Para los fiscales Freiler y Delgado las imágenes y el libreto del programa Ser urbano no constituían “apología del crimen”, del consumo y tráfico de drogas porque el delito que se ensalza debe ser “un hecho” y no “una idea”. “No hay apología sino de hechos concretos cometidos”, señalaron en un dictamen de 9 carillas que Diariojudicial.com publica íntegro.
Pero aunque con esos argumentos podrían haber dado el asunto por terminado, los fiscales eligieron en las páginas siguientes entrar en terrenos más polémicos, sugiriendo que presentaciones como las que rechazaban buscarían un “oscurantismo informativo que ya dañó bastante a nuestra sociedad”.
“No se alcanza distinguir la diferencia entre un artículo sobre el uso del mezcal en grupos americanos publicado por la revista National Geographic y el consumo de marihuana en la ciudad ibérica emitida por un canal abierto –fuera del horario de protección al menor-, a no ser que se pretenda que el acceso a esos temas sólo esté reservado a un grupo selecto, volviendo a esa repudiable costumbre de distinguir entre ciudadanos de primera y de segunda”, remarcaron.
En esa línea, Freiler y Delgado indicaron que “el Estado representado en este caso por el aparato judicial, no se encuentra capacitado para impartir normas morales de conducta” y que “lejos está de imponer valores respecto del estilo de vida que cada uno debe adoptar”.
Como ejemplo, citaron a personajes históricos que “pese a haberse inclinado a realizar prácticas proscriptas por la sociedad de su época, hoy son considerados grandes hombres de la literatura mundial”.
“Baudelaire, Delacroix, Dumas, Balzac, Víctor Hugo, Stevenson, todos ellos acostumbraban consumir una mezcla de sustancias basadas en el hachís, bajo cuyo efecto escribieron más de una de sus mejores obras”, señalaron.
“Nos aterra la idea de pensar que estas obras no fuesen hoy patrimonio de la humanidad por una suerte de proscripción” como la que pretende la denuncia que decidieron rechazar.
Además, Freiler y Delgado recordaron “la innumerable cantidad de documentos internacionales que recuerdan en su articulado el derecho a la libertad de toda persona a expresarse, por cualquier medio de comunicación, sin ser víctima de ningún tipo de censura que altere, restrinja o distorsione el mensaje”.
En su dictamen ante el juez federal Sergio Torres, los fiscales consignaron que "en su dimensión social, la libertad de expresión es un medio para el intercambio de información que permite la comunicación masiva entre las personas”.