Impulsan un proyecto para “acotar el margen de discrecionalidad” en la etapa de las entrevistas personales en los concursos para la selección de magistrados. La iniciativa propone establecer un puntaje máximo de hasta 30 puntos
El Consejo de la Magistratura de la Nación comenzó a debatir un proyecto para “acotar el margen de discrecionalidad” durante la etapa de las entrevistas personales de los concursos públicos de oposición de antecedentes.
Se trata de un proyecto para propone modificar los artículos 41 y 44 del Reglamento de Concursos Públicos de Oposición y Antecedentes para la cobertura de vacantes en el Poder Judicial de la Nación. El texto fue elaborado por los representantes del estamento de los abogados, Carlos Matterson y Diego Marías.
Las entrevistas personales a los aspirantes forman parte de la etapa final del proceso de selección, que tiene por objeto “valorar su motivación para el cargo, la forma en que desarrollará eventualmente la función, sus puntos de vista sobre los temas básicos de su especialidad y sobre el funcionamiento del Poder judicial, su criterio respecto de la interpretación de las cláusulas de la Constitución Nacional y de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los casos que versan sobre control de constitucionalidad, así como de los principios generales del derecho”.
El texto actual del Reglamento, según los fundamentos del proyecto, “remite a la ponderación del cumplimiento de distintas capacidades e idoneidades de los postulantes, desde diversos enfoques”, y que esta ponderación del contenido de la entrevista personal que hace la Comisión conlleva el “ejercicio de una facultad de tinte discrecional”.
El proyecto propone un puntaje máximo de hasta 30 puntos por aspirante, derivados de la entrevista personal, los que se sumarán a los obtenidos en la instancia de la prueba de oposición y calificación de antecedentes para obtener el puntaje total para la confección de las ternas.
Los consejeros advirtieron la “existencia de criterios de evaluación dispares que, al no estar sometidos a un régimen objetivo de puntuación, han redundado en alteraciones sustanciales del orden de mérito y la integración de las ternas, lo cual no contribuye a afianzar los principios de transparencia, igualdad y objetividad que deben presidir al proceso de selección de magistrados”.
También hicieron hincapié en la necesidad de “precisar un límite objetivo de puntuación”, que permita “restringir el margen de la excesiva discrecionalidad actualmente existente”. El proyecto propone un puntaje máximo de hasta 30 puntos por aspirante, derivados de la entrevista personal, los que se sumarán a los obtenidos en la instancia de la prueba de oposición y calificación de antecedentes para obtener el puntaje total para la confección de las ternas.
Cabe señalar que las etapas anteriores del concurso asignan hasta un total de 200 puntos -hasta 100 por prueba de oposición y hasta 100 por antecedentes-, por lo que los consejeros consideraron que este puntaje máximo “limita la injerencia posible de esta etapa de entrevistas personales en el curso del concurso, ya que permitiría ampliar el puntaje hasta un 15% del total posible”.
"Queremos seguir afianzando aquellos principios que hacen a la transparencia, objetividad e igualdad que debe presidir el proceso de selección de jueces y juezas", remarcó Matterson.