En recientes notas hablamos sobre las ventajas y peligros de la inteligencia artificial, de los malos usos, los intentos de regulación internacional o nacional e incluso de problemas generados en el marco de la profesión del abogado y como se busca evitarlos , sin embargo, la inteligencia artificial sigue dando que hablar y así lo podemos observar en una nueva demanda iniciada por un sujeto contra la empresa detrás de ChatGPT, por supuesta difamación que el programa habría realizado del actor.
La acción interpuesta ante la Corte Superior del condado de Gwinnett en el Estado de Georgia en Estados Unidos tiene por actor a Mark Walters que denunció que cuando un periodista que estaba informando sobre una demanda de la cual el actor era ajeno, le consultó a ChatGPT y el programa habría proporcionado un enlace a la demanda y cuando se le pidió que resuma el caso, la IA explicó que Walters fue tesorero de la empresa demandada y estaba acusado de varios delitos como estafa o malversación de fondos. Sin embargo todo era falso.
Un periodista que estaba informando sobre una demanda de la que el actor era ajeno, consultó a ChatGPT y el programa habría proporcionado un enlace a la demanda y cuando se le pidió que resuma el caso, la IA explicó que Walters fue tesorero de la empresa demandada y estaba acusado de varios delitos como estafa o malversación de fondos. Sin embargo todo era falso.
Walters exclicó que el no formaba parte de ese expediente, ni estaba acusado de nada, ya que no tenía vinculo laboral con la empresa, el caso no se trataba de nada relacionado a reclamaciones de contabilidad financiera y todo lo que decía la inteligencia artificial era totalmente falso, y ni siquiera formaba parte de la demanda del caso.
El periodista había seguido indagando en el programa solicitando que transcriba la parte de la querella que involucraba al Walters obteniendo más información falsa, seguidamente pidió una copia de la querella y el programa otorgó un texto de un supuesto anexo 1 de la demanda, pero nada de eso era real, toda la información era falsa y el actor ni siquiera figuraba en ese caso, lo que además se corroboró con los abogados de la causa.
Walters demandó por los daños ocasionados por la IA con lo que se conoce como una “alucinación” de la inteligencia artificial, que es cuando a veces responde datos falsos … siendo imputaciones falsas y maliciosas que dañaban la reputación del actor y lo exponían al odio público, el desprecio y el ridículo.
Walters demandó por los daños ocasionados por la IA con lo que se conoce como una “alucinación” de la inteligencia artificial, que es cuando a veces responde datos falsos, y según alegó en su presentación era un hecho reconocido por la empresa, siendo imputaciones falsas y maliciosas que dañaban la reputación del actor y lo exponían al odio público, el desprecio y el ridículo.
De esta manera expresaron que con la respuesta que otorgó el Chat al periodista, la empresa estaba publicando un material difamatorio en relación al actor, en lo que consideraron un actuar negligente de la compañía que sabia o debería haber sabido que su comunicación sobre el actor era falsa o se ignoró imprudentemente la falsedad de la comunicación no privilegiada.
Por ello reclamó una indemnización general por daños y perjuicios, daños punitivos y costas, solicitando el juzgamiento por jurados.
En su demanda acompañó además como prueba el escrito provisto por el chat donde se pueden apreciar todas las acusaciones en contra del actor que según expresaron no eran reales.