La película ¿Cuánto vale la vida? pone en discusión la cuantificación del daño, la valuación de los rubros y los sentimientos de los familiares de las víctimas de los atentados del 11-S.
¿Cuánto vale la vida? Este es el título de la nueva película de Netflix que narra la historia real detrás de la creación del Fondo de Compensación a las Víctimas del 11 de septiembre. El film plantea una de las cuestiones más analizadas tanto por la doctrina como la jurisprudencia: los daños, rubros y su cuantificación.
El Fondo se creó para compensar a cualquier persona -o a un representante de una persona fallecida- que sufrió daño físico o murió en los atentados terroristas o durante los esfuerzos inmediatos en el retiro de los restos.
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 causaron la muerte de 2.996 personas y más de 25 mil heridos. Las víctimas tenían edades comprendidas entre dos y 85 años, y su gran mayoría eran hombres. A julio de 2019, 1.644 de los 2.753 restos de víctimas han sido identificados.
El film narra la historia de Kenneth Feinberg (Michael Keaton), el abogado a cargo del fondo, y Charles Wolf (Stanley Tucci), un viudo del 11-S y crítico del programa. La película mezcla, por un lado, el drama y descontento de las victimas y, por otro, la presión del Gobierno de los Estados Unidos y las compañías aéreas para frenar las demandas colectivas.
Los cálculos de las reparaciones incluyeron tanto la pérdida económica presumida como la pérdida no económica. Al participar en el proceso del Fondo, los reclamantes renunciaron a sus derechos a entablar litigios.
Feinberg fue el encargado de determinar el monto y la cantidad de personas que recibirían compensaciones y para ello, estableció un formulario en base a diferentes las circunstancias individuales. Cada indemnización varió, dependiendo del ingresos y beneficios que el individuo recibió de su empleo, la tasa tributaria y el tamaño del grupo familiar.
Los cálculos de las reparaciones incluyeron tanto la pérdida económica presumida como la pérdida no económica. Al participar en el proceso del Fondo, los reclamantes renunciaron a sus derechos a entablar litigios.
El Fondo cerró formalmente en 2004 y distribuyó más de 7 mil millones de dólares del erario público a 5560 personas. En 2011 y 2019, el programa se reactivó nuevamente para compensar a todos aquellos que desde entonces fueron diagnosticados con alguna condición física relacionada al hecho.