En la sede del Servicio Penitenciario Bonaerense en La Plata, y con la presencia del ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Martín Soria, y su par bonaerense, Julio Alak, se inició el proceso de recepción por parte de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) de 11.400 armas de fuego secuestradas en procesos judiciales. De esa manera comenzó el procedimiento que finaliza con la destrucción de las armas, y que se inscribe en la decisión política de fortalecer el desarme como herramienta para avanzar en la construcción de una sociedad más segura. El ministro Soria explicó que "cada arma que el Estado logra sacar de las calles sirve para aumentar la seguridad que le damos a todos los argentinos y argentinas". Las escopetas, fusiles, carabinas, revólveres y pistolas de distinto calibre, recuperadas en el marco de causas judiciales, estaban bajo custodia provisoria del Servicio Penitenciario Bonaerense. En ese marco, la Dirección General de Seguridad, a través del Departamento Armamento del Servicio Penitenciario Bonaerense, llevó a cabo el retiro de las armas desde los juzgados provinciales, tomó las vistas fotográficas y confeccionó las actas documentales.