Cuando se habla de casos de corrupción, Justicia Independiente parecen términos incompatibles. Así lo revela una encuesta de Diario Judicial, la mayoría de sus lectores entiende que el Poder Judicial especula con las investigaciones según la coyuntura política. La desconfianza crece hasta el 80% si se suma la creencia de que, aunque se le dé toda la libertad, “nunca llegará al fondo” de los casos.
La mayoría de las encuestas demuestran que una de las instituciones que gozan de menor prestigio es la Justicia. El principal blanco de los cuestionamientos siempre es el fuero Penal, sea el ordinario con los llamados casos de “inseguridad” y la lenta resolución de conflictos – o incluso la impunidad- como el federal, en donde el promedio para juzgar casos de corrupción es de quince años.
Con la llegada al poder de Mauricio Macri y su promesa de cambio y transparencia, y el foco de la lucha anticorrupción que también fue recogido al inicio de 2016 por Ricardo Lorenzetti, terminó siendo un gol en contra para el prestigio del Poder Judicial: algunas causas avanzaron muy rápidamente generando suspicacias entre propios extraños.
El escándalo de los bolsos del ex secretario de Obras Públicas de la Nación sirvió como espejo: la causa por enriquecimiento ilícito contra José López data del año 2008, pero recién después del 14 de junio de 2016, cuando fue hallado en un convento de General Rodríguez, Provincia de buenos Aires, con bolsos que guardaban cerca de nueve millones de dólares en efectivo, el juez Daniel Rafecas procedió a procesarlo. Algo similar pasó con la causa por asociación ilícita que tiene a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner como imputada, fue denunciada en 2008 y recién a fines de 2016 el juez Julián Ercolini la procesó.
Los lectores de Diario Judicial no fueron ajenos a esa sensación de anomia. Preguntados sobre cómo creen que actuó la Justicia en los casos de corrupción más emblemáticos tras haberse cumplido un año de la llegada de Cambiemos al Poder, el veredicto muestra que la Justicia Independiente en casos de corrupción es más una declaración de principios que una situación real.
El 60% de los lectores de este medio opina que la Justicia especula con las investigaciones según la coyuntura política. Un cuestionamiento a la tan mentada independencia del Poder Judicial, pero también un tiro por elevación al Poder Ejecutivo. El rol de “interlocutor político” – eufemismo de “operador judicial”- que le dan a Daniel Angelici tampoco es bien visto: el 65% de los lectores opinaron en septiembre que el gobierno de debe tener ninguno, el otro 35 se dividió entre el 17% que opinó que debe tener un operador, y el 18% que opinó que deben ser varios.
El diagnóstico parece ser que la Justicia Federal en los casos de corrupción no opera independientemente sino que va a tono con los aires del Poder Ejecutivo de turno.
Si nos vamos a las otras opciones, el descreimiento es tal que llega al 86%. Es que el 26% de los lectores que votaron en la encuesta que se inclinaron por la opción que dice que por más que el Gobierno le dé toda libertad a la Justicia, esta “nunca llegará al fondo de la cuestión”. Ahora sí, con esta crítica las responsabilidades no se dividen, el palo va directo al corazón del Poder Judicial.
Una escasa mayoría de los encuestados aún mantiene las esperanzas, se trata del 14% que cree la Justicia avanza de forma independiente más allá del momento político. Un número que demuestra el descrédito de la Justicia desde hace muchos años. En el Poder Judicial ya lo saben.