El fiscal federal Federico Delgado le reprochó mediante un oficio actitudes “monárquicas” al titular del juzgado Federal N° 10, Julián Ercolini. Los detalles de una disputa entre despachos.
"La fiscalía no reclama una gracia del monarca, sino que un funcionario público cumpla con la ley y no cercene una participación que esa misma ley prevé para otro actor”, así consignó en el oficio el fiscal Federico Delgado, titular de la fiscalía federal N°6, enviado a Julián Ercolini, titular del juzgado Federal N° 10.
El enfrentamiento entre ambos funcionarios se da en el marco de la causa 4813/13, caratulada “Politi, Andrea s/averiguación de delito”; donde Delgado pidió al juzgado que le envíe el expediente, como lo hace con todos los expedientes que tramita "para compulsarlas, actualizar los registros propios y los que exige la institución" y luego "los devolvemos con algunas sugerencias que los Señores jueces a veces toman y a veces desechan".
En ese sentido el fiscal consideró como actitudes "monárquicas" y de cercenar sus facultades para investigar una causa al no enviarle el expediente para su cotejo y ofrecerle, en cambio, que "vaya al juzgado (el federal 10) para ver las actuaciones". Lo que fue considerado como un “capricho” del juez.
"Desde nuestra perspectiva, es de dudosa legalidad el latiguillo de poner a disposición los expedientes. Ello es así, porque el Ministerio Público Fiscal no es un actor contingente, sino necesario pues es una de las partes que integran el sistema de enjuiciamiento penal. Precisamente por ello, aunque sea formalmente válido el latiguillo, (y las formalidades son una especialidad de ese tribunal), en los hechos se transforma en un mojón que nos impide trabajar", sostiene el oficio.
Aunque aclara que la presentación no se inscribe en “una ´guerra de egos´, en un ´deseo de reconocimiento´, en una ´pelea de marquesina´” sino que, “muy a pesar de quienes la han elaborado (que no esperaban llegar a esta instancia), apunta a contribuir en la mejora del servicio de justicia con máximo apego al rol del Ministerio Público Fiscal, que no se agota en una vista inicial cuando se inicia el expediente".
"Le pese a quien le pese, el trabajo del Ministerio Público es más molesto, es como un tábano que aguijonea a los jueces puesto que controla, insta, propone, sugiere, matiza, explica, se queja, etc” dice el oficio que agrega: “Sabemos que molestamos, a veces es probable que más de la cuenta, pero ese el trabajo de una fiscalía".