Con el auge de la inteligencia artificial el derecho también experimentó su aplicación a diferentes áreas para facilitar el ejercicio profesional, así por ejemplo anteriormente desde Diario Judicial hablamos de otros proyectos como el buscador de jurisprudencia DoctIA, el buscador del TFN o el buscador de la CIDH, "Themis IA".
Esta vez le toca a una nueva herramienta basada en ChatGPT, que es un bot entrenado con un fin único, verificar si una sentencia aplica lenguaje claro.
Si bien la idea de utilizar la inteligencia artificial para colaborar en la redacción de resoluciones más sencillas no es nueva, por citar un ejemplo anteriormente un juez de Corrientes aplicó la IA para incluir una sección en lenguaje claro en sentencia, esta herramienta va un poco más allá.
La misma se llama “Genaro” en honor a Genaro Carrió que, para el autor de la herramienta, el constitucionalista Gustavo Arballo, “escribía muy bien sobre temas complejísimos sin sacrificar claridad”.
Basta con loguearse en una cuenta de ChatGPT (puede ser gratuita o paga) para acceder a Genaro y tras cargarle una sentencia en pdf, e indicar que revise el texto, para que proceda a brindar una explicación de los puntos fuertes y débiles en la redacción del pronunciamiento.
La respuesta incluye tres “secciones” a las que a su vez “puntúa” con estrellas, la primera incluye el lenguaje utilizado, la segunda habla de la estructura de oraciones y párrafos y la tercera sobre el “estilo y claridad”. En todos los casos incluye aspectos positivos, negativos y sugerencias.
Que si los párrafos son muy largos, que si los términos son muy complejos u otros tips son explicados por el bot que además cita ejemplos del mismo texto para clarificar su corrección.
La respuesta incluye tres “secciones” a las que a su vez “puntúa” con estrellas, la primera incluye el lenguaje utilizado, la segunda habla de la estructura de oraciones y párrafos y la tercera sobre el “estilo y claridad”. En todos los casos incluye aspectos positivos, negativos y sugerencias.
Para finalizar, la respuesta incluye una valoración final y la cita de las guías utilizadas para entrenar al aplicativo, donde aparecen por un lado las “Sugerencias para la elaboración de los lineamientos generales de sentencias claras” de la CSJN y la “Guía de referencia para la redacción de sentencias y comunicaciones judiciales administrativas” del STJ de La Pampa.
Diario Judicial se comunicó con Gustavo Arballo para conocer más sobre el proyecto que se encargó de entrenar. Arballo, quien se desempeña actualmente como Secretario de Jurisprudencia del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa, explicó que desde que salió ChatGPT había probado con un uso de pedirle feedback al sistema en términos de lenguaje claro, para ello armó diferentes “prompts” y posteriormente pensó en llevarlo a un “simil bot” que tuviera “instrucciones más específicas y una devolución constructiva y ágil”.
El creador de “Genaro”, conocido en el ámbito judicial como la pluma detrás del famoso blog “(Saber leyes no es) Saber Derecho ” agregó que, desde que ChatGPT permitió hacer chat customizados para el público en general, el mismo ya había experimentado con otro pequeño bot llamado “Relmo”, el cual “analiza y sintetiza sentencias” en términos de jurisprudencia.
En el caso de “Genaro”, “tiene cargado como insumo de referencia para orientar el análisis una breve Guía de Redacción que hizo el STJ La Pampa (trabajo ahí y participé en ese proyecto) y las partes esenciales de la Guía que hizo la Corte hace un par de meses (estos documentos son linkeados siempre en las respuestas)
De esta manera aclaraba que “Relmo no es perfecto pero ayuda mucho (sus problemas principales son con sentencias largas y dispersas en fundamentación, pero si no sucede ninguna de esas cosas será bastante competente como "analista", permitiendo ayudar antes del análisis humano, o complementarlo, siendo siempre este necesario)”-
Por su parte, agregó que en el caso de “Genaro”, “tiene cargado como insumo de referencia para orientar el análisis una breve Guía de Redacción que hizo el STJ La Pampa (trabajo ahí y participé en ese proyecto) y las partes esenciales de la Guía que hizo la Corte hace un par de meses (estos documentos son linkeados siempre en las respuestas)”.
Sumado a ello reveló un comando secreto para ampliar hacia una respuesta aún más profunda, el comando “Detalla”, que debe ser solicitado por el usuario luego de una respuesta, para así obtener un nuevo análisis de la sentencia cargada pero con más argumentación.
El autor señala que igualmente, “tiene varias limitaciones”, entre las que se resalta que “no capta un problema común: cuándo hay citas inadecuadas, innecesarias o redundantes”
Es un “proyecto experimental, individual (no institucional), aunque termina siendo una maqueta funcional y que puede ser válidamente incluida en una caja de herramientas para entrenarse y entrenar, autorevisar textos o complementar revisiones humanas, etc.”
Y otro inconveniente es que “el sistema no se da cuenta si hay algo que pudo haberse escrito mucho más corto y se terminó resolviendo con sentencia muy extensa”, por lo que concluye que son “dos aspectos importantes”, para lo cual “inevitablemente sólo lo puede hacer un humano competente en el área jurídica”.
Para concluir, comenta que es un “proyecto experimental, individual (no institucional), aunque termina siendo una maqueta funcional y que puede ser válidamente incluida en una caja de herramientas para entrenarse y entrenar, autorevisar textos o complementar revisiones humanas, etc.”
Diario Judicial decidió probar la herramienta para conocer de cerca su utilidad y concluimos en que la misma resulta útil y rápida para mejorar la redacción, siendo un complemento perfecto para la función judicial, aunque como toda herramienta basada en la IA, requiere de una supervisión y control humano.
Esta fue la respuesta a un fallo elegido al azar: