Pero la nota distintiva fue la presencia en el escenario montado en Pasteur y Viamonte del presidente Néstor Kirchner, quien llegó acompañado por su esposa, la senadora Cristina Fernández y buena parte de sus ministros, que prefirieron mezclarse entre periodistas e invitados especiales.
Al arribar al lugar, pocos minutos de las 9.53, la hora exacta del atentado y que marca cada año el comienzo del acto, Kirchner fue aplaudido por la multitud, calculada por los organizadores en unas 8.000 personas.
Desde el escenario, el presidente escuchó duras críticas a sus antecesores, en especial contra Carlos Menem y Fernando De la Rúa pero también recibió una advertencia: “Para venir al segundo acto va a tener que seguir cumpliendo” con la ayuda para esclarecer el caso, le dijo el presidente de la AMIA, Abraham Kaul.
Antes, el presidente de DAIA, José Hercman calificó el atentado como un “infame acto de guerra planeado y ordenado por las máximas autoridades del gobierno de la República Islámica de Irán” y le agradeció a Kirchner por su compromiso para avanzar en la investigación.
Después en una tumultuosa conferencia de prensa dentro de la nueva sede de la mutual judía, el primer mandatario no descartó un endurecimiento de las relaciones diplomáticas con Irán, que pudieran llevar incluso a la ruptura de las relaciones.
“El Estado argentino va a ir procediendo y dejando en claro su camino por los hechos y las acciones que tenga que llevar adelante”, remarcó el presidente, quien tardó más de cuarenta minutos en recorrer los cincuenta metros que separaban el escenario de la sede de la AMIA, demorado a cada paso en saludar a familiares y asistentes al acto.
Contra el Tribunal Oral
Después de Hercman, habló el presidente de la AMIA, Abraham Kaul, quien calificó de “hito en la vida de la Argentina” que se autorice la declaración judicial de los agentes de la SIDE en el juicio oral, prevista para setiembre próximo y enseguida cargó las tintas sobre los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo, integrantes del Tribunal Oral Federal 3.
“Cuando declararon sobrevivientes de la masacre fueron interrogados como si en lugar de dar testimonio de su horror tuvieran que demostrar su inocencia y nos llama la atención, como contrapartida, los testigos funcionarios, policías e investigadores fueran tratados con deferencia, sin cuestionamientos acerca de su accionar negligente”, aseguró Kaul.
También cargó en particular –aunque sin nombrarlo- contra el juez Pons, quien había dicho en una audiencia que “no existen causas excepcionales”.
“Le queremos señalar que el atentado a la AMIA es el hecho terrorista más grave sufrido por la República Argentina y merece un tratamiento excepcional, remarcó el presidente de la mutual judía.
Que renuncie Galeano
Pero las críticas más fuertes llegarían en el discurso de la Agrupación de Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA, a cargo de Sergio Burstein, esposo de Rita Worona, fallecida en el atentado.
Sin nombrarlo, Burstein fustigó con extrema dureza al ex presidente Menem, a quien calificó de “traidor” y lo sindicó “culpable” por “haber permitido que la SIDE no hiciera nada para detener esta masacre que sabía iba a ocurrir y menos para investigar” después del ataque.
Enseguida, el representante de Familiares pidió la renuncia del juez Galeano. “No vamos a esperar otros 9 años para que usted nos diga quiénes son todos los culpables, no le damos más tiempo. Váyase , renuncie”, clamó Burstein.
Desde un costado del palco, un grupo de integrantes de otra agrupación de familiares de las víctimas, Memoria Activa, retrucó: “que no renuncie, queremos juicio político”.
Después del acto, se le preguntó al propio Kirchner por la situación de Galeano, y si la posibilidad de que él mismo eleve un pedido de juicio al consejo de la Magistratura. En esto, el presidente se mostró más que cauto. “Están los diferentes poderes del Estado que deben funcionar y yo me debo mover en el ámbito que me corresponde”, advirtió.
Contra Ruckauf y la Bonaerense
Otro de los muy criticados fue el ex canciller Carlos Ruckauf. El presidente de la DAIA anunció en su discurso que la institución lo denunciará por “incumplimiento de los deberes de funcionario público” por haber enviado a Irán una carta de disculpas, luego que el juez Galeano ordenara en marzo último la captura internacional de varios ex funcionarios de ese país.
“Ruckauf a los únicos que tiene la obligación de pedir disculpas es a los familiares de las víctimas, no a los victimarios”, dijo Hercman.
A su turno el titular de la DAIA reveló que en mayo de 1994 la brigada de Lanús de la Policía bonaerense (donde revistaba Ribelli) “investigaba una supuesta célula terrorista en la localidad de Cañuelas. Y reclamó “conocer qué estaban investigando y a qué conclusiones llegaron”. Para eso reclamó al gobernador Felipe Solá y al ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, “la apertura de éste y de todos los archivos secretos de la Policía Bonaerense durante la época del atentado”.
Mezclados entre los invitados especiales, se vio entre otros al jefe de Gabinete, Alberto Fernández y a los ministros de Interior, Aníbal Fernández y al ministro de Justicia, Gustavo Béliz, acompañado por su secretario de Justicia, Alejandro Lanusse. También estaba el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra y la candidata a ese cargo, Patricia Bullrich.