Tras una clase de educación sexual, una alumna de séptimo grado de una escuela de Río Negro le escribió una carta a la directora de su colegio para denunciar que su mamá estaba siendo víctima de violencia. El organismo denunció, el hombre fue excluido del hogar y se dictó una prohibición de acercamiento.
En la causa "M.F C/ P.R S/PROCESO SOBRE VIOLENCIA", un Juzgado de Paz rionegrino, ordenó la exclusión del hogar y la prohibición de acercamiento de un hombre que ejercía violencia contra su pareja, tras una carta de la hija de la mujer a la directora de la escuela a la que asiste.
La causa se inició tras una clase de Educación Sexual Integral (ESI), donde la menor detectó que su madre era víctima de violencia de género. Al regresar de la escuela, la estudiante de 12 años, sensibilizada por el contenido abordado, buscó el consentimiento de su mamá para denunciar.
“La charla de educación sexual fue realmente el disparador de la denuncia. Muchas familias todavía creen que en esos espacios sólo se habla de sexo, pero en los hechos se abordan cuestiones que hacen al cuidado del cuerpo y a una vida libre de violencias”, sostuvo la magistrada.
La niña era consciente de que el grupo familiar estaba inmerso en un contexto violento y que necesitaban ayuda. Así, la mujer autorizó a su propia hija a visibilizar la situación y, al día siguiente, la alumna le escribió una carta a la directora de la escuela.
Al recibir la carta, la directora se contactó con la Comisaría de la Familia y desde el organismo avisaron al juzgado de Paz de la ciudad, donde la jueza activó el dispositivo que se aplica ante este tipo de situaciones y organizó un abordaje interinstitucional.
Luego de escuchar a la mujer víctima de violencia, dispuso la exclusión del hogar del denunciado. Para ello aprovechó el horario escolar con el objetivo de dejar a resguardo a la niña.
El municipio habilitó el ingreso de la mujer a una casa refugio y mediante la articulación con el área de desarrollo social se buscó una solución habitacional para ella y su familia. Hasta entonces se encontraban viviendo en una chacra alejada de la localidad, situación que dificultaba la llegada de ayuda por parte de especialistas.
“La charla de educación sexual fue realmente el disparador de la denuncia. Muchas familias todavía creen que en esos espacios sólo se habla de sexo, pero en los hechos se abordan cuestiones que hacen al cuidado del cuerpo y a una vida libre de violencias”, sostuvo la magistrada.
La jueza explicó que "las leyes aplicables en la materia me facultan a adoptar las medidas protectorias necesarias, tendientes a preservar a las personas víctimas de maltrato y hacer cesar la situación de conflicto o potencialmente de riesgo evidenciadas, y en este sentido considero prudente limitar el acercamiento y contacto de las partes a efectos de evitar nuevos episodios de violencia familiar".
El Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) fue creado con el objetivo de generar las acciones necesarias para garantizar el derecho de los y las estudiantes a recibir educación sexual integral en todos los establecimientos educativos del país. En ese marco, en las escuelas de la provincia se aborda la problemática de la violencia intrafamiliar y la violencia de género.