Raúl Zaffaroni presentó el informe que recopiló los datos de todos los homicidios dolosos ocurridos en la Ciudad de Buenos Aires y otras cinco provincias. Destacó que los índices de la Capital se mantienen “en una meseta”, con seis homicidios cada 100 mil habitantes pero se alarmó del aumento de la tasa en los barrios de emergencia, que duplica ese porcentaje. También reconoció que el país “se encuentra en una posición privilegiada en relación con otros”.
Al igual que el año pasado, el saliente ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Eugenio Raúl Zaffaroni, presentó el mapa de homicidios dolosos. Una investigación que abarcó el relevo de todos los expedientes por ese delito durante 2013.
La gran novedad fue que este año no se brindaron las estadísticas respecto de la provincia de Buenos Aires. La razón de esta ausencia es que la información “será difundida y analizada por la Procuración General de la Provincia, con quienes hemos trabajado en el relevamiento de las causas de los departamentos judiciales del Gran Buenos Aires”, argumentó el magistrado, luego de que su colega en el Máximo Tribunal, Ricardo Lorenzetti, le diera la palabra. Juan Carlos Maqueda también fue parte del evento.
Estas investigaciones anuales, que se vienen desarrollando desde 2010, abarcan un análisis de las zonas en las que se cometieron los ilícitos, la franja etaria de víctimas y victimarios, si los mismos fueron menores, su nacionalidad, la resolución de las investigaciones iniciadas a raíz del evento, y el contexto en el que se produjeron los homicidios, como parámetros salientes.
El informe, que incluyó el análisis de casos de la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Corrientes, La Rioja, Misiones, San Luis y Tucumán tuvo parámetros comparativos con años anteriores, y fue contextualizado también dentro de la realidad de la región.
“Hay 23 países con una tasa de homicidio altísimo, de ellos, 18 están en nuestra América Latina y los otros 5 en África, y no lo alcanzan por poco”, señaló, para puntualizar también que hay algunas naciones con un promedio de 90 homicidios cada 100 mil habitantes, “cifras que son casi bélicas”, remarcó Zaffaroni, quien luego citó el ejemplo de que en la década transcurrida desde 2002 hasta 2012 “Brasil perdió 2 millones de vidas, es casi un genocidio en cuentagotas”.
La Ciudad de Buenos Aires mantiene un índice que oscila entre los 5 y 6 homicidios por cada 100 mil habitantes. “De los anteriores informes de homicidios dolosos (2010, 2011 y 2012) y del presente (2013) se puede determinar la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes oscilando entre los 5 y 6 homicidios. En el 2013 la tasa fue de 6,08 homicidios por cada 100.000 habitantes, con un total de 176 víctimas, 269 victimarios y 166 causas compulsadas”, señala el informe. Para Zaffaroni, la Ciudad de Buenos Aires “se encuentra en una meseta”.
El magistrado remarcó dos puntos, uno fue el descenso de este tipo de delitos en el área de la villa 31 de Retiro, “aquí se observa el trabajo de urbanización”, expresó. El contrapunto de ello fue lo que Zaffaroni definió como “zonas calientes” en el que se observa una tasa de 13 homicidios cada 100 mil habitantes. Las zonas comprenden el sur de la Ciudad, como Lugano, Flores Barracas, y principalmente los asentamientos precarios de las mismas, como la Villa Zabaleta, con el 31% de los casos.
“En 2013 se confirma que más de un tercio del universo de víctimas y victimarios proceden de barrios de emergencia”, explica el informe. Al respecto, Zaffaroni puntualizó que el 42% las investigaciones de los homicidios en los barrios de emergencia no lograron hallar a un autos, por lo que se corría el riesgo “de que haya víctimas de primera y segunda categoría”
“El 48% de las víctimas residía en zonas urbanizadas, mientras que un 35% en barrios de emergencia y asentamientos. De los victimarios conocidos, el 61% residía en barrios de emergencia o asentamientos precarios, mientras que el 39% en lugares urbanizados” arrojó el informe en ese sentido. “El 82% de las víctimas tenía entre 18 y 50 años, el 18% restante se distribuye regularmente entre las otras categorías”.
En cuanto a la nacionalidad, “El 65% de las víctimas eran argentinas y un 33% extranjeras, de las cuales 19 eran de nacionalidad paraguaya y 12 peruana” Los victimarios, por su parte, fueron el 37% argentinos y el 10% extranjeros, “aunque se desconoce la nacionalidad en un 53%”, aclara el informe. De los victimarios conocidos, el porcentaje de argentinos es del 80%.
Existe una gran proporción de homicidios ocurridos los fines de semana, durante la noche, y el alcohol es un índice determinante. No así la droga, “que en su caso pudo ser por peleas sobre su distribución”, explicó Zaffaroni luego de la conferencia, al ser consultado por los medios.
Los móviles los homicidios también fueron un dato tomado en cuenta a la hora de realizar la investigación. Las categorías, en ese sentido, se distribuyeron en Discusión / Riña / Venganza, que agrupa los homicidios que se desencadenan por discusiones, reyertas callejeras, grescas o conflictos entre bandas, venganzas o ajustes de cuentas; Robo; Conflicto Intrafamiliar- cuya particularidad “la refleja el tipo de relación existente entre los sujetos involucrados, circunstancia que excede los lazos sanguíneos”; Legítima Defensa; Intervención policial y casos en los que el motivo se desconoce. En la Ciudad de Buenos Aires hubo una prevalencia del primer grupo, con un 44% de los casos, seguido por un 22% de casos en los que se ignora la motivación. El robo seguido de muerte fue la tercera causa.
Zaffaroni concluyó su presentación destacando que la Argentina se encuentra en una “posición privilegiada” respecto a otros países del continente. Posición compartida con Uruguay y Chile. Retomando el concepto de que es necesario la creación de mecanismos de prevención para estos casos, como así también de estudiar el fenómeno, no sólo de homicidios dolosos, sino también de culposos, de muertes en hospitales, pero fundamentalmente “de las personas que mueren a prematuramente pudiendo vivir un poco más”, ya que “se trata de personas, porque los datos son fríos pero estamos hablando de la vida, que es un absoluto”. Por ello Zaffaroni consideró imperioso “pasar a una etapa nacional de prevención científica de las conflictividades violentas y, para ello, la contribución del Poder Judicial devendrá decisiva”.
“Espero que los que estén encargados de la prevención tomen estos índices de violencia, todos los delitos afectan bienes jurídicos, hay delitos graves que hay que prevenir, pero el primero debe ser el homicidio, porque el primer derecho humano que tenemos todos es el derecho a la vida, y como dice la Declaración Universal de Derechos Humanos ‘todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos’”, fueron sus palabras finales.