La detención del joven de 20 años se produjo días después de los incidentes registrados en vísperas de la renuncia del ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, a raíz de una llamada telefónica anónima.
Una mujer había denunciado que en una camioneta estacionada en Garay al 400 dormía un hombre que habría participado en los incidentes de fin de año. Al ser detenido el joven se defendió diciendo que "si era por lo de la Plaza de Mayo", él no tenía el arma, sino que se la había dado a su suegra.
Al dictar su procesamiento, la juez federal María Servini de Cubría consideró, tras evaluar varios videos, que se "evidenciaban notorias semejanzas físicas y antropomórficas" entre el imputado y el joven que ante las cámaras televisivas extrajo el arma de Etchart.
En su resolución, los camaristas Luisa Riva Aramayo, Gabriel Cavallo y Horacio Vigliani destacaron que el robo se cometió "en ocasión de una conmoción pública" durante "una situación de infortunio particular del damnificado, donde se constató el padecimiento físico a raíz de las agresiones que sufriera".
Para los jueces el "debilitamiento de las defensas" del agente policial fueron aprovechadas por Cabral para colocarlo "en un estado de mayor vulnerabilidad".
Con respecto a la prisión preventiva los camaristas evaluaron que era más conveniente que el joven permaneciera encerrado y ponderaron para arribar a esa conclusión que "tiene otras causas en trámite".