Una mujer demandó al dueño de un perro que intentó atacar a su mascota, provocando la caída y consecuentes lesiones a la misma. Sin embargo, la Cámara Civil rechazó la demanda al considerar que no se logró acreditar "debidamente la forma en que sucedieron los hechos".
La Sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil revocó una sentencia de grado que hizo lugar a la demanda de una mujer por los daños que sufrió al caer al suelo durante una pelea de perros.
La actora demandó al dueño de un perro por los daños y perjuicios que sufrió a mediados de 2013, cuando regresaba a su domicilio particular paseando a su perra raza ovejero suizo. Ese momento, según su relato, se topó con un perro de gran porte el cual la atacó.
A raíz del encuentro entre los canes, la actora cayó al suelo, lo que le ocasionó la rotura de los dos tobillos. Sin embargo, el demandado negó categóricamente los hechos alegados.
La sentencia de primera instancia hizo lugar a la demanda por la suma de 101 mil pesos con más los intereses. Todo ello en los autos “P., G. M. D. C. C/ C., J. M. S/ Daños y Perjuicios”.
“Aunque el demandado no da una versión suya de los hechos y hace referencia a que el relato de los hechos efectuado por la actora, al que califica de confuso, es revelador de que fue la perra de esta última la que provocó su caída (…)”, señaló la Cámara.
En el fallo, la jueza concluyó en que tanto las versiones de la actora como de los testigos “no coinciden en cuanto al encuentro de ambos canes, cómo se produjo y si medió contacto entre ellos o no, a pesar de lo cual consideró que no es este un elemento definitorio ya que el daño puede generarse por activación de una situación lesiva a través del o los animales”.
También puso de resalto que el demandado "fuera de la negativa de los hechos expuestos" en la demanda “no brindó una versión propia especificando el lugar en que se hallaba, en qué condiciones estaba su can, por dónde lo paseaba y cómo pudo presenciar la caída de la actora”.
En este escenario, el Tribual de Alzada consideró que estas argumentaciones son “insuficientes para tener por probado que tal situación es la que ocurrió en el caso”, y que los “elementos de convicción aportados al proceso no acreditan debidamente la forma en que sucedieron los hechos, si hubo o no enfrentamiento entre las perras, ni tampoco que la acción o reacción del animal perteneciente al demandado hubiera sido la causa de la caída de la actora y de la consecuente lesión padecida por ella”.
“Aunque el demandado no da una versión suya de los hechos y hace referencia a que el relato de los hechos efectuado por la actora, al que califica de confuso, es revelador de que fue la perra de esta última la que provocó su caída (…)”, señaló la Cámara.
Para los vocales, tampoco “basta para tener por comprobado el hecho generador de la lesión sufrida por la actora que el demandado paseara a su perra sin emplear la rienda y el pretal o collar exigido por la norma”.
“Coincido con el demandado en cuanto aduce que el solo hecho de que su perra transitara en las proximidades del lugar donde estaba paseando la de la actora no basta para tener por comprobado que la caída por ella sufrida se debió al accionar de la perra del demandado”, advirtió el fallo y concluyó: “Ni siquiera se ha probado debidamente que se hubieran enfrentado físicamente los animales, ni que en el hipotético enfrentamiento hubieran embestido a la actora, ni que la perra de la actora hubiera reaccionado por haber sido atacada por la del demandado”.