Según algunos analistas, con este medida de la justicia quedó salvaguardada -al menos de momento-, la estructura fundamental de Internet pues todo el mundo está conectado con todo el mundo. El caso que se debatió en los estrados judiciales, data de 1996 cuando el demandado fue despedido de “Intel”, y desde ese momento comenzó a mandar series de seis correos -bastante críticos- a 30.000 empleados del fabricante de chips.
El contenido de los mensajes criticaba las prácticas laborales de la compañía, e incitaba a los empleados a unirse al grupo “anti-Intel”.
Por su parte, la multinacional interpuso una demanda para evitar la campaña, y argumentó que los correos electrónicos de Hamidi irrumpieron en el lugar de trabajo y violó su red, cuestión que el tribunal no sostuvo al momento de fallar.