05 de Noviembre de 2024
Edición 7085 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 06/11/2024

Mi abuela es un peligro (moral)

Una adolescente acudió a la Justicia para que se suprima su tercer nombre porque era el mismo que el de su abuela que “le había hecho mucho daño a la familia”. Un Tribunal de Mendoza lo autorizó: “Este prenombre le resulta un recordatorio permanente de una persona de la que guarda malos recuerdos”. 

La Justicia accedió al pedido de una adolescente – representada por su madre- para que le supriman su tercero nombre porque era igual al de su abuela y, debido a la historia familiar, le generaba un perjuicio moral.

En la causa, que se caratuló “B.C.R.M. p/Supresión de Nombre”, la joven denunció que su tercer nombre “M.”, es idéntico al de su abuela, que “le hizo mucho mal a la familia”, y que este comportamiento ha generado “una afectación patente” en la personalidad de la adolescente por ser portadora del nombre de aquélla.

Sin embargo, el juez de primera instancia entendió que en el caso no se daban los presupuestos exigidos dado que en la pericia psicológica surgía que C. “no posee ningún trastorno psicológico” porque en su acta de nacimiento y/o su DNI figure el tercer nombre y que la acción “responde al enojo de su progenitora con su progenitor, por lo cual es claro que no es un motivo que la perjudique a ella sino que obedece a una influencia de su madre”.

En su apelación, la actora sostuvo que el nombre “le produce una afectación personal en el orden psicológico, espiritual y hasta fisiológico”, por lo que “mal podría interpretarse que lo solicitado esté fundado en una razón frívola, intrascendente o sin justificación o que se trate de razones de orden sentimental, gusto, placer o capricho”.

Para la Cámara de Familia ello fue suficiente e hizo lugar al recurso. Con votos de los jueces Carla Zanichelli, Estela Politino y Germán Ferrer, el Tribunal de Alzada recordó: “El derecho a la identidad como presupuesto de la persona abarca la protección del nombre, filiación, nacionalidad, idioma, costumbres, cultura propia y demás componentes del propio ser”.

“Vislumbro que en el sub iúdice existen y se han acreditado motivos suficientes el cambio pretendido por la actora, que permiten hacer lugar a la deman.eleste, portar su tercer prenombre ha resultado para ella un sufrimiento personal, tanto por haber sido objeto de maltrato psicológico y hostigamiento en la escuela -lo que hoy se conoce como bullying escolar-, como por significar un constante recordatorio de situaciones traumáticas de su niñez que se vinculan con este prenombre”, señala el voto suscripto por la camarista Inés Politino, al que lueg adhirieron sus colegas.

 En ese sentido, Politino agrega “en cuanto a lo primero, porque en su infancia y adolescencia, cada vez que la nombraban en el colegio con su prenombre M., era objeto de burlas por parte de sus compañeros, lo cual la estigmatizaba socialmente.

En cuanto a su propio padecimiento, el fallo precisa que este prenombre le resulta a la joven “un recordatorio permanente de una persona de la que guarda malos recuerdos, su abuela paterna” cuyo nombre “no quiere significar su propia historia de vida ni su proyección personal” pese a que, según las pericias “no presente indicadores de trastorno psicopatológico”.

“ Los testigos dan cuenta que C. tiene problemas con el nombre M. porque es el nombre de su abuela, quien le ha hecho mucho daño a la familia, con maltrato físico y psicológico hacia C., más que a nadie; que cuando se la llama por ese nombre se siente mal y llora; que pide que no se la llame M. que el uso de ese nombre le produce sufrimiento, la afecta y la han visto llorar en estado de angustia extremo por este motivo”, refleja la sentencia, a la que accedió Diario Judicial.

La Cámara, en defintiva, concluyó que existe un interés individual que debe ser atendido, ya que lo contrario “significaría condenar de por vida a C. a portar un prenombre que para ella representa un elemento negativo, es motivo de aflicción y angustia y debe estar atenta de mantenerlo oculto, porque, exteriorizarlo, le evoca situaciones de las que ha sido víctima y que no quiere de ninguna manera recrear”.

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