El diputado suspendido y exministro de Planificación, Julio De Vido, fue condenado a cinco años y ocho meses de prisión por su responsabilidad en la tragedia de Once, el fatídico accidente ferroviario que dejó 51 personas muertas -una de ellas embarazada- y más de 700 heridos el 22 de febrero de 2012. El exfuncionario fue acusado por el delito de defraudación contra la administración pública, pero absuelto por estrago culposo. Asimismo, el Tribunal Oral Federal N°4 decidió imponerle la inhabilitación de por vida para ocupar cargos públicos. Los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel, Gabriela López Iñiguez y Ana María D’Alessio pidieron además el desafuero de De Vido, para que quede detenido en el marco de esta causa, pese a que hace ya casi un año que se encuentra preso en el penal de Marcos Paz -actualmente por la causa de la mina de Río Turbio. La pena fue menor a la que pidió la fiscalía -nueve años- y la Oficina Anticorrupción -diez años-, mientras que Gustavo Simeonoff, extitular de la Unidad de Renegociación y Análisis de Contratos de Servicios Públicos, fue absuelto.