De la Rúa pidió que sea suspendida la indagatoria, en el entendimiento que la denuncia formulada en su momento por el abogado Juan Carlos Iglesias “fue parte de una amplia campaña contra la presidencia de la Nación”, a la vez que se justificó, al señalar que “los funcionarios que invocaron erróneamente leyes para exención impositiva (de los regalos) obraron por su cuenta”.
El ex mandatario se quejó por la “profusa difusión” que tuvo su llamado a indagatoria por este hecho y señaló que “esta forma publicitaria desde luego ocasiona un daño injustificado antes de oírme, sobre todo tratándose de una causa por hechos nimios como esta”.
También lamentó que se lo haya citado a declarar “sin haberse reunido elementos mínimos que lo justifiquen o pedirme una explicación de qué se trata”, a la vez que aseguró que fue informado de la presentación de dos escritos que modificarían “fundamentalmente la situación”.
Respecto del hecho en cuestión, el ex mandatario explicó que los dos jarrones que se encuentran en la Casa de Gobierno “llegaron como regalo y fueron para el Estado”; aseguró que “nunca” había conocido su valor y que ahora sabe que su precio es “ínfimo” como para hacerlo “aparecer ante la prensa bajo los graves títulos de la convocatoria” a indagatoria.
También recordó que el obsequio llegó a poco de asumir como Presidente de la Nación, junto con esculturas y obelisco que nunca llegó a ver, ya que habían llegado rotos, y que los “jarroncitos” fueron a parar directamente a la Casa de Gobierno “donde se pusieron en un estante de la biblioteca del despacho presidencial”.
Al respecto indicó que “la Secretaría General se ocupó de los tramites sin su intervención y aseguró que “nunca” fue informado, ni se le preguntó, ni supo nada de ellos.
Sin embargo, admitió que “los funcionarios que invocaron erróneamente leyes para exención impositiva obraron por su cuenta”, pero, en todo caso “incurrieron en un error administrativo”.
“Quien dijo que eran para mi como ciudadano obró también por su cuenta y sin preguntarme” ya que “cuando supe del trámite hice constar que no los admitía a título personal, que eran para el Estado y (ordenó) que se pusieran en el inventario de la Casa de Gobierno, donde quedarán como testigos de la historia de una situación ridícula”, afirmó.
Para reforzar esa postura, el ex mandatario enfatizó que “no existe ninguna aceptación por mi parte del regalo. Nunca estuvieron en mi domicilio particular” ya que “cuando llegaron ya no vivía en la calle Montevideo sino en la Residencia presidencial” a donde tampoco fueron remitidos.
En la nota dirigida al juez Bonadío, el ex mandatario aliancista ratificó que los jarrones nunca salieron de la Casa de Gobierno y nunca se ocupó de ellos ni les prestó atención ya que “al asumir la Presidencia eran muy graves los problemas existentes”.
Uno de los abogados defensores de De la Rúa, Fernando Díaz Cantón, quien calificó los obsequios de “floreritos”, recordó que el valor del obsequio es de 1500 pesos y que actualmente se encuentran en poder “del presidente (Eduardo) Duhalde”.
Díaz Cantón, quien distribuyó, una fotografía de De la Rúa con la conductora televisiva Mirtha Legrand durante una entrevista en la casa de Gobierno, con los jarrones en un estante de la biblioteca como telón de fondo, advirtió que no hay “ninguna razón” para el llamado a indagatoria de su cliente “como no sea la necesidad de ver al ex presidente acercándose a los tribunales, con todos los trastornos que esto significa”.