Los tiempos modernos nos obligan a repensarnos como abogados. Detenerse, pensar, hacerse preguntas y diseñar nuestro futuro profesional es nuestra responsabilidad, para continuar generando valor para los clientes.
“El mundo está cambiando, lo siento en el agua, lo siento en la tierra, lo huelo en el aire. Mucho de lo que alguna vez fue, se perdió”. Así comienza la famosa trilogía fílmica de El Señor de los Anillos y nos recuerda lo que está sucediendo en el mundo jurídico.
Un cambio vertiginoso, arrollador, impulsado por la tecnología, los nuevos hábitos de consumo y las transformaciones sociales han configurado un nuevo mundo para el que muchos abogados no estamos preparados aún. Mi padre, también abogado, sólo tenía que sentarse en su escritorio a esperar que le llegaran los clientes. Es verdad que hace 50 años atrás los clientes no abundaban, pero los que iban llegando permitían vivir dignamente de la profesión, sin muchos sobresaltos ni incertidumbre. Trabajar como abogado, aseguraba el bienestar económico. Hoy la profesión se ha inclinado hacia el lado opuesto, donde los sobresaltos y la incertidumbre se han convertido en las nuevas reglas del juego.
El sociólogo Zygmunt Bauman acuño el concepto “modernidad líquida”, para referirse a una sociedad cambiante con características similares a la de los líquidos, donde no existe una forma definida. En este nuevo mundo cada profesional deberá reinventar su identidad para no quedar obsoleto y continuar generando valor en su tarea. Recuerden que uno de los animales más grandes, poderosos, fuertes e imponentes en toda la historia de la humanidad, se extinguió por no haber podido adaptarse a los cambios en su entorno. Si, hablamos del Tyrannosaurus Rex.
¿Qué hacer ante este mundo líquido, donde cada vez hay menos matrimonios, donde surgen continuamente nuevas formas de hacer negocios, donde la tecnología elimina la distancia, donde la expectativa de vida cada día se prolonga más? ¿Se puede tomar un papel protagónico activo frente a este contexto? La respuesta no es sólo que sí se puede, sino que se DEBE tomar un rol activo en la reinvención profesional. Desde ese lugar tendremos mejores posibilidades para progresar y crecer, incluso en un entorno desfavorable. Y tal vez sea lo único que podamos hacer: amigarnos con los cambios, entender estas nuevas reglas y otear el horizonte para anticiparnos a las olas.
¿Cuál es mi principal ventaja competitiva? ¿Por qué me debería contratar un cliente? ¿Qué tiempo dedico a planificar la estrategia del Estudio? ¿Qué quiero que pase de aquí a 5 años y qué puedo hacer para lograrlo? Indispensable colocarse en protagonista de ese futuro soñado.
¿Por dónde se comienza? Ante todo, tomarse un tiempo de reflexión que puede ser de dos horas, 15 días o el tiempo que se necesite para entender tres variables espaciales:
De estas respuestas dependerá el camino, las acciones y las prioridades. La situación de cada Estudio Jurídico es distinta, sea por capacidades, experiencia u objetivos, de manera que no existe una fórmula mágica ni genérica que se aplique a todas las situaciones, pero tal vez algunas de las siguientes preguntas puedan servir como disparadores para la reflexión:
Uno de mis maestros decía que cuando hay una tormenta se muestran dos tipos de personas; están las que se protegen, las que hacen huecos en la tierra y se esconden a la espera que pase el temporal. Y están las otras, las que, frente a una tempestad, asumen riesgos, se mueven a la acción… y construyen molinos de vientos.
Y esa es la invitación queridos amigos. En un mundo líquido, en épocas de tormenta… ¡pongámonos el piloto y construyamos molinos de viento!
* El Dr. Guillermo Paez Juarez es abogado, coach profesional y consultor de negocios para estudios jurídicos y PyMes. Durante varios años se desempeñó como docente en las Universidades de Buenos Aires y Belgrano. Es el coordinador académico de Diario Judicial. Cuenta con un MBA internacional, varios posgrados en negocios y se ha especializado en coaching empresarial y gestión de RRHH. Es el docente del curso a distancia de formación continua "Cómo hacer crecer mi estudio jurídico".