La Justicia de San Martín condenó a prisión perpetua a un acusado de matar a un profesor de plástica durante un asalto en 2016. Los jueces utilizaron mensajes de WhatsApp como prueba de cargo.
El Tribunal en lo Criminal Nº 3 de San Martín condenó a prisión perpetua a Emiliano Martín, acusado de matar al profesor Juan Manuel Miranda a balazos durante un asalto en su vivienda del barrio Villa Libertad.
Los miembros del Tribunal hallaron culpable a Martín, apodado "Mascarita", del delito “homicidio agravado criminis causa”. El condenado pertenecía a la Banda del Crique, que se dedicaba a robar en el noroeste del Gran Buenos Aires y en la causa hay dos imputados más que serán juzgados más adelante.
Lo novedoso del caso es que el Tribunal aceptó como prueba los mensajes de WhatsApp, donde el imputado confesó ser el asesino de Miranda, aportados por la querella.
En esa línea, los jueces resaltaron que los imputados "se mensajeaban y daban referencias de domicilios, criquets, linternas, pasamontañas, localidades, hablan de la venta de electrodomésticos, celulares. La venta de electodomésticos y los robos se vinculan con los secuestros secuestrados en los allanamientos".
En los mensajes presentados como prueba, Martín hablaba de una huella que más tarde se comprobó era un auto que utilizó para perpetrar el robo en la vivienda de la víctima.
Los magistrados explicaron que los mensajes extraídos del celular del condenado "son un elemento de encastre completamente válido. Y como tal, merece ser mencionado dentro de esta enorme enunciación de pruebas de cargo".
Los camaristas resaltaron que en las conversaciones que mantuvo con sus contactos, 'Mascarita' "admitía sin ambages no sólo su participación en el robo, sino su autoría material del homicidio" y se definía como "ladrón de toda la vida, al que le produce placer la adrenalina y el contacto con su arma de fuego".
Lo novedoso del caso es que el Tribunal aceptó como prueba los mensajes de WhatsApp, donde el imputado confesó ser el asesino de Miranda, aportados por la querella.
Finalmente, para el Tribunal bonaerense no hubo dudas que Martín fue el autor del hecho y resolvió condenarlo a prisión perpetua.