El próximo 29 de diciembre, el juez de la Corte Suprema Juan Carlos Maqueda celebrará sus 75 años. De este modo, el ministro más longevo llegará a la edad límite para ejercer ese cargo.
Esta situación deja a la Corte con dos vacantes y tan solo tres firmas: Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Es que durante los últimos meses, el Gobierno Nacional impulsó las postulaciones de Ariel Lijo y de Manuel García Mansilla, pero las propuestas atravesaron el trámite ante la Comisión de Acuerdos del Senado, sin lograr dictamen.
Durante los primeros días del último mes del año se especulaba con la inclusión de los pliegos de Lijo y García-Mansilla en sesiones extraordinarias, pero la idea fue descartada por la "falta de acuerdos" para avanzar con un temario fuera del período ordinario, según lo confirmó el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
"Si yo lo pudiera sacar mediante el Senado, lo sacaría mediante el Senado. Si me aparece la demanda pero el Senado no resuelve, lo tendré que resolver yo. Transitoriamente resolvería esa demanda y luego el Senado lo convalidará o lo rechazará", dijo recientemente el presidente Javier Milei y así abrió posibilidad de un nombramiento por decreto.
Mientras esto sucedía, Maqueda fue homenajeado por diferentes instituciones y sus colegas -con el aval del juez saliente- decidieron establecer un mecanismo rápido para el sorteo de conjueces.
El procedimiento -aprobado mediante la Acordada 41/2024- busca que los expedientes no se paralicen ante la falta de mayorías, es decir, se dispone a la brevedad el sorteo de conjueces cuando no se alcance la mayoría legal requerida. Aclararon, asimismo, que este método garantiza la seguridad jurídica al establecer que un mismo conjuez resuelva siempre los casos análogos.
"Si al finalizar la circulación de una causa el secretario interviniente advirtiere que, en principio, no se ha logrado la mayoría legal para que sea sentenciada, deberá informar por escrito dicha circunstancia a los jueces del Tribunal. Ello sin perjuicio de la prosecución del trámite previsto en la presente acordada. Transcurridos quince días hábiles desde la remisión del informe mencionado en el punto anterior, el secretario suscribirá una providencia que disponga la integración del Tribunal en los términos del artículo 22 del decreto-ley 1285/58, salvo instrucción en contrario de la mayoría de los jueces de esta Corte habilitados para participar de la decisión", señala la acordada con las firmas de Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda.
Tras la decisión, el jefe de Gabinete criticó los plazos de la Corte Suprema y puso en duda la eficacia de la acordada. "No sé si puede funcionar con tres jueces. Desde el punto del vista de quórum podrá, pero desde el punto de la eficiencia procesal me cuesta creer", opinó Francos, quien no descartó futuras designaciones por decreto.
Pero el juez Lorenzetti se opuso y votó en disidencia, tal como viene pasando en las últimas acordadas: “Cuando no hay mayorías, los jueces de la Corte deciden en ese caso designar un conjuez entre los presidentes de las Cámaras Nacionales. Esta es la regla histórica. Lo que está en discusión en esta acordada es algo diferente: establecer como regla general una suerte de sustitución de los jueces por conjueces, lo que afecta los precedentes, porque cambiarán permanentemente, afectando la seguridad jurídica”.
También dijo que la medida "presenta deficiencias jurídicas que pueden producir una gran cantidad de nulidades procesales", al tiempo que añadió: "No advierto razones fundadas para regular una cuestión que no necesitó regulación durante más de cien años, y no es urgente hacerlo cuando ya termina el año, y, además, es de público y notorio que es probable la incorporación de dos nuevos miembros al Tribunal”.
En tanto, la Corte Suprema distinguió a Maqueda en reconocimiento a su trayectoria. En este escenario, Maqueda afirmó que “aunque parezca fuera de moda, tenemos que defender las instituciones de la democracia, la república y el Estado de derecho” en momentos en que estas “corren serios riesgos”.
“Es inapropiado que jueces de la Corte pretendan condicionar a los próximos colegas, lo que se ha intentado hacer con una impresionante cantidad de decisiones y nombramientos durante todo el presente año. Que eso no cambia porque se aclare, que no se aplicará cuando el Tribunal contara con el número legal de miembros. Ello es así, porque se menciona a una mayoría de jueces habilitados, concepto ambiguo, que no es habitual desde el punto de vista normativo y que permitiría no considerarlos. Esa falta de criterio es más grave aún cuando un juez que se retira, pretenda condicionar a los que vienen a sustituirlo”, concluyó en su voto.
Las repercusiones y el brindis de despedida
Tras la decisión, el jefe de Gabinete criticó los plazos de la Corte Suprema y puso en duda la eficacia de la acordada. "No sé si puede funcionar con tres jueces. Desde el punto del vista de quórum podrá, pero desde el punto de la eficiencia procesal me cuesta creer", opinó Francos, quien no descartó futuras designaciones por decreto.
"Cuando uno mira el tiempo que llevan los fallos de la Corte Suprema la verdad que es lamentable. Que tenga 15, 20 años un tema para dictar sentencia es un tiempo absolutamente inusual. Que un proceso en Argentina hasta que tenga el fallo lleve 20 años es una cosa increíble. No sé si puede funcionar con tres jueces", añadió en una entrevista por radio La Red.
En tanto, la Corte Suprema distinguió a Maqueda en reconocimiento a su trayectoria. En este escenario, el juez afirmó este jueves que “aunque parezca fuera de moda, tenemos que defender las instituciones de la democracia, la república y el Estado de derecho” en momentos en que estas “corren serios riesgos”.
El ministro decano también instó a “sostener los pilares de la división de poderes y la independencia del Poder Judicial”, y agregó: “No podemos renegar de 300 o 400 años de civilización ni quedar a la deriva de los hombres que, en estos momentos, hacen culto a la personalidad, se creen proféticos y ponen en riesgo las instituciones de la convivencia democrática”.
Por último, el juez advirtió que “la moderación ha sido dejada de lado”, y que desde el Poder Judicial se debe “volver a la prudencia” para “con independencia e imparcialidad, dejar sentada nuestra defensa de las instituciones”.