La medida fue adoptada por la juez de instrucción María Cristina Bértola quien a su vez trabó embargo sobre los bienes de Sacerdote y de otros cuatro directivos del Boston por 500 mil pesos a cada uno.
Bértola estableció la existencia del “cuadro de convicción suficiente” para dictar el procesamiento de Sacerdote, Horacio Julio Muñiz, Fernando Luis Moretti, Sergio Salomón Feldman y Victor José Zerbino como “prima facie” coautores, penalmente responsables del delito de “administración fraudulenta” en doce hechos. Moretti, Feldman, Muñiz y Zerbino figuran como directivos de la Banca Minorista, cuya función es la de “dirigir, de acuerdo a la estrategia del BankBoston, las actividades comerciales, de marketing y control de gestión de la entidad”.
Por el mismo delito fueron procesados una decena de gerentes de la entidad, quienes negociaron la entrega de los documentos con los ahorristas.
De acuerdo con las denuncias que dieron origen a la causa, los clientes concurrieron a las distintas sucursales del banco “requiriendo la devolución del dinero de su propiedad”, admitiendo como forma alternativa “dejarlo en una caja de seguridad, o bien, obtener la seguridad de tener su dinero a disposición siempre, ante cualquier eventualidad y sin restricciones”.
Ante ese requerimiento, el banco les entregó, en cambio, “una constancia de la entidad bancaria indefinida como documento contable” que según se pudo constatar “no se encuentra reglada por el BCRA (Banco Central)”. Además, la copia secuestrada de ese documento difiere del original entregado a los clientes.
El argumento utilizado en todos los casos apuntaba a la “falta de efectivo, recomendando su utilización como constancia de bienes dejados en custodia o como documento libre de cualquier restricción posible respecto de la disponibilidad total del dinero en efectivo, llevándolos con todo ello a engaño y negándoles finalmente la entrega de los montos en dólares estadounidenses correspondientes pese a sus reiterados reclamos e intimaciones”, según señalaron los denunciantes.
La mayoría de los casos se registró entre julio y noviembre de 2001, y los reclamos de devolución llegaron hasta enero de este año.
Advierte la magistrada que estos casos denunciados “resultan diametralmente opuestos al de los ahorristas que se han visto atrapados por las normas del BCRA luego de la fecha indicada (“corralito”), en tanto es evidente que los clientes damnificados han tenido por objeto evitar con debida diligencia, precisamente la situación en que ahora se encuentran, a la que se han visto abusivamente obligados por el accionar de quien ya se encontraba administrando sus fondos”.
Refuerza en ese sentido que en apoyo de la confianza creada el BankBoston “indujo e impidió que los damnificados se hagan del dinero en efectivo y, asimismo, reciban un documento cuyas características desconocían, a los efectos que no retiren en ese momento los billetes en dólares de cada sucursal”.
También advierte sobre los casos de una decena de ahorristas a quienes la entidad les devolvió “en efectivo” sus depósitos contra entrega de los documentos en cuestión, por lo que “no se explica porqué” el Banco tomó “la potestad de abonarlos o no”.
Por esa razón, Bértola tuvo por acreditado que el BankBoston “tenía en administración el dinero de los damnificados y que al requerirse expresamente su devolución fue negada fundamentalmente aduciendo falta de efectivo y por otro que se les aconsejó, fundado en la confianza generada, el uso de un documento ambiguo como si fuera el mismo efectivo”.