20 de Diciembre de 2024
Edición 7117 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/12/2024

El caso fortuito y la fuerza mayor

La Cámara Nacional en lo Civil revocó una sentencia y eximió de responsabilidad a una empresa de turismo que organizó un viaje a Egipto, en el transcurso del cual la demandante fue baleada por terroristas. FALLO COMPLETO

 

Así lo decidió la Sala C de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil en los autos "Giambelluca, Emilia C/ Nabil Travel Service S.R.L. Y Otro S/ Daños Y Perjuicios".

La actora había contratado, por intermedio de Norway Empresa de Viajes y Turismo, con Nabil Travel Service S.R.L. un viaje turístico al sur de Italia (Sicilia), Grecia y Egipto, que tenía fecha de inicio el 4 de enero de 1995 y finalizaba el 21 de enero del mismo año. Expresa que el 12 de enero de 1995 el tren que la transportaba de Luxor a El Cairo fue baleado con ametralladoras y una bala atravesó la ventanilla de su camarote y le impactó en la cara, lado derecho, produciéndole la fractura del mentón y diversas heridas en el rostro y cuello por los vidrios rotos de la ventanilla y otras esquirlas.

En un principio la actora entabló la demanda contra Nabil Travel Service S.R.L. y la República Árabe de Egipto, pero ante la comunicación del Subdirector General de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Relaciones Exteriores de que la embajada del mencionado estado extranjero no prestaba conformidad para ser sometido a juicio ante el tribunal federal de la República Argentina entonces interviniente, la actora desiste contra dicho codemandado y endereza la acción también contra la firma Norway Empresa de Viajes y Turismo. Dicho desistimiento generó la declaración de incompetencia de la Justicia Federal y la remisión de las actuaciones a la Justicia Civil.

El juez de primera instancia llegó a la conclusión de que, aunque no eran de dominio público, Nabil Travel conocía perfectamente bien la existencia de atentados terroristas que se iban repitiendo en Egipto y que se producían en lugares que los turistas iban a recorrer, razón por la cual entendió que algún grado de responsabilidad le cabe a dicha empresa, no así a la codemandada titular de la agencia de viajes minorista, porque a su juicio no hay elementos de convicción que permitan aseverar que tenía conocimiento de la existencia de esos atentados con anterioridad al viaje. Por ello, consideró que Nabil Travel deberá afrontar una parte de los daños y perjuicios sufridos por la actora, que estima en el 25% de lo que resulte determinado en las pruebas que se realizarán en la etapa de ejecución de sentencia.

Apelada esa decisión, en la Alzada, el vocal preopinante fue José Luis Galmarini, quien comenzó por recordar que "con respecto a esta empresa, en calidad de organizadora de viaje, en lo concerniente a la responsabilidad frente al viajero por los daños y perjuicios sufridos durante el transporte ferroviario realizado por un tercero, la cuestión debe ser enmarcada en el art. 15 del Convenio de Bruselas, al que se adhirió nuestro país por ley 19.918... Según dispone el inciso 11 de dicho artículo: El organizador de viajes que hace efectuar por terceros prestaciones de transporte, alojamiento o cualquier otro servicio relativo a la ejecución del viaje o de la estadía, será responsable de todo perjuicio causado al viajero en razón del incumplimiento total o parcial de esas prestaciones, conforme a las disposiciones que las rigen. Idéntico criterio se seguirá ante cualquier perjuicio causado al viajero en ocasión de la ejecución de estas prestaciones, salvo si el organizador de viajes prueba que él se ha comportado como un diligente organizador de viajes en la elección de la persona que realiza el servicio." (la negrita es nuestra)

"En doctrina se ha sostenido que hay obligaciones de resultado atenuadas, en las que el deudor se libera probando simplemente la falta de culpa, o sea su conducta diligente; ordinarias en las que es preciso acreditar la ruptura del nexo causal; o agravadas, en las que es menester probar un hecho calificado que rompa la relación causal, no basta la prueba de caso fortuito o fuerza mayor genéricos, sino una causa extraña calificada", destacó el magistrado, agregando que "desde el marco legal específico aplicable al caso, respecto de Nabil Travel Service S.R.L., esto es el inciso 11 del art. 15 de la Convención de Bruselas, por tratarse del transporte ferroviario contratado con un tercero por el organizador de viajes, corresponde encuadrarlo como un supuesto de obligación de resultado atenuada, en cuanto se libera de la responsabilidad de garantía allí mismo prevista si prueba que se ha comportado como un diligente organizador de viajes en la elección de la persona que realiza el servicio".

Entre otros puntos para exonerar de responsabilidad a la codemandada, pueden mencionarse los siguientes:

* "Como en el caso no está cuestionado que el servicio de transporte ferroviario era explotado por el Estado de la República Árabe de Egipto, en principio, correspondería considerar al comportamiento del organizador del viaje, en la elección de la empresa ferroviaria contratada para transportar a la actora, acorde con la diligencia exigida por la Convención de Bruselas, y por tanto, configurada la eximente consagrada por la norma legal citada."

* "No han de soslayarse las características del ataque al tren en el que viajaba la actora, pues aun cuando se considerara la obligación tácita de seguridad como obligación de resultado ordinaria o agravada, en la que para eximirse el deudor debe probar el hecho imprevisible o inevitable que rompe el nexo causal o también que ese hecho sea externo o ajeno a la actividad y al ámbito de control del organizador..., ese atentado terrorista mediante tiros de ametralladora contra los pasajeros, constituye en sí mismo un hecho típico de fuerza mayor, por la sorpresa y violencia desatadas en forma repentina, características inherentes a los actos terroristas, que los tornan irresistibles, en el caso por la utilización de armas contra pasajeros indefensos." (la negrita es nuestra)

* "Tampoco las partes cuestionan en este expediente que el ataque en el que resultó lesionada la actora fue un acto terrorista, que por un lado constituiría un supuesto de fuerza mayor que releva de responsabilidad al deudor de conformidad con el art. 513 del Código Civil, por la ruptura del nexo causal, destacándose además que de ello se infiere que se trata de un hecho de terceros extraños no sólo a la empresa organizadora del viaje, sino a la que tenía a su cargo el transporte ferroviario, configurándose así la causa ajena que liberaría de responsabilidad a la codemandada Nabil Travel Service S.R.L.."
(la negrita es nuestra)

* "Sin embargo, para determinar si el organizador de viaje o empresa mayorista de turismo es responsable por haber omitido información conocida que hubiera influido en la decisión de la actora de realizar el viaje o desistir de hacerlo, o en la de elegir otro medio de transporte para seguir el itinerario planeado, corresponde examinar los elementos de convicción aportados a fin de determinar si se han comprobado hechos terroristas en la zona por la que viajaba la reclamante cuya frecuencia y gravedad justificara la información al viajero y que el organizador conocía o debió conocer."

* "De las pruebas examinadas en la sentencia, a mi juicio, no surgen elementos de convicción suficientes para tener por acreditada la existencia de acciones terroristas cuya frecuencia y localización tuviera entidad como para responsabilizar a la empresa mayorista de viaje por la sola circunstancia de no haber informado explícitamente sobre esos hechos, pues el riesgo de que ocurran debe ser analizado en relación directa con la cantidad de sucesos acaecidos en un lapso determinado circunscriptos a una zona o territorio delimitados, esto es, al tiempo o frecuencia y al lugar o espacio en que los hechos ocurren u ocurrieron en época cercana anterior al viaje".

* "Más allá de que las tratativas que llevaron a concretar el contrato de viaje fueron entabladas entre la viajera y la agencia minorista que actuó como intermediaria, y por tanto la información debía ser transmitida por quien estuvo en comunicación directa con la cliente, esta circunstancia no hubiera liberado a la empresa mayorista de su obligación de suministrar al consumidor información veraz, detallada, eficaz y suficiente (art. 4 de la ley 24.240) y de adoptar las medidas adecuadas para que el servicio no presente peligro o riesgos para su salud o integridad física (arts. 5 y 6 de la misma ley), y la responsabilidad alcanzaría a todos los participantes en el proceso de comercialización del servicio de turismo en forma solidaria (arg. art. 40 de la ley 24.240, según la reforma introducida por el art. 4 de la ley 24.999), tanto a la empresa organizadora como a la agencia intermediaria. Pese a que fue mayor la relación entre esta última y la viajera, en el caso no se cuestiona que hubo una reunión antes de iniciar el viaje organizada por la empresa mayorista con los turistas en la que se brindaba información sobre el viaje. Pero en el caso se presentó además la excepción de responsabilidad prevista en el último párrafo del art. 40 de la ley de defensa del consumidor, según texto de la ley 24.999, en cuanto contempla la liberación de quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena. Si a ello se añade lo expresado anteriormente acerca de la frecuencia de los actos terroristas y de la falta de conocimiento por ambas codemandadas de que esos sucesos generaran riesgos ciertos a los turistas, corresponde excluirlas de responsabilidad por los daños derivados de un acontecimiento que evidentemente constituye un caso de fuerza mayor". (la negrita es nuestra)

Siendo compartido el criterio del preopinante por los demás miembros del tribunal se resolvió revocar la sentencia apelada en cuanto admite la demanda contra la codemandada Nabil Travel Service S.R.L y en consecuencia rechazar la demanda también contra la citada codemandada.



dju / dju
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