13 de diciembre de 2009. Torres aseguró que, por cómo se despidió de su acompañante, estimó que era su pareja.
 
Además precisó que no recordaba muy bien cómo lucía el acompañante, en términos físicos.
 
Pero en su declaración hubo un detalle que puede, a esta altura de los hechos, no ser de mayor importancia, pero que sí desestimó una parte de su declaración durante la instrucción. En la primera instancia del proceso, según consta, Torres declaró que “la pasajera (por López Iglesias) estaba acompañada por un chico, el cual por su tono de voz, denotaba que no era argentino”.
 
En esta oportunidad, Torres aseguró que no escuchó hablar al acompañante de López Iglesias, y que no sabía por qué había dicho eso, aunque también consignó que había posibilidades de que no hubiera dicho tal cosa dado que nunca oyó la voz del hombre que acompañó a la imputada.
 
La fiscalía, pero sobre todo los jueces, trataron de que brinde más precisiones sobre el aspecto físico de la persona que acompañó a López Iglesias, pero Torres no pudo brindar mayores detalles. De hecho, no recordaba prácticamente nada del hombre.
 
Luego siguió la testigo Érica Díaz, de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, quien ratificó el testimonio brindado en la instrucción acerca de los efectos encontrados en el equipaje de López Iglesias, sin aportar ningún dato novedoso.
 
Verónica María Ferrari, del hotel de la avenida Callao donde se alojaron a su llegada Nicolás Gualco y Angie Sanclemente, aseguró que se registraron y que no les pidieron documentos, por eso no pudieron constatar que Angie no se llamaba Carolina Jaramillo (nombre con el que Gualco la registró en ese hotel y que despertó fuertes sospechas acerca de la intención; esto figura de forma más precisa en el procesamiento de Angie). 
 
Nélida Beatriz Reyes, empleada del hotel y encargada de limpiar las habitaciones, no pudo brindar mayores datos ya que no recordaba cuántas valijas tenía la pareja, una pregunta surgida desde el Tribunal. 
 
Finalmente llegó el testimonio que la defensa de Gualco, Arnesen y Sanclemente esperaba y con el que pretendían desestimar parte de la declaración de Ariel Letizia: el de Claudio Grañado, encargado del hotel Palermo Suites, donde Arnesen se registró.
 
En primer lugar, los jueces no demoraron sus preguntas: de qué tamaños eran las habitaciones y cuál ocupaba el venezolano. Grañado aseguró que la más chica tenía casi 16 metros cuadrados, las dimensiones eran 3,80 por 3,40. A su vez, aseguró que Arnesen ocupó ese tipo de cuartos mientras duró su estadía en el establecimiento.
 
En su cuarta declaración indagatoria, Ariel Letizia aseguró que el 12 de diciembre, un día antes de intentar realizar el viaje, fue hasta la habitación del hotel y que en ese espacio “Angie estaba sentada en la cama y al lado estaban Gustavo y Nicolás. Que ellos estaban embalando los paquetes de cocaína con papel film y jabón blanco siendo que cada paquete era frotado con ese jabón. Que los paquetes estaban debajo de la cama y en otra valija de lona. Indicó que, además estaban las valijas de aluminio que utilizó María Noel, había guantes de látex, papel film, jabón en polvo, dos netbooks y frazadas pero que en dicha oportunidad no vio dinero”. Incluso Letizia dibujó un croquis del lugar, haciendo viva la escena de su relato.
 
En este sentido, el abogado de Gustavo Arnesen y Angie Sanclemente preguntó a Grañado a su criterio era posible que entraran cuatro personas, además de los elementos que nombró Letizia, en una habitación de esas características. Grañado dijo que “no creo que sea factible”.
 
Esto desató un leve revuelo entre los integrantes del Tribunal y la fiscalía ya que, evidentemente, consideraron poco probable que en una habitación de hotel no entraran cuatro personas, lo que desafía el sentido común y la experiencia de viajero de cualquiera de los que concurrieron a la audiencia.
 
A los fines de sustentar su declaración, Grañado agregó que dado el espacio que ocupa el somier, queda poco lugar para que entren cuatro valijas (según la pregunta del abogado eran cuatro, presumiblemente dos que llevaría López Iglesias y dos de Arnesen), precisando que las dimensiones de los armarios solo permitían una valija y había, como lugar extra, un portavalijas.  Sin embargo, omitió considerar que parte del equipaje eran valijas de las llamadas "carry on", de reducidas dimensiones, que entran hasta en las gavetas superiores de las cabinas de las aeronaves.
 
Pero fundamentalmente aseguró que, además de la persona registrada, es política del hotel no dejar ingresar a más de una persona ajena a quien haya hecho la reserva a las habitaciones. Si bien consignó que no es obligación no dejar ingresar a más de un visitante a los cuartos, precisó que de todas formas el hotel cumple de forma bastante estricta esa política. Que si hay más de un visitante se pide a la persona que haya hecho la reserva que se encuentre en el lobby.
 
La fiscalía seguramente tendrá las preguntas  más incisivas en la manga, quizás a la espera de que tanto Letizia como Monroy se decidan a declarar, cuestión que les asiste como derecho propio  hasta el último minuto del juicio.
 
Por otra parte, la fiscal podrá demostrar el acabado conocimiento de la causa en el momento de efectuar las réplicas de los alegatos de las defensas, que sostienen posiciones estratégicamente distintas de las que mantuvieron durante toda la instrucción, sin que hasta el momento le haya marcado las contradicciones que emergen de los distintos relatos.
 
 


santiago pérez

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