El empresario Clutterbuck desapareció el 16 de octubre de 1988, y aunque se pagó un millonario rescate nunca apareció. Benito, un sargento retirado de la Policía Federal había sido condenado por Canicoba Corral -por el viejo código de procedimientos- a la pena de 11 años de prisión por otro secuestro extorsivo, el del empresario Sergio Meller, aunque no volvió a prisión porque el tiempo que llevaba preso sin condena.
Después, se detectó que Benito estaba involucrado también en el secuestro de Clutterbuck, por lo que se pidió su captura y finalmente se entregó en marzo de este año. El caso de Ramírez es similar, conocido como “Jopo”, también era policía, y ya estaba preso por el secuestro de Meller cuando se le dictó la preventiva por el caso Clutterbuck.
Sobre la vinculación entre cada caso, los camaristas indicaron además que se debe agregar con carácter “indiciario” que Ramírez aparece sospechado en varios secuestros extorsivos que se investigan en el juzgado federal 6 y que la nota con el pedido de rescate se escribió con “la misma máquina de escribir” secuestrada en el domicilio de los hermanos José y Camilo Ahmed, dueños de una agencia de seguridad, condenados por otro secuestro extorsivo, el del empresario Mauricio Macri.
Además, los camaristas resaltaron que en el caso de Ramírez se acreditó que es su voz la que aparece registrada en las comunicaciones con la familia Clutterbuck para negociar el rescate.