El Juzgado de Menores N°1 obtuvo certificaciones de calidad por su gestión judicial y su manera de innovar durante la pandemia. Con obligatoriedad del trabajo remoto, se propuso medir la productividad de su personal. Durante 130 días, entre marzo y julio de 2020, procesó y canalizó en forma exitosa 1298 solicitudes o acciones, principalmente a través del teléfono y el correo electrónico.
El Juzgado de Menores N°1, a cargo de Cristian Von Leers, obtuvo las certificaciones de las normas ISO 9001/2015 e IRAMA por su calidad judicial por las mejoras contínuas en el trabajo y su desempeño innovador durante la pandemia.
Las tres secretarías del juzgado certificaron calidad, lo que implicó un gran compromiso y esfuerzo del personal y la redefinición y unificación de criterios de trabajo y de roles laborales. Von Leers explicó que se crearon protocolos de actuación eficientes para todo el juzgado y se implementaron sencillos mecanismos de comunicación (como la incorporación de una agenda compartida a través de Drive a fin de que no se superpongan las actividades) y la elaboración de planillas actualizadas del estado de cada causa.
Un objetivo ambicioso para este año es la reducción del 50 % de las causas que se tramitan en el juzgado y los resultados ya están a la vista: la segunda semana de septiembre (terminado el turno), las tres secretarías tramitan un total de 61 causas.
Von Leers advirtió que “hay cosas que se hicieron durante muchos años y que hoy han perdido sentido”. Por eso, consideró recomendable que los tribunales incorporen conocimientos de gestión, porque ordena las prácticas a partir de una mirada crítica y con sentido de mejora continua en pos de un mejor servicio de justicia.
La pandemia, un factor clave
Con la llegada del covid-19, este juzgado redefinió su plan de gestión: se propuso medir la productividad con su personal trabajando de manera remota. Durante 130 días, entre marzo y julio de 2020, procesó y canalizó en forma exitosa 1298 solicitudes o acciones, principalmente a través del teléfono y el correo electrónico.
Además, resolvió 13 pedidos de libertad y 132 resoluciones interlocutorias, mientras que 28 causas fueron elevadas a juicio oral y se realizaron 170 certificaciones. Asimismo, fueron récord los tiempos de contestación y de respuesta (0,06 % y 0,27 % respectivamente).
Para Von Leers hay mucho por hacer. “Durante la pandemia fue muy difícil mantener a los jóvenes vinculados. La experiencia recogida indica que los NNyA tienen situaciones de vida muy difíciles y no siempre el Estado es eficiente en brindarles oportunidades. Tratamos de darles la mayor intervención para que se los asista de la mejor manera posible y mantener los acompañamientos de los equipos interdisciplinarios”, concluyó.
Por otra parte, desde marzo de 2020, no ingresó ni una causa en soporte papel, todas fueron digitales, lo que implicó también repensar la oficina y sus espacios de trabajo.