Un juzgado correntino dictó una Resolución interna para lograr un Poder Judicial sustentable y propone algunas prácticas como la eliminación del papel, utilización de energía fotovoltaica, donaciones de equipos informáticos que ya no se ocupan, entre otras.
El juzgado Civil, Comercial y de Familia, Niñez y Adolescencia de Monte Caseros, a través de la resolución administrativa N°2/22 estableció la obligatoriedad en su dependencia de buenas prácticas para la preservación del medio ambiente.
La titular del organismo, Elsa Laura López, fundó su decisión en el objetivo de dar cumplimiento a la política ambiental del Superior Tribunal de Justicia que a través de diferentes acciones pretende generar un Poder Judicial sustentable y que tenga como prioridad el cuidado del medio ambiente.
Entre las prácticas recomedandas para alcanzar el objetivo aparecen la eliminación del papel, la uilización de energía fotovoltaica, donaciones de equipos informáticos que ya no se ocupan; despapelización, el uso de hojas Reutilizadas, chatarra y objetos secuestrados, la afectación de vehículos secuestrados.
Entre las Buenas Prácticas que se proponen están las de buen uso de los recursos donde se encuentran las medidas para ahorrar energía, para realizar el uso responsable del agua, papel, medidas para el uso racional de materiales y equipos y medidas para reducir la contaminación acústica.
Asimismo, infraestructura con espacios libres de humo, abiertos, con arborización y parquizado, y accesibilidad para personas con discapacidades; reciclado de muebles y reciclado de residuos de rparatos Electrónicos y eléctricos.
En la resolución, la magistrada explicó que se pretende modificar en los trabajadores hábitos que permitirán realizar un uso eficiente de la energía, el uso racional de los recursos, la reutilización de materiales y la gestión de residuos como cuestiones primordiales, ya que "es insoslayable disminuir el impacto de las acciones cotidianas que provocan la degradación del ambiente, teniendo como principal herramienta la implementación y ejecución de la gestión ambiental".
En ese marco, agregó que el principio fundamental para la gestión de administración de los recursos se basa en las tres “R”: reducir, reutilizar y reciclar.
Entre las Buenas Prácticas que se proponen están las de buen uso de los recursos donde se encuentran las medidas para ahorrar energía, para realizar el uso responsable del agua, papel, medidas para el uso racional de materiales y equipos y medidas para reducir la contaminación acústica.
También se proponen buenas prácticas en el mantenimiento de los equipos, lo que implica realizar mantenimiento preventivo de los equipos con el fin de que se garantice no sólo su funcionamiento, sino también el uso eficiente de energía y recursos. Como también, se establece la manera de gestionar los residuos generados en el ámbito laboral.