Diario Judicial se fundó el primero de noviembre de 1999, cuando todavía la mayoría no tenía banda ancha y los sitios de internet en castellano éramos poquitos. Hoy, con mucho camino recorrido y las mismas ganas de siempre, agradecemos a los miles de lectores que nos leen todos los días.
Estaba por terminar 1999, y hacía varios meses que veníamos trabajando en una idea que en ese momento parecía loca: un diario especializado, solamente por Internet.
¿No van a salir en papel? No. ¿Están seguros?, los abogados jamás van a leer en una computadora. Además, la mayoría no tenía Internet ni en sus estudios ni en sus casas. Tampoco había en los juzgados ni en los despachos oficiales. Los pocos que se conectaban, lo hacían por teléfono, porque la banda ancha no llegaba a todo el país y era casi un lujo.
La Justicia, proveedora de la materia prima de nuestras noticias, tenía muy pocas computadoras así que los estaban en su mayoría redactados en las viejas máquinas de escribir. Si los queríamos digitalizar, había que ponerse a retipear o a corregir los imperfectos resultados de los escáneres con reconocimiento óptico de caracteres, que eran caros y sobre todo malos.
20 años no es nada, como dice el tango, pero también es mucho, porque nos permite tomarnos un respiro para mirar para atrás y contemplar orgullosos todo lo hecho.
Alguien me dijo un día que Diario Judicial era lo suficientemente divertido como para querer leerlo en las vacaciones y lo suficientemente serio para dedicarle tiempo en el estudio sin culpas.
Tuvimos varios hitos que hoy quiero repasar:
Fuimos el primer sitio en publicar fallos completos de acceso libre y gratuito para todo el mundo. Los buscábamos, los seleccionábamos, los tipeábamos y los publicábamos. Hoy es algo común y obvio, pero hace 20 años era un gran esfuerzo
Decidimos desacartonar las noticias jurídicas. Nos animamos a sacarles el “Dr.” y “Dra.” a los abogados y por supuesto, los jueces jamás fueron “su señoría” en nuestras páginas. Y también titulamos algunas noticias en forma divertida o provocadora, siempre siendo rigurosos en lo profesional. Noticias que se entiendan, que pueda leer cualquiera y que también les sirvan, a los abogados para su trabajo cotidiano.
Alguien me dijo un día que Diario Judicial era lo suficientemente divertido como para querer leerlo en las vacaciones y lo suficientemente serio para dedicarle tiempo en el estudio sin culpas.
En nuestra redacción se formaron muchísimos periodistas judiciales. Abogados que aprendieron a redactar y a comunicar. Periodistas que aprendieron de tribunales y de Derecho. Hoy, nos enorgullece que haya varios ex integrantes de nuestra redacción en diarios de alcance nacional como Clarín, La Nación, Perfil o Infobae y en varias radios y canales de TV.
Fuimos modelo a copiar, por colegas que reconocieron la potencia de una buena idea. Cuando todos empezaron a publicar fallos y a cubrir la actividad de los tribunales, más allá de lo policial o lo político, nos enorgulleció mucho. Calladitos y casi sin darnos cuenta, habíamos abierto el camino de un nuevo tipo de noticia.
En 2003, recibimos el Premio Mate.ar de plata en la categoría medios de comunicación (pymes), junto con el diario La Nación que lo obtuvo también el Mate.ar de oro.
Ese mismo año fuimos también los primeros en Argentina en hacer cursos de posgrado y actualización profesional a distancia por internet. Hoy la división académica de Diario Judicial es uno de los pilares de nuestro proyecto.
Pero un capítulo interesante de este relato de festejo, lo merecen nuestros lectores y el obvio lugar común: sin ellos no hubiéramos existido ni valdría la pena escribir.
Los tenemos de todo tipo: entusiastas, que se la pasan mandándonos elogios y felicitaciones; ansiosos, que querían que el diario les llegara antes; interesados, que nos leen solamente cuando necesitan ver información para mejorar algún escrito; orgullosos, que quieren ver si se publicó el caso en el que participaron o el fallo que escribieron; chusmas, que quieren ver si conocen a algún colega que apareció en el diario; enojados, que nos retan por las noticias que no les gustan; puntillosos, que nos mandan correcciones que ayudan a mejorar día a día; principiantes, que nos descubrieron hace poco; seguidores; que nos leen desde el primer día y todavía lo siguen haciendo. Muchas gracias a todos por existir.