Diario Judicial: ¿No sería conveniente para la transparencia que se le quiere dar al funcionamiento de la Justicia que los integrantes del Consejo de la Magistratura gocen de licencia en otras funciones, especialmente en el caso de los jueces y obviamente de los abogados?
Javier Fernández Moores: - Estoy preparando un periodo de licencia formal. Esta hecho un pedido a la Cámara, que la Cámara delegó a la Corte pero no terminó de resolverlo.
La Cámara, en mi caso, me autorizó a ausentarme del juzgado porque no puedo estar en dos lugares al mismo tiempo, y como juez tengo que atender las audiencias.
Mi fuero sufre una situación particular, somos 26 juzgados, hay 4 vacantes, en una hay un juez jubilado que ha sido convocado.
No tengo la seguridad, si dejo mi juzgado, que va a estar bien atendido.
Dju: Pero, además de lo funcional, existe una cierta contradicción porque dentro del sistema actual de superintendencia es inferior a la Cámara pero si va al Consejo se convierte en superior de esos mismos camaristas. Creo que falta claridad en esa parte del reglamento.
JFM: Es complicado. Incluso en cuanto a una relación de superintendencia, por un lado como juez de primera instancia estoy sujeto a la superintendencia de mi cámara, pero al mismo tiempo tengo facultades disciplinarias del mismo camarista, entonces es una situación un poco incómoda. Puede haber dos maneras; una es modificando la ley lisa y llanamente poniendo la licencia en la ley, y en este momento sé que se debatió el tema. Y otra, que la Corte haciendo uso de superintendencia, el presidente de la Corte otorgue la licencia con carácter extraordinario que está previsto en el artículo 11 del Régimen de Licencias pero en realidad no está expresamente previsto. O si no que el propio Consejo haciendo uso de sus facultades reglamentarias modifique el régimen de licencias e incluya una norma.
Dju: ¿Cómo es la situación de los abogados?
JFM: Los abogados no están habilitados. Por ese motivo, el de los abogados, es el único cargo que es remunerable en el Consejo, y los únicos que cobran salarios equiparables a los jueces de la Cámara de Casación que están un poquito por arriba del camarista común.
Dju: ¿Usted cobra como consejero o como juez?
JFM: Como juez y tengo un plus que se incorporó en la ley de presupuesto del año pasado. Los abogados están ganando más que nosotros, ellos cobran como los camaristas de casación y nosotros como el presidente de la Corte.
Dju- Lo que genera otro marco de desigualdad, no todos los consejeros cobran igual, pero vayamos al fondo de la cuestión. ¿Qué balance hace del Consejo?
JFM: Yo hago un balance positivo en general. Creo con respecto al presupuesto que hay que partir de una base, donde siempre las cosas se pueden hacer mejor. Dentro de la Constitución, el marco que dio la ley y considerando que el Consejo de la Magistratura se instaló el 17 de noviembre del año pasado, yo creo que el balance es positivo. Hubo una etapa de instalación de pensar como se iba a estructurar el Consejo en cuanto al personal, hasta el lugar donde iba a funcionar. Esta oficina donde estamos ahora, la tuve después de cuatro, cinco meses de estar en el Consejo. Por lo cual yo estaba en el juzgado atendiendo cosas propias del consejo, mezclando todo. Era un problema físico, de ubicación de muchos consejeros.
Dju: ¿Tardó mucho en aprobarse el reglamento?
JFM: El reglamento general se aprobó bastante rápido.
Nosotros cuando fuimos electos, allá por junio, julio del 98, fuimos electos con los abogados, nos estuvimos reuniendo con los abogados, May Zubiría, Orio, Gersenobitz, Caviglione Fraga, Kiper, Arguelles y yo. Los abogados y jueces nos reunimos para empezar a trabajar sobre el reglamento general, y fue la base que después se aprobó.
Estábamos trabajando desde mucho tiempo antes y este trabajo permitió que después cuando nos instalamos, se aprobara rápidamente dentro del reglamento general y lo que más discusión creó fue el tema de reglamento por concurso.
Dju: ¿En qué aspectos de la Justicia, se nota más la presencia del Consejo?
JFM: Dentro de la justicia lo que se nota más es la parte de administración, todo lo que era la dirección de Oficina Financiera que dependía de la Corte Suprema de Justicia, esto fue transferido íntegramente al Consejo de la Magistratura. Toda la parte de administración, la contratación de compra de edificio, contratación de alquileres, licitaciones públicas, privadas y toda la parte de manejo presupuestario, lo que es estrictamente ejecución de presupuesto pasa por el Consejo de la Magistratura.
Dju: ¿Qué presupuesto tiene el Consejo?
JFM: El Consejo maneja todo el presupuesto judicial de la Nación excluyendo la Corte Suprema. La Corte tiene su autonomía de manejo presupuestario porque la Constitución así lo señala, por eso la Corte tiene un administrador que es el doctor Nicolás Reyes y se maneja con los fondos de la Ley de Autarquía. El ante año pasado se modificó la ley de Autarquía y se incluyó una norma a la ley de presupuesto por lo cual los fondos de la Ley de Autarquía, los recursos no tributarios pasan a ser administrados por la Corte, me estoy refiriendo a lo que proviene de aranceles, la tasa de justicia, decomiso de mercaderías, esto representa el 20 por ciento del presupuesto. Del 100 por ciento del presupuesto de Justicia el 20 por ciento queda para la Corte.
Dju: ¿Quién maneja el tema salarial, el Consejo o la Corte?
JFM: Es uno de los puntos de discusión con la Corte. Hay una norma de la Ley de Autarquía que en su momento se vetó por parte del Poder Ejecutivo, que hablaba de los salarios del Poder Judicial que iban a ser vetados por la Corte Suprema.
La Corte Suprema hizo uso de estas facultades pero después chocaba contra el presupuesto real. La realidad es que la Corte eleva una propuesta y esto se aprueba en otro plano que es (el ministerio de) Economía y después el Congreso. Esta facultad que tiene la Corte para fijar los salarios es bastante relativa.
Dju: ¿Se les hace difícil manejarse con la Corte?
JFM: En principio, el Consejo nace quitando poder a diferentes lugares. Le quita poder al Poder Ejecutivo cuando le saca la facultad de seleccionar los jueces. Le quita poder a la propia Corte en lo que es ejecución presupuestaria, reglamentación y disciplina de los jueces. Le quita poder a la Cámara de Diputados en lo que es Acusación. Toda persona a la cual se le quita poder en principio se resiste.
Dju: Pero, quien siempre se ha enojado con el Consejo, ha sido la Corte porque los otros dos poderes, se han mantenido al margen de su funcionamiento, al menos, en la superficie.
JFM: Sí, porque de alguna manera el Consejo está instalado dentro del Poder Judicial. Si dentro del Poder Judicial había una cabeza que es la Corte, el Consejo viene a inmiscuirse como otra cabeza. Alguien dijo alguna vez, creo que el mismo presidente de la Corte, que el Poder Judicial con el Consejo es un poder bicéfalo. La Corte lo acepta a regañadientes, en lo que no le queda más remedio.
Dju: Pero, ahí convengamos, que no hay mayoría o minorías. Están todos enojados cuando se discute la conducción del Poder Judicial.
JFM: No todos. Si usted analiza las acordadas de la Corte cuando hay conflictos con el Consejo, muchas de ellas no están firmadas por los ministros (Gustavo) Bossert y (Enrique) Petracchi. Aún cuando no hagan disidencias. Algunos han hecho disidencia, Petracchi sobre todo cuando se trató el conflicto de superintendencia con los tribunales orales, diciendo que las facultades eran del Consejo.
Dju: Muchos dicen que este Consejo debe tener más jueces. ¿Está bien la representatividad, la cantidad de jueces que hay? ¿Es equitativo o hay una desproporción entre los distintos sectores?
JFM: Sí es desproporcionado. Creo que debería haber más jueces. Es muy poca la representación judicial, frente a la representación que tiene otro poder.
El Poder Legislativo tiene ocho representantes, cuatro senadores y cuatro diputados.
Dju: Y eso no traslada la controversia política del Parlamento al ámbito de la Justicia?
JFM: Sí, si se da en ese plano, creo que sí. Pero lo que asegura que no termine por imponerse el criterio político es el juego de mayoría dentro del Consejo. Esto hace que ningún sector tenga preponderancia para imponerse.
Lo que viene del ámbito legislativo viene de diferentes poderes, o sea que pueden tener visiones diferentes, sobre el mismo tema. Los abogados teóricamente no hay una afiliación política clara.
El abogado cuando aún tenga su corazoncito partidario, viene con un interés corporativo, lo mismo los jueces.
Dju: Sí, pero no se es tan bohemio, acá estamos hablando de intereses de sector o de partido, pero esto no es asepsia pura.
JFM: Bueno. Tampoco yo me hago el aséptico. Creo que el hecho que uno como juez no tenga un compromiso partidario ni obligación de defender determinados sectores partidarios no quiere decir que uno no tenga su propia ideología. Como ciudadano va a votar por un partido determinado. De todos modos creo que sería bueno que esto sea transparente, porque sino generaría confusión.
Dju: ¿Cómo calificaría el Encuentro de Jueces?
JFM: El encuentro de jueces es eso. Es un grupo de jueces que en algún momento teníamos diferencias con la forma que la Asociación de Magistrados encaraba la problemática Judicial. La Asociación de Magistrados es una entidad mutual y corporativa, y como tal, tiene intereses mutuales y corporativos, lo cual no esta mal. Lo que sucede es que a quienes formamos el Encuentro de Jueces no nos satisfacía el discurso corporativo para solucionar el problema de la justicia. Desde afuera creíamos que hacía falta que la sociedad escuchara una voz diferente, en cuanto a que los jueces pensaban de la problemática judicial aún cuando no coincidiera con los intereses propios de corporativo.
Dju: Ustedes, han sido críticos, duros muchas veces, sobre la posibilidad de qu los jueces intervinieran en política...
JFM: Yo creo que el juez no debe tener actividad política partidaria que es diferente a ideología. No creo en el juez aséptico, lo que llamo el "juez agua", incoloro, inodoro e insípido. Todas las personas tenemos compromiso con lo social, un compromiso ideológico que es diferente a esa actividad.
Dju: Usted, no cree, entonces que se han terminado las ideologías...
JFM: No para nada. Creo que es lo único que puede rescatar a la humanidad de los desastres.
Dju: Pero, eso es hacer política dentro de la magistratura.
JFM: Por la naturaleza de lo que es Encuentro de Jueces, como no estamos buscando elecciones internas ni pretendemos competir por el liderazgo de los jueces, no nos preocupa demasiado. Muchos jueces del Encuentro de Jueces no comulgan con la lista Azul. Esa agrupación, sí va a luchar dentro de la Asociación de los Magistrados en un marco cooperativo y mutual. Pero el Encuentro de Jueces no esta en esa lucha. Que otros jueces pertenezcamos a la lista Azul es otra historia. Si queremos hacer un paralelismo, podemos decir que se trata de un movimiento, como el que quieren hacer algunos políticos. Por ejemplo (Raúl) Alfonsín que convocaba a gente de otros partidos. Un movimiento que se mueve por afuera.
Dju: Mire que hubo otro político que dijo primero la Patria, después el Movimiento y por último, los Hombres. Pero no disgreguemos. ¿Cuál es el papel que está jugando la Asociación con este momento que viven los jueces? ¿Usted está de acuerdo? ¿Qué cosas comparte y qué critica?
JFM: Yo creo que la Asociación tiene que defender por un lado la independencia del Poder Judicial y por otro lado, tiene que hacer comprensible, su discurso ante la sociedad. Me parece que hay que hacer un discurso más comprensible. Por ejemplo cuando la Asociación dice defender la jubilación de los jueces. La gente tiene que percibir que esto de defender la jubilación de los jueces tiene un sentido institucional, no personal. Que no es un privilegio para los jueces sino para la sociedad, lo mismo que la intangibilidad del salario. Lo que hay que hacer comprensible es que si yo propongo, si quiero tener buenos jueces, y en la Justicia Federal, en todo el país tenemos 850, 900 jueces, les tengo que pagar bien. Lo mismo que si yo quiero tener el mejor gerente para mi empresa, le tengo que pagar un buen salario. Si yo pago monedas, entonces ahí va a venir cualquiera o va a tener un foco de corrupción.
Dju: Vamos a una cuestión más personal. Cuándo Usted como juez tiene que acusar a un colega, ¿cómo se siente? ¿Es lo mismo que cuando dicta una sentencia y condena a una persona que no conoce?
JFM: Es difícil. Me acuerdo cuando fue la acusación a (Raquel) Morris Dloogatz. Por un lado estamos diciendo estamos cumpliendo con nuestro rol, estamos acusando a un juez que creemos que está siendo corrupto y no tiene que seguir más en las funciones.
Por otro lado tenemos que decir: fracasó el sistema, que macana tener que acusar a un colega. Es lo mismo cuando uno se divorcia, es un alivio para el que viene mucho tiempo con problemas pero a la vez es un fracaso. Es esa sensación, a uno no le gusta tener que sancionar a un colega.
Dju: Entiendo que en un caso de posible corrupción, sea más fácil, pero cuando la acusación no es tan clara o está sospechada de parcialidad política como ocurrió con el "Caso Bustos Fierro", ¿puede mantenerse tan distante del problema, ser imparcial?
JFM: No estoy de acuerdo con esa doctrina que se ha elaborado en algunos sectores que absolutamente el juez no puede ser sancionado por sus sentencias. Esta es una norma que está en la ley del Consejo de la Magistratura, cuando trata la Comisión de Disciplina. Cuando la ley trata el artículo 15, lo relativo a la Comisión de Acusación.
Dice claramente que cuando las cámaras advirtieren por parte del juez un manifiesto des conocimiento de derecho remitirá las actuaciones al Consejo de la Magistratura para que se de intervención a la Comisión de Acusación. Esto es claramente lo que el juez ha dicho en sus fallos. Yo no digo que acompaño la acusación porque el juez se haya equivocado groseramente, en la aplicación del derecho, en el trámite procesal. Yo digo que todos estos errores, entre comillas, desde mi punto de vista tenían una motivación política y en realidad, el juez actuó con falta de independencia.
Dju:Pero digamos, porque no me convence mucho. ¿En esos casos no habría que haber esperado el proceso interno: pronunciamiento de la Cámara, luego la Corte y al final el Consejo?
JFM: Acá no hubo posibilidades. En este caso primero hubo un conflicto de competencia, (María) Servini contra (Ricardo) Bustos Fierro. Va a la Corte, y la Corte dice no la que tiene que resolver es la Cámara de origen. La Cámara de Córdoba dice bueno como ya pasó el momento, dice no resuelvo nada. Por otra parte, no había contraparte. Quién iba a cuestionar la decisión.
Del mismo partido del que era el Presidente, que quería participar en la interna. Es decir no había contraparte.
Dju: Pero se sienta un peligroso precedente. Cualquier partido político, ya sea de oposición o el oficialismo, ante una situación análoga, puede pedir el juicio político. ¿Cómo puede ser independiente un juez en esa circunstancia?
JFM: Hay que distinguir. Lo que importa acá es la motivación. Creo que hay serios elementos de motivación que presume que el juez ha tenido falta de independencia. Y esto lo estamos diciendo en un plano acusatorio. En estos casos, que se está en un límite muy delgado, en el que se le da la oportunidad al propio juez sospechado, de hacer su descargo en el jurado. El jurado dirá, si el jurado lo absuelve o no.
Dju: ¿Qué pasa con el juez si el jurado lo absuelve? ¿Puede volver a sus funciones?
JFM: Sí, por supuesto.
Dju: ¿El Consejo suspende o destituye?
JFM: La ley permite al Consejo optar o no por la suspensión. Primero se lo acusa, después se lo suspende. Esto es en un orden lógico, temporal, normalmente es en el mismo acto, en realidad podría ser en algunos casos de acusación, donde uno diga, bueno está bien no lo suspendamos. Yo creo que todo juez está sujeto a una acusación.Es problemático que a un juez que se le está tramitando un juicio, mientras tanto se mantenga en sus funciones.
Dju: Discúlpeme, pero no deja de tener un alto componente subjetivo y creo que en el derecho, importan las pruebas más que las subjetividades.
JFM: Yo tengo 15 años de juez, siempre hay un punto, cuando hay un testimonio donde hay una apreciación subjetiva. El Código Procesal me permite hacer esta apreciación. Esto en el fondo es subjetivo, es como cuando un profesor en la facultad toma un examen. Hay ciertas pautas de conocimiento. A veces es muy delgado el límite entre aprobado o reprobado.
Dju: Ese criterio en una sociedad de masas donde los medios de comunicación forman constantemente opinión pública, es tremendo. Hay jueces que temen fallar en tal o cual dirección sin auscultar primero que dirán los grandes diarios o la mayoría circunstancial en el Consejo de la Magistratura.
JFM: El juez tiene que estar dispuesto a soportar presiones. Los abogados presionan para obtener el resultado. A veces la prensa presiona porque quiere cambiar el resultado de la investigación. Si el juez no está dispuesto a soportar presiones, entonces para mí esa persona no puede ser juez. Esto no depende en realidad de la presión de la olla, sino de la dureza de la tapa. Es decir, la olla siempre tiene presión. El buen juez es aquel de tapa dura para soportar las presiones. Yo diría que aquella persona que no está dispuesta a soportar las presiones que no sea juez.
Dju: Dentro de ese nuevo perfil, ¿se están armando los concursos para el acceso a las vacantes en la Magistratura?
JFM: Ya están armados los concursos. Están en marcha. Están funcionando con el ritmo que le da la ley y el reglamento, que se aprobó, pero está marchando. Diría que es un paso lento.
Dju: Hay quejas de funcionarios judiciales. Por ejemplo, se quejan de que no están en igualdad de condiciones.
JFM: De acuerdo al reglamento, se les ha dado, por ejemplo, más puntaje a los abogados que a los secretarios. Pero hay abogados que no han acreditado especialización. Además, estos son resultados de algunos jurados que no son definitivos.
Dju: ¿Hay instancia revisora de los jurados?
JFM: El propio Consejo puede revisar las calificaciones de acuerdo a la ley y el reglamento y puede hacer impugnaciones.
Dju: ¿Está bien o mal el traspaso de los jueces a la ciudad?
JFM: En el Encuentro de Jueces, de alguna manera estuvimos a favor del traspaso, no por ser abanderados del traspaso, sino porque desde el punto de vista institucional nosotros interpretamos que la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, le da la posibilidad de tener su propia jurisdicción y si usted analiza la Constitución Nacional, no tiene una limitación en cuanto a la materia que después sancionó la "Ley Cafiero". La Constitución Nacional es amplia. En ese momento nosotros le dijimos que se tenía que dar cierta garantía. Es decir que los jueces mantuvieran la intangibilidad del sueldo que estaban cobrando, la jubilación a la que tenían derecho por haber aportado toda su vida, la obra social del Poder Judicial y la estabilidad en el cargo. Todas estas condiciones están reunidas: una Corte Suprema que ha sido seleccionada con acuerdo de la Legislatura y que tiene intangibilidad remuneratoria; jueces que cobran mayor salario que los jueces nacionales y también tienen la garantía de intangibilidad. El único tema que queda por solucionar es el de la jubilación porque no está expresamente previsto, pero tiene que ver con la obra social.